La Importancia De La humildad en La Biblia

«Humillaos…, para que él os exalte…» (1 pedro 5:6)

Es posible que tu ego obstaculice las bendiciones de Dios. Los complejos de superioridad e inferioridad pueden contaminarte con:

(a) un sobrevalorado sentido de tu importancia o (b) uno infravalorado. Sencillamente, céntrate en quién eres en Cristo. Esto te permite mantenerte humilde y sin embargo confiado. Es muy tentador enorgullecerse cuando los demás te ensalzan y tus obras así lo prueban. Entonces es cuando más necesitas ser modesto; de lo contrario te vas a desplomar. Tu verdadero valor está definido por lo que eres en Cristo, y no por tu cuenta bancaria ni por el título que utilizas a la hora de presentarte. Cuando progreses, no te vuelvas engreído; mantén la cabeza agachada. Dale la gloria al Señor y el mérito a otros en cuanto tengas la oportunidad.

David sabía que había sido elegido para ser rey mucho antes de serlo. Pero tuvo que esperar al tiempo de Dios en vez de forzar las cosas. Y cuando finalmente fue nombrado rey, nunca olvidó que su ascenso al trono fue el resultado de las bendiciones del Señor, y no de sus méritos.

Si ahora mismo sientes que no has sido reconocido ni recompensado, detente y recuerda para quién estás haciendo las cosas. Confía en que Dios te bendecirá de acuerdo a su calendario y a la medida de su plenitud. Cuando otros te ignoren, te falten el respeto, te critiquen injustamente o te traicionen, no caigas en la trampa de creer cualquiera de estas mentiras del enemigo. Tales palabras son simplemente los «dardos de fuego» del diablo para «quemarte» a través de tus defensas (lee Efesios 6:16b). Pídele protección a tu Padre celestial, mantente humilde, y recuerda la identidad que el Señor te ha dado.