¿Cómo Guiar a tus Hijos Adolescentes Según La Biblia?

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“…MEJOR ES LA SABIDURÍA QUE LA FUERZA…” (Eclesiastés 9:16)

¿Tienes hijos adolescentes? ¡Bienvenido a los años difíciles!

No eres mal padre, sólo un padre de adolescentes. A lo mejor dices:

“Pero si no tiene más que diez años, ¡no debería pasar por esto todavía! No le des más vueltas; hoy en día se desarrollan antes.

La pubertad empieza entre los diez y los doce años, así que es fundamental, para no equivocarte como padre, que sepas cómo funciona esa mezcla genética acelerada que se produce en ellos. Aquí te damos unas pautas:

1) Algunas de las técnicas que usaste antes probablemente no den resultado ahora.

Lo que funcionaba cuando tus hijos eran pequeños, ya no funciona con éstos. ¿Recuerdas cuando con sólo levantar la voz tu hijo de diecisiete años te obedecía?

[highlight color=»blue»]Intenta lo mismo con estos adolescentes hormonales –¡y prepárate para la batalla![/highlight]

La química de los adolescentes no concuerda con ninguna lógica, por lo tanto procura saber qué cosas les interesan, ora para que Dios te de gracia y responde con estrategias que den resultados, no con las que fallan. Si tratas a tus adolescentes como niños, no te va a funcionar.

2) Es posible aprender aquello que no nos resulta natural.

Esos “padres modelos” de los que oyes hablar, tal vez le quiten importancia al asunto, porque aún no les ha tocado lo peor, o tal vez se ganaron los honores a base de golpes. No es fácil. La forma de aprender a hacerlo bien es haciéndolo mal al principio, y luego mejorando y pidiendo a Dios que llegue donde tú no puedes llegar, ¡y Él lo hará!

3) El único error que no se te puede perdonar es el que no reconoces.

Tus hijos saben que no eres perfecto, y no les importa. Pero también saben lo difícil que es reconocerlo; cuando lo haces, están dispuestos a perdonar. Por lo tanto, no intentes ser un modelo de perfección; sólo demuéstrales, con humildad y de manera constructiva, como manejar las situaciones cuando ellos también fallen.

¿Cómo guiar a tus hijos adolescentes Con La Sabiduría de Dios?

“…MEJOR ES LA SABIDURÍA QUE LA FUERZA…” (Eclesiastés 9:16)

Padres, ¡la mayor influencia que reciben los hijos es la tuya!

 

A lo mejor dices: ‘¡Pero si apenas me escuchan, sólo hacen caso de lo que dicen sus amigos!’

Los compañeros son muy influyentes, y si no los tienes en cuenta o los criticas, sólo conseguirás incrementar la presión negativa que ejercen sobre tu hijo.

La resistencia de los adolescentes no significa necesariamente que no estén de acuerdo con tus opiniones, o que piensen que estés equivocado; lo que ocurre es que están expuestos a dos tendencias innatas que están moldeando su vida.

[highlight color=»blue»]En primer lugar[/highlight], para que su crecimiento social sea sano, necesitan relacionarse con amigos.Presentarse delante de ellos como un tanto inconformistas e independientes les facilita ser aceptado en esas relaciones, por ello a veces dan la impresión de que no tienen en cuenta a los padres. No lo tomes de forma personal; tiene que ver con su necesidad de crecimiento; no es nada que ver contigo.

[highlight color=»blue»]En segundo lugar[/highlight], el proceso normal de su crecimiento los empuja a querer ser más independientes. Cuando se retraen, lo hacen movidos por ese impulso, no porque quieran ser rebeldes ni estar en total desacuerdo contigo.

Estas dos inclinaciones dadas por Dios los preparan para “dejar a su padre y a su madre para llegar a ser una sola carne” con otra persona para toda la vida (véase Génesis 2:24).

Cuando pescas a caña, si no dejas que el hilo de pescar salga lo suficiente, éste se tensará y acabará rompiéndose. Del mismo modo, intenta comprender el flujo natural del desarrollo de los adolescentes y síguelo, no vayas contra corriente. Intenta dirigir a tu hijo y a ayudarle con formas constructivas de expresar su nueva autonomía y de encauzarlo correctamente.

El problema no es tu manera de pensar sino cómo enfrentas la situación. Trata de ser siempre razonable, amoroso, paciente, demostrando afirmación y orando; todo lo cual va a abrir camino a la cooperación y no a la confrontación. En el tiempo de Dios, ya adoptarán tus valores, creencias y actitudes porque “Instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartará de él” (Proverbios 22:6).

¿Cómo guiar a tus hijos Adolescentes? Versículos Bíblicos

“…MEJOR ES LA SABIDURÍA QUE LA FUERZA…” (Eclesiastés 9:16)

Si te has propuesto a toda costa cambiar a tu hijo, ¡cambia tú primero!

Intentar cambiar a los demás no suele dar resultados. El mensaje que los adolescentes perciben con esos esfuerzos es el de “no te acepto como eres”. Y eso mismo hace de ellos unos “rebeldes con causa”, siendo ésta resistir tus tentativas de cambiarlos.

La mejor forma de cambiar a alguien es variar la forma en que lo tratamos. Cuando modificas tu acercamiento a ellos, las cosas serán diferentes; puesto que el estímulo es distinto, su respuesta a él también lo será. Si las técnicas que usas no están funcionando, reflexiona y haz algo que funcione. No tienes que tener la solución perfecta al principio. Con sólo dejar ese conflicto constante y frustrante con ellos, se mejorará el ambiente, disminuirá la tensión y se dará paso a una estrategia más eficaz.

El reñir a tus hijos continuamente, hace que se pregunten:

¿Pero por qué estás siempre encima de mí? y eso impide que enfrenten la raíz del problema. Al mermar la tensión, y confirmar a tu hijo lo que él representa para ti, aumentará las posibilidades de éxito.

La mente de los adolescentes funciona de manera un poco rara. No están locos, pero se enfrentan a un cambio físico muy grande.

Hubo un tiempo en el que se pensaba que para cuando un niño tenía cinco años, su cerebro ya se había formado por completo. ¡Pero nos equivocamos! Ahora sabemos que el desarrollo más complejo del cerebro se produce durante la adolescencia.

En esos años las neuronas saltan de forma espontánea, sin avisar, y sin que haya un estímulo racional, haciendo que el muchacho se sienta abrumado por sentimientos que no entiende y que no ha aprendido a controlar. Por eso se comportan de forma tan errática, incoherente, impredecible e irritable.

Tú debes hacerte cargo de este proceso y ser una influencia tranquilizante. Este tiempo “desconcertante” pasará. Mientras tanto, ora, porque: “…Mejor es la sabiduría que la fuerza…” (Eclesiastés 9:16).

6 COMENTARIOS

  1. Dios les bendiga en gran manera de verdad que estas pautas a seguir para ayudar a mis hijos a desarrollarse de la mejor manera,han sido de bendición ya que soy madre soltera .

  2. Agradezco a nuestro buen Padre Celestial por gente como ustedes que se dedican a apoyar en temas tan relevantes como la crianza de un hijo. Cuando somos madres sin ayuda idónea se vuelve más difícil, pero gracias a Dios por vuestro ministerio. Sean muy bendecidos y prosperados.

  3. Extraordinario el artículo y con mucha sabiduría conforme a la palabra de Dios. Me encantó y me sirvió en este momento difícil como madre!

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