Cristiano ¿Tienes Una Visión Bíblica?

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Cristiano ¿Tienes Una Visión Bíblica?

«AUNQUE LA VISIÓN TARDE EN CUMPLIRSE, SE CUMPLIRÁ A SU TIEMPO, NO FALLARÁ» (Habacuc 2:3)

En las primeras fases del embarazo, es más fácil perder el bebé. Lo mismo se puede aplicar a la visión que Dios te haya dado. El enemigo intentó destruir a Moisés y a Jesús antes de su segundo cumpleaños. ¿Que por qué? Pues, porque él temía al futuro de ambos, y «de paso» ¡al tuyo también! Es más, mientras que todavía no haya ninguna evidencia de un embarazo en una mujer, no le queda otra opción que confiar en la palabra de su ginecólogo. ¿Estás entendiendo lo quiero decir? Hay ciertas cosas que tendrías que hacer para poder «dar a luz» lo que el Señor te haya prometido. Cuando tu médico te diga: «No fumes, no bebas, no comas ciertas cosas», etc., él está pensando en tu futuro. «Pero otras pueden hacer todo aquello», dirías. Sí, pero ellas no llevan en su interior lo que tú llevas. El llamado a «dar a luz» una visión significa que te atreves a ser diferente, incluso radical: trae consigo desconectarse de las relaciones que te pueden causar daño, no acudir a ciertos lugares, y reordenar tus prioridades de acuerdo con el destino que Dios te ha dado, y no con la aprobación de la gente. Si piensas que hacer realidad a una visión es fácil, ¡comprueba el precio en la etiqueta! Al igual que el parto, es duro, solitario, agotador, te cambia el apetito y te altera los horarios, conlleva dolor y deja hasta «estrías». Por lo tanto, antes de decir palabrerías o «jugar» con el propósito del Señor para tu vida, pregúntate: ¿Estoy dispuesto a llevarlo hasta el final?. Las visiones no son para los inmaduros, los impacientes o los de corazón débil, y no puedes minimizar las cosas cuando se ponen feas.

La visión de Ester implicaba jugarse la vida diciendo: «…si perezco, que perezca» (Ester 4:16b). ¿Pereció? No, pero ella debía estar dispuesta a correr ese riesgo.¿Lo estás tú?

«AUNQUE LA VISIÓN TARDE EN CUMPLIRSE, SE CUMPLIRÁ A SU TIEMPO, NO FALLARÁ» (Habacuc 2:3)

Mucha gente se agota intentando cumplir una visión que el Señor no le dio. Entonces, ¿de dónde vino?

(a) De las influencias más dominantes en su vida.

(b) De la necesidad de demostrar algo a alguien.

(c) De problemas sin resolver: el intentar de ganarse el amor de su progenitor, o el querer demostrar que tiene tanto talento como su hermano/a, colega o, en algunos casos, el pastor de la iglesia más grande de la ciudad.

Abraham aprendió esa lección por medio de la forma más difícil. Dios le prometió un hijo; pero él se impacientó, y preocupado porque se estaba haciendo viejo, aceptó un mal consejo y acabó siendo padre de Ismael. Ten cuidado, porque más tarde todas tus oraciones, proyectos y avances no van a convertir el camino equivocado en el correcto. Es más, el Señor no te va a apoyar para que hagas lo que Él haya puesto en el corazón de otra persona. Por eso, es insensato compararse con los demás. Dios no te prometió darte lo que Él dio a otros, porque tú eres único, como lo es también el plan para tu vida. Los que cometen este error, acaban con una sensación de fracaso y de frustración, porque constantemente se están midiendo con la misión de otras personas. Si no eres «agraciado» para hacerlo, te vas a agotar (y contigo, todos los que te rodean). Por eso, asegúrate de dónde procede tu visión.

Aunque tu visión venga del Señor, vas a experimentar disgustos, desánimos y retrasos. La verdad es que, cuanto más grande sea, mayor serán los ataques contra ti. Pero cuando sepas en lo más profundo de tu ser que tu visión viene de Dios, serás capaz de perseverar en los malos tiempos con la convicción del salmista: «El Señor cumplirá su propósito en mí» (Salmos 138:8).

«AUNQUE LA VISIÓN TARDE EN CUMPLIRSE, SE CUMPLIRÁ A SU TIEMPO, NO FALLARÁ» (Habacuc 2:3)

Cuando Dios te da una visión, también te da los medios necesarios para cumplirla. A menudo, Él utilizará algo que ya tienes, aunque lo ignoraras o pensaras que no servía para el desafío. Ante la necesidad de tener que alimentar a cinco mil personas hambrientas, los discípulos se sintieron totalmente inadecuados, pero Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver (Marcos 6:38). El Señor abrirá tus ojos espirituales para que veas de lo que ya dispones o que esté a tu alcance. Y cuando lo reconozcas, dáselo a Él; lo bendecirá multiplicándose, y será más que suficiente. La clave de tu éxito se encuentra en las palabras: «Id a ver».

Deja de relegarlo, de poner excusas, de compadecerte, de menospreciarte o de ser intimidado por los que digan que no tienes lo que se precisa. ¡Escucha a Dios! Él te ha provisto de todo lo necesario para que llegues a donde debes ir. Pablo escribió: «Y a Aquél que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a Él sea gloria…» (Efesios 3:20-21). Fíjate en las palabras «…más abundantemente…» y «…el poder que actúa en nosotros….» Mírate al espejo y di: «Estoy repleto de recursos, porque el Señor me ha dado todo lo que necesito para que su plan se cumpla en mi vida». Esto no es exageración, orgullo o racionalización, es la fe que está hablando, la que te conecta con Dios y te pone en contacto con los recursos necesarios para realizar lo que Dios te ha llamado a hacer.

2 COMENTARIOS

  1. Desde el momento que he recibido estos devoción ales, Dios no ha dejado de sorprenderme ya que cada uno de ellos ha traído la respuesta específica para cada sircunstancia me son de gran bendición muchas gracias por enviármelos bendiciones para el Pastor y su equipo que lo hacen posible

  2. el señor nuestro Dios es el todopoderoso que nos guia y nos enseñacada dia ha estar con el y siempre nos protege y nos guaarda de todo mal y nos enseña a esta conEl amen

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