10 Errores De Los Misioneros En El Campo Misionero

10 Errores En Las Misiones Y El Campo Misionero

Una de las mayores alegrías de mi vida es estar ministrando en países extranjeros. Desde que me rendí a un llamado a las misiones hace 16 años, he visitado varios países y desarrollado relaciones con muchos pastores y líderes que ahora me consideran su amigo y hermano. Las misiones están en el corazón de nuestra fe cristiana, y creo que cada iglesia debe participar activamente en ambas misiones extranjeras y locales para que podamos avanzar en el evangelio de Jesús en nuestra generación.

Pero como todo lo demás en la vida, hay una manera correcta y una manera incorrecta de participar en la obra misionera. He aprendido de mis propios errores, y también he visto algunos ejemplos tristes de misiones que a corto plazo que han fracasado. Si está pensando en un viaje misionero a corto plazo o largo plazo, evita estos 10 terribles errores a continuación:

1. Actuar Con Mal Humor y Queja

Si va a viajar a un país en desarrollo, aquí está la Regla No. 1: Prepárese para los retrasos, las duchas frías, grandes insectos y escorpiones, cortes de energía, sanitarios inusuales, tráfico loco y alimentos extraños. Tome una decisión antes de salir que no va a dejar que una queja salga de su boca. Sea flexible y lleno de gracia. Concéntrese en lo positivo, disfrute de la belleza del país y regrese a casa con una gratitud renovada por tus bendiciones en el hogar.

2. Cuidado Con Lo que Le Dice A La gente

Usted no se va al extranjero para enseñar a los pobres, o a los ignorantes de lo que conoces. Si esa es su actitud, haz un favor a todos y ¡quédese en casa! Usted va a servir más desde allí. La mayor parte de lo que sé sobre el ministerio de misiones lo he aprendido con la gente más humilde que conocí en otros países. Ya sea que usted este enseñando, predicando, en la construcción de orfanatos o alimentando a los pobres, humillarse delante de las personas y lavar sus pies es la actitud correcta. Y esperar aprender grandes lecciones de la gente que está visitando.

3. Construir Relaciones Basadas en el dinero

La gente en los países pobres tienden a pensar que todos los extranjeros son ricos, y ellos tendrán la tentación de mirar hacia nosotros en vez de al Dios que proveerá. No hable de dinero siempre, no haga alarde de relojes o joyas costosas, y no entregue dinero en efectivo para todos los que conoce. Deje que sus amigos sepan que usted desea una verdadera amistad con ellos que no depende de las finanzas.

4. Hacer Demandas

Sé de algunos predicadores «de la prosperidad» que esperan un tratamiento de reyes cuando van a países extranjeros. Un hombre dijo a su anfitrión que necesitaba un hotel que costaba $ 1.000 dolares por noche en una nación donde la mayoría de la gente vive en apartamentos de estilo pobre. El apóstol Pablo enseño un enfoque diferente, el estaba dispuesto a vivir entre la gente en su mismo nivel (ver 1 Tes.2:9-10). Si Jesús estaba dispuesto a entrar en este mundo en un pesebre, debemos estar dispuestos a dejar de lado nuestros gustos caros.

5. Romper Las Promesas

Cuando se conecta profundamente con un pastor local o congregación en el extranjero, usted será llevado en amor para ellos y tendrá que hacer todo lo posible para ayudarlos. Pero no prometa cosas que no podrá cumplir. Siempre recuérdeles, y también a usted mismo, que debemos orar por provisión y esperar en Dios para la respuesta. Si usted entra en un ministerio, siempre honre las promesas que ha hecho.

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10 Errores Cometidos En El Campo Misionero

 6. Llevar Un Grupo Que No Está Comprometido Con Jesús

Sé de una mujer joven y entusiasta que se fue en un viaje misionero a África con su iglesia y terminó durmiendo con un chico de ese país. ¿Cómo esto puede suceder? Cualquier persona que va con usted en un viaje necesita una verificación de antecedentes y la recomendación de un pastor. Los viajes misioneros nunca deben ser vistos como oportunidades para «turismo religioso» por personas inmaduras que anhelan una aventura de viaje. El comportamiento de los miembros de su equipo debe honrar a Cristo en cada momento.

7. Trabajar Con Personas En El Extranjero Sin Indagar Sobre Ellos

Pastores en el extranjero me piden casi mensualmente que quieren que yo visite su iglesia, apoye sus programas o haga campañas evangelísticas en sus ciudades o aldeas. Hay países donde, algunos cristianos sin escrúpulos en la Internet buscan iglesias que les envíen dinero. Algunas personas se hacen pasar por pastores y hablan con personas ingenuas para pedirles fondos para un viaje y luego desaparecen. Si usted va a hacer el trabajo de misiones, tendrá el don del discernimiento. No se deje embaucar por un artista de la estafa que se hace pasar por un «amado hermano.»

8. El Usar El Pensamiento «choque y fuga» En Las Misiones

Cuando visito un país que casi siempre termino regresando porque he construido relaciones fuertes con los ministerios. Hace algunos años hice mi segunda visita al Ecuador, donde ayudamos en una casa hogar y a un colegio para niños pobres. El trabajo misionero debe ser una misión a largo plazo. Si su iglesia tiene previsto iniciar un programa misionero, y no sólo el esparcir semillas aquí y allá. Con oración, inviertan en algunos lugares y dejen que el Espíritu Santo los conecte con esas personas para toda la vida.

9. Falsificar Su Trabajo

Nos reímos sobre el predicador que esta «hablando evang-elasticamente» sobre las multitudes que atraía en su viaje misionero. Pero la exageración es mentir, y mentir es pecado. No hay nada más desagradable que un cristiano que infla las estadísticas para llamar la atención o recaudar fondos. Si usted construye su ministerio en verdades a medias tendrá grietas cubiertas por maquillaje. Sea honesto, responsable y diga siempre la verdad.

10. Centrarse en los números

Hay una enorme presión en el trabajo misionero por demostrar nuestra eficacia «contando cabezas». Pero el reino de Dios no se trata de multitudes-se trata de hacer discípulos (ver Mateo 28: 19-20). Algunos de mis momentos más intensos en el campo misionero esta en las pequeñas reuniones donde Dios cambió algunas pocas vidas para siempre, y después esas personas cambiaron otras vidas. No estoy impresionado cuando alguien dice que 5,000 personas oraron para recibir a Jesús. Quiero saber si estos nuevos convertidos fueron seguidos y conectados con las iglesias locales para ser discipulados.

Espero que sea cada vez más apasionado por el mensaje de Cristo al mundo. Pero a medida que las maletas para su viaje misionero se preparan, deje su «equipaje» que no sea necesario en casa y vaya con un corazón humilde y dócil.

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