La Disposición impulsa a la Confianza y la Paciencia de Dios lleva a la Fe

La Disposición impulsa a la Confianza y la Paciencia de Dios lleva a la Fe

Es un hecho ineludible que en tanto estamos alejados del Señor, estamos ciegos espiritualmente y es tan poderoso en nosotros el deseo de seguir siendo ciegos que no somos capaces de disponernos a aceptar que se nos devuelva la vista y que aprendamos a usarla.

Pareciera que al abrir un poco los ojos la luz es tan lastimosa que preferimos cerrarlos por la falta de resistencia al estar deslumbrados, sin saber que una vez que nuestros ojos se acostumbren a la luz veremos todo claramente.

En la historia que leemos en Marcos 8:22 al 25, encontramos a un ciego que es llevado para que Jesús lo toque, no menciona que el ciego quisiera ser llevado,pero si podemos darnos cuenta que tenía disposición para ser llevado, ya que cuando Jesús le tomó de la mano no se resistió a ir con él aun cuando lo alejó de todos.

Es probable que el ciego tuviera miedo al alejarse de las personas que lo llevaron que pudieron ser sus familiares o amigos, sin embargo en ese momento su disposición lo impulso a confiar en quien le tomo la mano.

La disposición entonces es fundamental y el principio de un maravilloso encuentro con Jesús, y cuando agregamos confianza, Jesús provee de un ingrediente que la llevará a convertirse en fe.

Veamos esto, el ciego ya había puesto su disposición y confianza, Jesús entonces le pone saliva y sus manos para después preguntarle si ve algo, y la respuesta de él fue que veía a los hombres como árboles pero que se movían, luego Jesús le puso de nuevo las manos y le pidió que mirase y entonces pudo ver con claridad.

Jesús tuvo la paciencia suficiente para llevar a este ciego a aprender a usar la vista pero también para convertir su disposición y confianza en fe, de tal manera que ahora el ciego obedeció a Jesús sin replicar y no regresó a la aldea tal como él se lo pidió.

Marcos 8:22-25 “22 Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. 23 Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. 24 El, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. 25 Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. 26 Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.”

El Señor hoy te pregunta ¿tienes disposición para que tu vida se transformada y seas librado de la muerte eterna?, si tu respuesta es afirmativa ten la seguridad de que será suficiente para que el Señor lo haga, solo confiésalo él lo está esperando.

Dios les Bendiga.

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