Una Palabra De Dios Para Ti Hoy

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Una Palabra De Dios Para Ti Hoy

«OS HE HABLADO DESDE EL CIELO» (Éxodo 20:22)

Cuando Dios dio los Diez Mandamientos a Su pueblo, dijo: «Os he hablado desde el cielo» (Éxodo 20:22). En otras palabras: Tenéis «Palabra de lo alto». ¡Fin de la cuestión! ¡Cúmplela! Dediquemos los próximos días a aprender cómo te afectan los Diez Mandamientos.

1) «No tendrás dioses ajenos delante de mí» (Éxodo20:3).

¿Has visto esas tarjetas que valen para todo? Por delante dicen «Felicidades», y por dentro escribes lo que te apetece. El primer mandamiento tenía la intención de que dejásemos de vivir la vida haciendo lo que nos apeteciese. Nos agarra por la solapa y nos dice: ‘¡Quieto, Jesús debe ser el Señor de tu vida, así que dale el primer lugar!’.

2) «No te [harás] ningún ídolo» (Éxodo20: 4 DHH).

Ahora bien, la mayoría de nosotros no se atrevería a adorar a un ídolo, pero ¿qué hay de serle fiel a cosas que no tienen valor eterno, como el placer, el poder, el estatus o los bienes? ¿No es eso también idolatría? Cualquier cosa que antepongamos a Dios es un ídolo.

3) «No [usarás] mal el nombre del Señor tu Dios» (Éxodo 20:7 DHH).

El hecho de no decir palabrotas y juramentos no significa que estés honrando el nombre del Señor. Como creyente, debes honrar a Dios en tu manera de hablar, de comportarte y de actuar. Ten en cuenta que eres la única Biblia que muchos llegarán a leer en su vida. Pablo escribió: «Es evidente que vosotros sois una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios viviente» (2 Corintios 3:3 CST).

«ACUÉRDATE DEL SÁBADO PARA SANTIFICARLO». (Éxodo 20:8)

El cuarto mandamiento dice: «Acuérdate del sábado para santificarlo» (Éxodo 20:8). Este mandamiento no se creó para interpretarse así:

a) Con legalismo. En tiempos de Jesús, había más de mil quinientas cosas que la Ley de Moisés prohibía hacer el sábado, como bañarse, caminar lejos o rascarse una picadura.

b) A la ligera. La otra cara de la moneda del legalismo es la permisividad. Vamos a cualquier parte el domingo menos a la iglesia y nos justificamos diciendo que estaremos presentes en espíritu, o que nos sentimos más cerca de Dios jugando al golf o en la playa. ¡A Dios no le vale eso!

c) Haciendo lo mínimo. No puedes ir a la iglesia el domingo y olvidarte de Dios el resto de la semana. Él no es sólo Señor del sábado, sino de toda tu vida.

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Una Palabra de Dios Para Ti

El propósito del sábado era:

1) Un día de descanso.

La restauración comienza con el descanso. Alguien dijo: ‘Cuando amas lo que haces, no es trabajo’. Tal vez sea verdad, pero esa filosofía te puede llevar a saturarte y quemarte. David dijo: «Me llevas a tranquilas aguas. Me das nuevas fuerzas» (Salmo 23:2-3 TLA). Fíjate en la palabra «tranquilas». Cada siete días, Dios pide «tiempo de tranquilidad».

2) Un día de restauración.

Cuando estaba al final de sus días, el comentarista bíblico William Barclay, dijo: ‘Soy anciano y he aprendido que hay pocas cosas en la vida que importen de verdad, pero esas pocas cosas importan sobremanera’ . Adorar con otros creyentes es una de ellas porque abarca las cosas estimadas por Dios, como son Su Palabra, Su voluntad, Su adoración, Su llamado, Su gracia y Su familia.

«HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE» (Éxodo 20:12)

En el quinto mandamiento, Dios dice: «Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor, tu Dios, te da» (Éxodo 20:12).

Eso quiere decir que los hijos deben respetar a los padres y que los padres deben demostrar que merecen el respeto. Abraham y Lot eran de la misma familia, pero muy diferentes a la hora de ser padres, algo que se manifestó claramente cuando Sodoma fue destruida. Dios dijo acerca de Abraham: «Yo lo escogí a fin de que él ordene a sus hijos y a sus familias que se mantengan en el camino del Señor haciendo lo que es correcto y justo. Entonces yo haré por Abraham todo lo que he prometido» (Génesis 18:19 NTV). En cuanto a Lot, antes de que Dios destruyera Sodoma, leemos: «…Los ángeles le preguntaron a Lot: ‘¿Tienes otros familiares en esta ciudad? Sácalos de aquí… porque estamos a punto de destruir este lugar…’. Entonces Lot salió con prisa a contarles a los prometidos de sus hijas: ‘¡Rápido, [salid] de la ciudad! El Señor está a punto de destruirla’; pero los jóvenes pensaron que lo decía en broma» (Génesis 19:12-14 NTV).

¿Tienes credibilidad ante tus hijos? ¿Te toman en serio? Hay dos citas históricas que todo padre debe tener muy en cuenta. La primera es del evangelista Billy Sunday: «La tragedia de mi vida es que he llevado a miles de personas a Jesucristo pero mis propios hijos no son salvos». La segunda es de Lord Houghton: «El hogar cristiano es el taller del Maestro donde el proceso de modelar el carácter se lleva a cabo en silencio, con amor, en fe y con buenos resultados».

«NO MATARÁS» (Éxodo 20:13)

El sexto mandamiento dice: «No matarás» (Éxodo 20:13).

Ahora bien, la mayoría de nosotros no necesita que le den clases de no matar, pero vayamos al quid de la cuestión: la lengua, que mata destruyendo la autoestima de una persona y toda esperanza futura. Pablo escribió: «Toda la Ley en esta sola palabra se cumple: ‘amarás a tu prójimo como a ti mismo’. Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que no os destruyáis unos a otros» (Gálatas 5:14-15). En 1994 se difundió un titular de un periódico inglés que decía: «Bacteria asesina me comió la cara». El reportaje era sensacionalista, pero la noticia estaba basada en casos reales de una bacteria estreptocócica invasiva detectada en Gloucestershire, Inglaterra. Cuando el estreptococo invasivo del grupo A (que no es lo mismo que una amigdalitis bacteriana) se apropia del cuerpo, se puede desencadenar una fascitis necrotizante, que «come» la carne de la víctima a un ritmo de varios centímetros por hora. Luego viene el choque tóxico, afectando el funcionamiento de los órganos y causando la muerte.

El Dr. Jeffrey Crowley describe lo que ocurre cuando se está infectado por el microbio mortal: «La bacteria se multiplica con rapidez, produciendo toxinas… Durante tres días, al paciente se le pueden hinchar los nódulos linfáticos, tener fiebre y sentir un dolor agudísimo en la zona de la infección. La penicilina puede frenar el ataque en ese momento, pero para el cuarto día, los tejidos infectados comienzan a morir. La bacteria satura la circulación sanguínea, destruyendo músculos y órganos y paralizando el cuerpo. En pocas horas puede llevar a la muerte… El estreptococo invasivo es poco común, pero implacable». Pensarás: ‘¡Qué horroroso!’. Es cierto, como lo es también cotillear y difamar. Ambas cosas son mortíferas; al destruir la autoestima de alguien, la persona se siente tan d esprestigiada e infravalorada que hasta llega a pensar que no vale la pena vivir. Aprende a refrenar tu lengua y habla palabras que infundan vida y no muerte.

6 COMENTARIOS

  1. me gusta con dios habla atraves de telecomunicasion muy buenos consejos ayudan a reflexionar gracias por todas las cosas de verdad y ante que todo las oraciones que dios las oye

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