El Rey Te Ama: La Historia de Mefi-Boset

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El Rey Te Ama: La Historia de Mefi-Boset

La Historia de Mefi-Boset: El Rey Te Ama

“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé” Isaías 43:4

Existen momentos en la vida donde todo es tan oscuro, donde nos encontramos en un túnel sin salida; donde estamos a punto de caer desde el precipicio. El poder de Dios se perfecciona en la debilidad, donde ya nadie ve esperanza Dios la ve. En nosotros ve posibilidades infinitas. Hay un amigo del Antiguo Testamento que puede contárnoslo, Mefi-Boset.

Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. David dice: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.

Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies. 2 Samuel 8:8-10, 13

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El Rey Te Ama: La Historia de Mefi-Boset

Y ahí podemos verlo: postrado con un juicio tan severo de sí mismo, lisiado y descuidado, la vida fue muy dura para él. Muchas veces tuvo que comer sobre el suelo o en lugar donde su condición le permitiese. Pero ahora está sentado en un lugar de mucha honra y prestigio, está sentado a la “mesa del rey”. Mefi-boset no tiene ningún mérito, tal vez no serviría de mucho en el reino. No son sus atributos los que le permitieron estar allí, lo que lo llevo de la desgracia a la gloria fue el amor que el rey tenía por él. Estaba ahí porque el rey lo amaba.

No importa si estás lisiado por el pecado, el rey te ama; si tuviste un pasado terrible, el rey te ama; si no tienes que ofrecerle, el rey te ama. Te ama tanto que soportó una pesada cruz, clavos que traspasaron sus manos y pies. Te ama tanto que soportó el peso del pecado y la separación de su padre que consigo trae.

A sus ojos fuimos de gran estima y nos amó Isaías 43:4

Hoy te llama desde lodebar, ¡Ven! Siéntate a su mesa. El rey te ama, acéptalo en tu corazón.

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