¿Cómo Caminar al Paso De Dios?

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¿Cómo Caminar al Paso De Diosí

«EN TIEMPO FAVORABLE TE OÍ…» (Isaías 49:8)

Tal y como hay un ritmo en tu vida física, también lo hay en tu vida espiritual. Y Dios lo determina. Él tiene un plan, y un «…tiempo favorable…» (Isaías 49:8). A veces se mueve inesperadamente. Pero por lo general tiene que prepararte para los cambios que Él tiene en mente. A menudo comenzará por aflojar tu agarre sobre una carrera que proporcionaba seguridad, una casa en la cual estabas invirtiendo, o una relación que considerabas duradera. Después te da la pasión para perseguir nuevos intereses, y antes de que pase mucho tiempo estarás pensando: ‘Espera un momento… Estos sueños nunca serán realizados donde estoy ahora mismo». Y así el deseo para cambiar echa raíces.

Después viene la espera. ¿Que por qué? Porque para poder producir el máximo beneficio, necesitas tiempo. Durante este periodo, el Señor (a) comienza a sanar tu pasado para que no «contamine» tu futuro; (b) amplía tu conocimiento para que estés mejor preparado; (c) desarrolla tu carácter. Aunque Dios diga: «..a su tiempo haré que esto se cumpla pronto» (Isaías 60:22b), no apreciamos su «cronometraje» hasta que haya pasado la «tormenta». Una cosa, sin embargo, es indiscutible: únicamente conseguirás lo máximo cuando permitas al Señor llevar a cabo su plan en su tiempo. Y recuerda, si vas al «paso» de Dios y escuchas su «ritmo», será más fácil saber cuándo moverte. A veces, esto significa hacerte el sordo al clamor del mundo exterior o al consejo de amigos bien intencionados. Pero ¡los resultados finales siempre valdrán la pena!

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¿Cómo Caminar Al Paso de Diosí

«…LA VISIÓN… SE CUMPLIRÁ A SU TIEMPO, NO FALLARÁ» (Habacuc 2:3)

Espera, ¡vas delante de Dios! Cuando eso ocurre, te estás metiendo en problemas. Las visiones anticipadas son para «…su tiempo…» (Habacuc 2:3b), y debes saber cuándo es.

A menudo no perseguimos nuestros sueños porque tenemos miedo de fallar; es más seguro «alimentarlos» en privado en vez de delante de los que podrían ridiculizarnos. Chuck Swindoll dijo: «Andamos escasos de «águilas» y estamos «hasta la coronilla» de «loros». Contentos de estar sentados de una manera segura en nuestras posiciones evangélicas y de repetir palabras religiosas, rápidamente empezamos a estar «superpoblados» de «pájaros» de colores relucientes que tienen «barrigas blandas», «picos» grandes, y «cabezas pequeñas». Lo que nos ayudaría sería tener más criaturas con la mirada penetrante, y con las «alas abiertas», dispuestas a «volar muy alto»… explorando los matices ilimitables del Reino».

Escucha: «Encomienda al Señor tus obras y tus pensamientos serán afirmados» (Proverbios 16:3). Dios es el que nos da valor y una «red de seguridad» bajo la «cuerda floja» sobre la cual tenemos miedo de lanzarnos hacia delante. Cuando «(propone) [nos proponemos] un camino, (pero) [para que] el Señor (endereza sus) [enderezara nuestros] pasos» (Proverbios 16:9), Él nos da fuerzas para hacer lo que nunca hemos hecho antes. Nos capacita para salir del primer nivel. Recuerda, la idea de emprender algo nuevo puede asustarte; pero de ahí sale el mejor fruto. Incluso cuando pienses que tu sueño está muerto, Cristo puede reavivarlo con una sola palabra. ¿Recuerdas a Lázaro? Pues bien, el Cristo que lo devolvió a su familia lleno de energía, ¡todavía está trabajando! De hecho, es posible que te esté esperando a que des el primer paso para que Él pueda hacer un milagro en ti también. ¡Por lo tanto, levántate y ponte en marcha!

«…YO SÉ LOS PENSAMIENTOS QUE TENGO ACERCA DE (VOSOTROS) [TI]…» (Jeremías 29:11)

Nada impresiona a Dios o Lo toma desprevenido. A Él no Le entró pánico cuando Adán pecó en el huerto de Edén (lee Génesis 3:23). No se asustó cuando el mundo se volvió tan pecaminoso que tuvo que enviar un diluvio para limpiarlo y empezar de nuevo (lee capítulo 6). Sodoma y Gomorra no Le dejaron «sin aliento» (lee 18:20; 19). Cuando Jonás terminó dentro del gran pez, el Señor no se alteró (lee Jonás 1:17; 2). Esto es porque Dios siempre tiene un plan, y tiene uno para tu vida también. Es detallado, oportuno, bien «engrasado», perfectamente orquestado, y cuando lo comprendes de lleno, ¡te emocionarás! La Biblia dice que Él tiene «…pensamientos de paz y no de mal, para (daros) [darte] el fin que (esperáis) [esperas]» (Jeremías 29:11b). Pero a veces es difícil ver la mano del Señor obrando, especialmente cuando los problemas están «golpeando a tu puerta» en forma de un diagnóstico que temías, un hijo que se ha fugado de casa, un cónyuge que quiere separarse, o un revés financiero al cuál no estás seguro de sobrevivir.

Cuando la crisis que afrontas te hace querer «tirar la toalla», recuerda esto: nuestros problemas son oportunidades para Dios. Le gusta transformar nuestros errores más costosos en «joyas» invaluables de sabiduría, nuestras áreas «magulladas» y «sangrientas» en más fuerza, y nuestros miedos más profundos en fe firme – una vez que empezamos a verlos como parte de su plan maestro. Hoy, Dios quiere que sus objetivos trascurren en tu vida de formas que te asombrarán. Así que, lleva su paso, sigue confiando y, cueste lo que cueste, no dejes lugar al desánimo; ¿de acuerdo?

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