El Valor de la Sinceridad

El Valor de la Sinceridad

De acuerdo al diccionario de la real academia española, la palabra sinceridad significa lo siguiente:

“Sencillez, veracidad, modo de expresarse libre de fingimiento.” Esta palabra además es antónimo de hipocresía, actitud que es de todos sabido no era agradable a Jesús, veamos una cita:

Lucas 12:1-3 “1 En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. 2 Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. 3 Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.”

Para ir un poco más profundo veamos lo que significa la palabra veraz de acuerdo al diccionario de la real academia española:

“Que dice, usa o profesa siempre la verdad.”

Podríamos decir que ser sincero es actuar con sencillez, hablar siempre con verdad, obrar con verdad y hacerlo libremente en público y en privado, no teniendo fingimiento alguno.

Pero el no ser sincero tiene sus consecuencias, en principio el Señor Jesús nos dice que “nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse.”, en esta parte nos habla de los hechos, de las acciones que llevamos a cabo aparentemente cuando nadie nos ve, llevándonos a entender que una de las cosas que conseguimos no siendo sinceros en nuestro actuar es que más adelante seamos avergonzados cuando todo se descubra, por lo que no hay razón para comportarnos de este modo.

También el Señor enfatiza “Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.”, esto es que nos solo se trata de no actuar, sino además de no hablar con fingimiento ni mentira, porque sin duda alguien más se encargará de hacer saber lo que nosotros dijimos y seremos afrentados, además de responsables de lo que puede convertirse en una difamación o una creencia equivocada.

Estas consecuencias de actuar y hablar con ausencia de sinceridad, son solamente con los hombres, pero no se detiene en eso solamente, si nos atrevemos a no ser sinceros con respecto a la verdad que profesamos esto es el evangelio, lo cual conlleva el negar a Cristo mismo, la consecuencia es aun mayor y traspasa las fronteras de la tierra para llevarlo al ámbito celestial:

Lucas 12:8-9 “8 Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; 9 mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.”

El valor de la sinceridad es enorme, es una actitud por supuesto bien recibida de parte de los hombres, pero sumamente valorada por nuestro Dios siendo la mentira una de las más aborrecidas por él, al grado de repetirla dentro de las siete que abomina su alma y ponerla al nivel del asesinato:

Proverbios 6:16-19 “16 Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: 17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, 18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, Las manos derramadoras de sangre inocente, 19 El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos.”

Y no solo allí, sino que en el libro del Apocalipsis hace esta aclaración:

Apocalipsis 21:8 “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”

La pregunta que por supuesto sale a relucir es ¿Le has dado el valor a tu sinceridad, tanto como Dios se la da o aun sigues pensando que no va a pasar nada si finges un poquito?

Dios les Bendiga.

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