ANTES DE HABLAR
David preguntó al Señor, “Señor, ponme en la boca un centinela; un guardia a la puerta de mis labios. (Salmo 141:3 NVI) Esta es una buena oración que todos los cristianos deberíamos orar.
A lo largo de los días pasados hemos repasado muchas escrituras que te ayudarán al control de tu lengua. Hoy queremos dejarte algunas orientaciones prácticas. Antes de hablar, hazte estas preguntas:
-¿Dará gloria a Dios lo que estoy a punto de decir?
-¿Es la verdad?
-¿Es justo para todos los afectados?
-¿Será provechoso para todos los afectados?
– ¿Enseñará a otros (resultar en buena voluntad y mejores amistades)?
-¿He hablado con la persona de quien hablo?
-¿Lo que estoy diciendo es un hecho que necesitas compartirse o es algo basado en rumores que en realidad no debe ser discutido?
-¿Es absolutamente necesario que yo comparta esto?
Antes de hablar, piensa en estos versículos:
No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda (Salmos 139:4 NVI).
…los labios convincentes promueven el saber (Proverbios 16:21 NVI).
El sabio de corazón controla su boca; con sus labios promueve el saber (Proverbios 16:23 NVI).
Es muy grato dar la respuesta adecuada, y más grato aún cuando es oportuna (Proverbios 15:23 NVI).
Ya que todo será destruido de esa manera, ¿no deberían vivir ustedes como Dios manda, siguiendo una conducta intachable (2 Pedro 3:11 NVI).
Como naranjas de oro con incrustaciones de plata son las palabras dichas a tiempo (Proverbios 25:11 NVI).
El que refrena su boca y su lengua se libra de muchas angustias (Proverbios 21:23 NVI).
El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina (Proverbios 13:3 NVI).
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