¿Qué Haces Cuando No Te Sales Con La Tuya?

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No te salgas con la tuya
¿Qué Hacer Cuando No Te Sales Con la Tuya?

¿Qué Hacer Cuando No Te Sales Con La Tuya?

CRECED EN LA GRACIA ( 2 Pedro 3:18)

El psicólogo Henry Cloud ofrece sus servicios a varias empresas. A veces les plantea esta pregunta a los ejecutivos: ¿Han seguido alguna vez, como parte de su plan de estudios y de formación profesional, un cursillo de cómo saber perder?. Perder es parte inevitable de la vida. Nos brinda información inapreciable acerca del desarrollo de nuestro carácter. ¿Cómo nos comportamos cuando formamos parte de un equipo que toma una decisión contraria a lo que nosotros queremos? ¿Cómo manejamos la situación cuando el ascenso que hemos solicitado se lo dan a otro? ¿Qué hacemos cuando nuestro plan, propuesta o invitación para salir con alguien son rechazados? Perder es parte íntegra de la vida. Pero ser malos perdedores nos puede costar caro.

Por ejemplo, el presidente de una gran empresa presenta un programa de cambio que es una causa perdida porque nadie la apoya. Pero él es obstinado y no acepta la oposición, por lo cual se sale con la suya, pero la gente lo va a cumplir de muy mala gana. Sus subordinados no se le oponen abiertamente, pero sabotean su programa y pierde el respeto y la lealtad de los mismos. Por no aceptar perder en su programa, pierde algo que es mucho más valioso.

O el caso del pastor que quiere que su iglesia cambie, proponiendo una dirección con la que los miembros no se identifican. Quiere que ésta se convierta en la iglesia ideal. Para convencerlos, predica sermones acusadores que pretenden reprenderlos por no seguir su liderazgo. Trata de presionar a los ancianos. Amenaza, se queja, manipula. Al final, los ancianos le piden que se vaya de la iglesia. Por no ser capaz de aprender de sus pérdidas, lo pierde todo. El apóstol Pedro, famoso por ser un gran «cabezota», aprendió a ser más sabio y más maduro con los años, así que escribe: «creced en gracia» Cuando no te salgas con la tuya, al menos demuestra tener gracia.

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«CRECED EN LA GRACIA» ( 2 Pedro 3:18)

Saber ganar con gracia puede ser más difícil que saber perder. Cuando ganamos, somos tentados por la arrogancia, el poder y la insensibilidad, y queremos revivir nuestros triunfos mucho después de que los demás ya se han aburrido de ellos. Los ganadores gentiles siempre recuerdan cómo se sienten cuando pierden. Han entendido que hay algo superior a sus propios éxitos o fracasos.

Abraham Lincoln tuvo la sabiduría de anteponer el bien del país a su propio ego y por ello nombró Ministro de Guerra a su peor oponente político, Edwin Stanton. Este hombre de mente privilegiada en el área jurídica, podía ser brusco y condescendiente. Como escribió Frederick Douglass: «La cortesía no era una de sus debilidades». Lincoln, por otra parte, era muy consciente de sus rasgos físicos y de su trasfondo inculto. (Cuando alguien le acusó de tener dos caras, le respondió: ¿Cree usted que si tuviera dos caras, estaría llevando ésta?). Como Fiscal General del Estado del partido previamente en el poder, Stanton había denigrado a Lincoln, llamándole «el auténtico gorila o el gorila original».

La forma en que Lincoln trató a Stanton es parte de los anales de la historia de la Guerra Civil estadounidense. Lincoln puso su confianza en él, fue su confidente, se apoyó en él, dependió de él. Y Stanton respondió con un cariño y afecto indefectibles. Abraham Lincoln murió en la mañana del 14 de abril de 1865, como consecuencia de un disparo la noche anterior, durante una función en el Teatro Ford de Washington. Las palabras más famosas nunca pronunciadas después de la muerte de un presidente, fueron las siguientes: «Ahora él pertenece a todas las edades», pronunciadas por Edwin Stanton. El hijo de Abraham Lincoln, Robert Lincoln, relató que tras la muerte de su padre, todos los días durante dos semanas Stanton lo visitó en su habitación y «pasó los primeros diez minutos de cada visita llorando, sin decir nada» Cuando ninguna otra cosa funciona ¡la gracia da resultado!

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