¿No Tienes Ganas de Predicar? ¿Qué debes hacer?

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¿No Tienes Ganas de Predicar? ¿Qué debes hacer?

Las Ganas de Predicar En La Biblia ¿Cómo se puede predicar cuando no tienes ganas de predicar?

Esta es una pregunta importante que muchos predicadores se hacen. Déjame decirte, en primer lugar, decir que no tienes que predicar todas las semanas. En la gran mayoría de las iglesias, hay al menos otra persona que podría predicar.

Si permitiera que otra persona ocupara el púlpito que Dios te ha confiado, contribuiría mucho a reavivar sus energías. Incluso puede entrenar discípulos en este ministerio fundamental que es la predicación. Con esto no estoy animando a los pastores que permitan en sus pulpitos neófitos o gente que no sabe que hacer, pero es posible que este sea el tiempo para entrenar personas en este menester.

Algo para dejar en claro aquí, es que en su barrio o ciudad hay miles de predicadores que les gustaría predicar en su iglesia. Es bueno tener el contacto y hablar de esto con otros ministros que conozcas en integridad y fidelidad a la palabra. Por lo tanto, antes de convidar a alguien hablé con sus ministros o con los ancianos de la iglesia.

¡Predica la Palabra de Dios!

Por el momento responderemos a la pregunta directamente sin rodeos. ¿Como predicar cuando no tienes ganas de predicar? La respuesta simple y clara es predicar. Predicar en tu angustia. En otras palabras predicas A TRAVÉS de tu angustia. En ocasiones nuestra condición de dolor y sufrimiento, puede dar paso a que la palabra de fe salga de nuestros corazones.

Recuerdo un predicador que dijo: «Si no tuviéramos problemas, no sabríamos que Dios tiene el poder para resolverlos».

Piensa en esto: si Habacuc no se hubiera molestado con Dios, no tendríamos su libro en la Biblia. De igual forma, como tendríamos tan bellos Salmos, si David no hubiera sido perseguido por Saúl.

No Debes Ignores Tu Sufrimiento Y Dolor

Te aconsejo a no intentar cortar tu dolor o ignorarlo mientras te preparas o predicas. Es necesario no solo ser sincero sino verdadero. Es posible que en estos momentos no puedas transmitir correctamente algunos textos como lo hacías antes. Esta fase de tu vida puede ser un redescubrimiento que te pueda colocar para creer en esperanza contra esperanza.

Yo siempre digo que es fácil hablar de Dios y predicar cuando todo está bien, pero cuando aún no has conquistado ciertas cosas y estás padeciendo con algunas otras, debes ser auténtico y verdadero. Debes estar más conectado con el dolor de la gente en la iglesia, o del mundo, que con tu propio dolor, eso se llama misericordia. Sentir el dolor de los demás, pueda ser un regalo poderoso del cielo para tu ministerio y predicación.

Como predicador, entiendo que todo mensaje ministra y me transforma. Debo dar gloria a Dios por esto, pero debo entender que estoy predicando no solo para mí, y si para ayudar a la iglesia de Dios. Aunque no debes anularte, tampoco debes predicar únicamente para ti. Hay que transmitir a la iglesia que los problemas no duran para siempre, más la palabra de Dios sí.

En tu predicación debes tener un punto de equilibrio y entender que estás predicando a la iglesia que necesita una palabra de Dios. Cuando sufres y predicas concentrándote en el dolor de los demás, puedes dar una palabra de fe que transforme la situación actual de los miembros para darles un futuro y esperanza.

Puede ser que esta esperanza no sea manifiesta, sino aquella que viene del otro lado donde está el dolor. No puedes aprender lo bueno que es el regalo de Dios hasta que no comprendas tu posición en Dios y quien eres en Cristo. Sea lo que sea, envía a la iglesia a casa con una palabra viva y verdadera.

Cuando este tiempo de dolor pase, y creo con certeza que pasará, por favor no te olvides de mirar atrás. Ahora, mira desde tu nueva posición del otro lado del dolor, y responde a la palabra de Dios que te guiara para tu próxima predica y ministración.

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