Dios Nos Consuela En Todo Momento

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El Consuelo de Dios Y La Biblia

«…NOS CONSUELA EN TODAS NUESTRAS TRIBULACIONES…» (2 Corintios 1:3)

De todos los nombres con los que se le llama a Dios en las Escrituras, ninguno reconforta más que «el [que] nos consuela en todas nuestras tribulaciones» (2 Corintios 1:3-4). Fíjate, «en todas». Eso significa que no hay excepciones ni límites para el consuelo de Dios, no importa lo horrorosas que puedan ser las circunstancias. El consuelo es un nombre de Dios y es parte de Su naturaleza; es la esencia de quién es y lo que lo que quiere hacer. Es imposible acercarse a Él y no ser consolado. Por el contrario, la falta de consuelo se debe a una ruptura de la conexión con Dios, generalmente a consecuencia de falta de fe. El consuelo viene por la fe. Puedes concebir intelectualmente que Él es el Dios de todo consuelo, pero no sentirte reconfortado porque dudas. Jesús le dijo al ciego que se le acercó para ser sanado que se hiciera conforme a su fe (Mateo 9:29).

No basta con «saber», también hay que «creer» para poder recibir el consuelo. Los sentimientos le siguen a la fe, ¡y no al revés! Suponte que estás haciendo tu primer crucero transatlántico y que estás un poco nervioso por la seguridad del barco. El capitán te asegura que él es un experto veterano y que el buque es el último modelo y que está equipado con sistemas de comunicación y de seguridad modernos. Si, al igual que tantos cristianos, te niegas a creerle hasta que empieces a sentirte tranquilo, probablemente desembarques o pases el resto del viaje angustiándote innecesariamente. Pero si decides creerle al capitán, pronto sentirás que la ansiedad disminuye y estarás más cómodo. Hoy mismo, decide confiar en el «Capitán de nuestra salvación», quien promete confortarnos «en todas nuestras tribulaciones» y recibirás el alivio que Él te da.

COMO MADRE QUE CONSUELA A SU HIJO, ASÍ YO OS CONSOLARÉ A VOSOTROS…» (Isaías 66:13 CST)

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El Consuelo de Dios Y La Biblia

Cuando estés en apuros, recuerda:

1) El consuelo de Dios es auténtico.

¿Recuerdas estar triste o asustado de niño? ¿Y la sensación de seguridad que te daba que estuviera ahí tu madre? El consuelo de Dios es todavía más real que el de tu madre entonces. «Como madre que consuela a su hijo, así yo os consolaré a vosotros» (Isaías 66:13 CST). Dios se preocupa por ti más de lo que se preocupaba tu madre en tu infancia. «¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho…? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré! Grabada te llevo en las palas de mis manos…» (Isaías 49:15-16 CST). ¡Puedes contar con Dios cada vez que necesites ser reconfortado!

2) El Consolador vive en ti.

Cuando sufrimos, parece que Dios esté distante e inalcanzable, pero no es así. Jesús se preocupó de Sus ansiosos discípulos, tanto de los de entonces como los de ahora. «Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre» (Juan 14:16). El Espíritu Santo que mora en ti es más cercano que el aire que respiras. Está listo y dispuesto a consolarte y lo va a hacer. Algunas veces te recordará un verso de un himno, un renglón de un poema, una predicación que hayas oído, etc. Cuando sea así, créelo. Repíte las palabras: ‘¡El Dios que todo lo consuela vive permanentemente en mí!’.

3) Las Escrituras consuelan.

El apóstol nos recuerda «que, por la paciencia y la consolación de las Escrituras, [tenemos] esperanza» (Romanos 15:4). Cuando esté s cabizbajo, quizás no te apetezca leer la Biblia, pero hazlo de todos modos. Te traerá el consuelo que tanto necesitas.

1 COMENTARIO

  1. Amados en CRISTO JESUS Oira el sabio y aumentara el saber y el entendido adquirira consejo. Prov. 1:5

    Dispongamos nuestro corazon para recibir de Dios su consejo de la palabra o de siervos o siervas que el usa para edificar su Iglesia como habla en Efesios 4:11-13 amen

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