3 Resoluciones Bíblicas Para La Iglesia En Este Año Nuevo

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Propósitos Bíblicos Y Resoluciones Para La Iglesia Cristiana En Este Nuevo Año

Propósitos Bíblicos Y Resoluciones Para La Iglesia Cristiana En Este Nuevo Año

¡Feliz Año Nuevo! Es un saludo para todos nuestros amigos y miembros del ministerio DevocionalesCristianos.org.

Al final del año, mi esposa dio positivo para el COVID-19. Pero, ahora ella está bien y en casa gracias a Dios. Ella está totalmente restablecida y nosotros fuertes para continuar la obra del ministerio. Así que, es de esa manera que empezamos este nuevo año.

¿Puedes creer que ya estamos en el año 2022? Muchos de ustedes dicen en este año nuevo: «Ahora sí, puedo. Después de que en el 2021 intentaran superar el incendio que fue el 2020 para todos nosotros por causa de la pandemia, ¡este año no podía llegar más rápido!»

Creo que cada año de COVID-19 que hemos pasado, equivalen como a 8 años de los normales. Y lo que me gusta del Año Nuevo, al menos para mí, es que siempre hay una nueva esperanza. Tenemos un nuevo comienzo. Al igual que las misericordias de Dios se renuevan cada mañana (Lam 3:23), siento que cada nuevo año es un buen momento para empezar algo nuevo, cambiar algo que no funciona o avanzar hacia un mañana mejor.

Una de las maneras en que la gente hace esto es estableciendo Resoluciones de Año Nuevo. Esta semana he encontrado una lista en la web con los principales propósitos que la gente se propone realizar, aquí un ejemplo:

LOS PRINCIPALES PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO

– Hacer más ejercicio
– Comer más saludable
– Ahorrar más dinero
– Pasar más tiempo con la familia
– Ser una mejor persona
– Conseguir un nuevo trabajo
– Dejar de fumar
– Dejar de beber

Pero, vamos a ser sinceros, yo hago propósitos casi todos los años, y algunos años los consigo y otros no. Más, ¿y tú? ¿Te has propuesto algo este año para cumplir?

Pero hoy, esto es lo que quiero que hagamos. Quiero establecer algunas resoluciones como iglesia para el 2022. Como iglesia, ¿qué haremos en 2022? Esa es la pregunta.

En 2022, pido a Dios y abro mi corazón para que algunas cosas en mí cambien. En la iglesia Sem Placas vamos a tener una actualización en nuestro sistema de sonido, queremos que la alabanza y la adoración sean mejores que años atrás. Esperamos hacer con los miembros algunas cositas más en la iglesia. Así que habrá algunas novedades en algunas cosas. Eso es bueno, pero no es de lo que quiero hablar ahora. Estas son cosas buenas, pero secundarias y no deberían ocupar el primer lugar en el propósito de la iglesia.

Lo que es más importante y me entusiasma es esto: En 2022, queremos mirar hacia atrás y tomar una decisión de seguir haciendo las mismas cosas que la iglesia primitiva hizo en Hechos 2.

Nuestra misión no ha cambiado, pero el mundo cambia constantemente. La presión constante del mundo exterior y dentro de la cultura de la iglesia evangélica hace que tengamos que asegurarnos siempre de no ceder a la presión. Es demasiado fácil que las iglesias comiencen a desviarse del rumbo y salirse del propósito.

Algunas cosas externas, estilos, y algunos métodos de ministerio pueden y van a cambiar con el tiempo, y eso está bien, pero el fundamento de la iglesia debe seguir siendo el mismo. Dios no ha cambiado. La Biblia no ha cambiado. Y nuestra misión no ha cambiado. Por lo tanto, cada año, nuestra iglesia tiene que decidirse a mantenerse centrada en las cosas más importantes. Y creo que vemos una buena imagen de esas cosas en Hechos 2.

3 Resoluciones Para La Iglesia Cristiana Según El Libro de Hechos capítulo 2

En Hechos 2, vemos el comienzo poderoso de la iglesia. Jesús ha sido crucificado, resucitado, visto por muchos, y ha ascendido a la diestra de Dios en el cielo. Ahora, 120 de sus seguidores están en el aposento alto, orando y esperando ansiosamente las órdenes de Dios sobre lo que deben hacer a continuación.

Entonces, en Pentecostés, el Espíritu Santo vino y dio poder a los creyentes en el aposento alto. Y lleno del Espíritu Santo, Pedro predica con valentía el evangelio a todo el que quiera oírlo, y mira cómo responde la gente.

Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamaré.

Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos (Hechos 2:37-47 RV1960).

Piensa en esta escena. Un pequeño grupo de creyentes llenos del Espíritu Santo predica el evangelio a una ciudad llena de gente, y la iglesia tuvo un crecimiento explosivo de 3,000 personas de inmediato. ¡Imaginen el hermoso caos de 3.000 personas bautizándose en un día!

Así que Pedro predica el evangelio, llamando a la gente a confiar en Cristo, a arrepentirse de sus pecados y a bautizarse, y pum, Pedro está ahora dirigiendo la primera mega-iglesia. Y en los siguientes versículos, vemos cómo funcionaba la iglesia y qué la hacía tan sorprendente. Y aquí es donde quiero que centremos nuestra atención hoy:

Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos (Hechos 2:42-47 RV1960).

Esta fue la hermosa edad de oro de la famosa iglesia primitiva. Y aquí es donde quiero que veamos tres resoluciones o propósitos para la iglesia en 2022. Y la primera es esta:

1) Ser discípulos y consumidores de la Biblia

Observe que lo primero que hizo la iglesia primitiva fue que «se dedicaron a la enseñanza de los apóstoles» (2:42). ¿Qué enseñaban los apóstoles? Bueno, lo tenemos en sus propias palabras escritas en la Biblia.

Como iglesia, creemos firmemente en la sola escritura. Es la Palabra de Dios, y es la fuente final de autoridad para toda nuestra fe y práctica. No dice todo sobre todo, pero sí dice todo lo que necesitamos saber para seguir a Dios. No hay nada que debamos o no debamos hacer de lo que la Biblia no dice.

En otras palabras, no necesitamos un montón de libros escritos por autores cristianos. Esos son buenos y útiles. He leído muchos, e incluso he escrito algunos en forma de estudios y devocionales diariamente. Pero ningún otro libro está al mismo nivel que la inspirada e inerrante Palabra de Dios.

Si todo lo que tuviéramos fuera la Biblia, eso sería más que suficiente para nosotros. Es el libro que está por encima de todos los demás libros. Por lo tanto, debemos mantener la Biblia en su propio pedestal, al frente y en el centro de nuestra iglesia.

Tristemente, este no es el caso en muchas iglesias. Me invitaron a una iglesia años atrás, donde, el pastor principal dijo: «No vayas a la Biblia hasta por lo menos la mitad de tu sermón». Y pensé: «¿Qué? La predicación debe estar completamente basada en las Escrituras».

Cualquier cosa que yo o cualquier otro predicador diga que no esté completamente nacida, arraigada y goteando de las palabras de la Escritura es simplemente nuestra interpretación y opinión. Tómelo o déjalo. Pero cuando tú o yo leemos la Palabra, puede llevarla al pulpito. Estas páginas no son solo buenas ideas; son la palabra inspirada y escrita de Dios para nosotros.

En su comentario sobre Hechos 2, John Stott escribe: «El Espíritu de Dios lleva al pueblo de Dios a someterse a la Palabra de Dios».

Eso es hermoso. El Espíritu Santo llena a los creyentes, y lo primero que vemos que hacen es proclamar la Palabra de Dios y someterse a ella.

Que el Espíritu de Dios guíe a nuestra iglesia, como pueblo de Dios, a someterse a la Palabra de Dios en este 2022 y todos los años siguientes.

Si nunca has leído la Biblia, empieza a hacerlo. Si no estás en un estudio bíblico, métete en un estudio bíblico. Todo lo que hacemos en esta iglesia necesita alinearse con lo que Dios nos ha ordenado hacer. La Biblia es el fundamento y la guía de toda nuestra fe. Resolvamos ser discípulos y consumidaores de la Palabra.

2) Dedicarnos a la comunión de los Santos

Gran parte del resto de Hechos 2:42-27 se centra en la comunión cristiana. La palabra «comunión» en el griego original es koinonia. Significa común o comunidad, casi siempre hace referencia a algo que se comparte. De hecho, es la misma palabra raíz que se utiliza más adelante en Hechos 2:44 cuando dice que tenían todas las cosas en «común».

La vida cristiana está destinada a ser vivida en comunión (koinonia) con otros creyentes que tienen una fe compartida en nuestro amor compartido por Dios y nuestro amor compartido por los demás.

La vida cristiana no está pensada para ser vivida en solitario. La comunidad es un elemento esencial de la vida cristiana.

En el libro del Génesis, cuando Dios creó el mundo, miró todo lo que había hecho y declaró que era bueno. Pero luego mira a Adán. Y por primera vez, Dios dice, «No es bueno que el hombre esté solo» (Génesis 2:18).

Dios creó a los seres humanos para que fueran seres sociales, no para perder el tiempo en «las redes sociales». El aislamiento no es bueno para nosotros. Creas o no en la Biblia, una lección que aprendimos en 2021 y en la que todos podemos estar de acuerdo es que el aislamiento y la soledad no son buenos para la mente humana.

El cristianismo es una fe comunitaria con prácticas comunitarias. Practicamos el culto corporativo cantando juntos, orando juntos, leyendo las Escrituras juntos y partiendo el pan juntos. Y practicamos cosas como la generosidad, la hospitalidad, el perdón y el amor mutuo. No se puede hacer nada de eso en soledad.

Cuando llegas a ser cristiano, eres adoptado en la familia de Dios, y pasas a formar parte del cuerpo de creyentes. Por eso los cristianos tienen la costumbre de llamarse unos a otros «hermano» o «hermana», porque todos somos hermanos en la familia de Dios.

Algunas personas argumentan, sí, pero puedo ser cristiano y no ir a la iglesia. Y técnicamente, sí, puedes creer en Dios y no formar parte de un cuerpo local de creyentes, por lo que sigues siendo cristiano. ¿Pero sabes lo que no puedes hacer si no estás conectado a una iglesia? No podrás ser totalmente obediente a Dios.

Lo entiendo; algunos de nosotros estamos lidiando con el dolor de la iglesia que hemos sufrido cuando tenemos una mala experiencia con gente pecadora y mala en la iglesia. Yo también he pasado por eso. Pero Dios nos llama a amar y abrazar a esta «familia desordenada y disfuncional» en la que estamos.

¿Cómo puedes amar a Dios y odiar a su novia? Si no eres parte de una comunidad de creyentes, eres un huérfano espiritual. El cristianismo es una fe para vivir en comunidad con prácticas de comunidad.

Y si miran el resto del capítulo 2, verán que esta comunidad o confraternidad de creyentes que llamamos la iglesia cuando se someten a la Palabra de Dios, resulta en prácticas de adoración de comunidad de tomar la Cena del Señor juntos y orar con y por los demás, y ser generosos para ayudarse unos a otros.

En este punto, la gente a veces mira erróneamente a la iglesia primitiva y pregunta, ¿no es eso comunismo? Y la respuesta corta es no.

El comunismo te obliga a participar. Nada te pertenece. Todo pertenece al gobierno/poder central. La comunidad cristiana bíblica que vemos en Hechos 2 no es nada de esto. No se obliga a nadie. Aquellos que tienen más que otros dan libre y alegremente como el Espíritu de Dios los guía para ayudar a otros. Es una forma mejor. El comunismo a menudo quita los derechos de propiedad, la iglesia de Hechos 2 todavía tenía la propiedad individual. Después de todo, mira Hechos 2:26. Partían el pan en «sus casas», no en los templos de la iglesia.

Así que este año, que nos propongamos como iglesia practicar la comunión bíblica y cristiana. Encuentre un lugar donde pueda conectarse si aún no lo ha hecho. Únete a un grupo, toma una clase, o sirve en un ministerio. Conéctate a un grupo de hermanos y hermanas en Cristo para hacer la vida juntos en un maravilloso compañerismo cristiano. Si hay personas necesitadas en la iglesia, que los que tenemos más de lo que necesitamos seamos generosos con los que no tienen suficiente. Y que todos sigamos adorando y orando juntos en esta comunidad.

3) Ser atrevidos y audaces al compartir nuestra fe con el mundo

Vuelve a ver Hechos 2:47,Y el Señor añadía de día en día a los que se salvaban.

Los primeros cristianos vivían de tal manera que la gente veía la diferencia en sus vidas, y también iban a los atrios del templo y proclamaban las buenas nuevas de Jesús. Esta no era solo una fe interna y personal. Cambió todo en ellos, tanto que la gente estaba maravillada (Hechos 2:43).

Ahora, fíjese en esto: ¿Quién dice que añadió su número a las personas que fueron salvadas?

El Señor. ¿Y quién salvó a la gente? El Señor.

Esto debería ser un tremendo alivio para sus hombros si es pastor. Tú no puedes salvar a nadie. Solo Dios salva. Tu trabajo es simplemente dedicarte a amar a Dios, amar a los demás y ser atrevido en esto. Eso es todo. Si haces eso, serás una luz. La gente verá la diferencia en ti, y compartirás las buenas noticias de Cristo con los que te rodean. El evangelismo no es un programa de la iglesia que se hace de vez en cuando; es una parte diaria de ser un discípulo de Jesús. Todos estamos comprometidos con el evangelismo diariamente. Y Dios está añadiendo a nuestro número diariamente aquellos que están siendo salvos.

Muchos miran a Hechos 2 como una era dorada de la iglesia. Es tan perfecto, ¿no es así? Todos amando y compartiendo. Pero este mundo ideal no duró mucho. Lea los siguientes capítulos de Hechos. ¿Qué sucede después?

La Persecución

En Hechos 3-4, Pedro y Juan son arrestados después de que Dios actúa a través de ellos para sanar a un mendigo cojo en la puerta del templo. Y vemos la conclusión de su juicio en Hechos 4:18-21.

Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no hallando ningún modo de castigarles, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho, (Hechos 4:18-21).

Fíjese en lo atrevidos que eran. Debemos escuchar a Dios primero. No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto u oído. Este es el tipo de actitud que les falta a muchos cristianos hoy en día. Tenemos miedo de lo que la gente pueda pensar de nosotros. Tenemos miedo de que nos reprendan, nos quiten la amistad, nos condenen al ostracismo o, Dios no lo quiera, de que podamos ofender a alguien con la verdad del Evangelio.

Después de su liberación, los apóstoles se reúnen para orar. Y mira cómo oran para tener valentía.

Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios (Hechos 4:29-31).

Justo después, en Hechos 5, Pedro y los apóstoles son arrestados de nuevo y encarcelados. En medio de la noche, un ángel del Señor abre las puertas de la prisión y los libera. Entonces, cuando los guardias son enviados para llevar a los apóstoles al juicio, no están allí. ¿Y sabes a dónde van inmediatamente después de su gran fuga de la prisión? De vuelta a los tribunales del templo para presentarse en público y enseñar el evangelio (5:17-26). Nada detiene a estos discípulos de ser audaces.

Así que los guardias los acorralan en silencio, para no hacer una escena y llevar a los apóstoles a ser juzgados ante el consejo. Y al final de todo, esto es lo que sucede.

Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron en libertad. Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo (Hechos 5:40-42).

Pero, aunque los apóstoles fueron arrestados y amenazados, ¿cómo respondieron? Se alegraron de ser dignos de sufrir persecución por Cristo.

Nosotros necesitamos una audacia como la de los apóstoles. Necesitamos defender nuestra fe, sin importar el costo. No importa lo que la gente piense de ti, ¿defenderás al Señor?

¿Cuándo fue la última vez que hablaste con alguien sobre Dios? ¿Cuándo fue la última vez que invitaste a alguien a la iglesia? Si no puedes pensar en ello, probablemente te vendría bien un poco más de audacia.

Esta debe ser una resolución para nuestra iglesia, orar por audacia para compartir nuestra fe sin importar el costo, como lo hicieron los apóstoles y la iglesia primitiva.

Pero como dije antes, hay mucha presión para que nuestra iglesia se aleje de estos elementos centrales de nuestra fe. Así que aquí están mis resoluciones para la iglesia en 2022 y más allá:

¿En cuál de estos tres aspectos necesitas crecer? ¿Pasas tiempo en la palabra? ¿Practicas la comunión cristiana (hospitalidad, servir a los demás, orar por los demás, adorar juntos)? ¿Tienes miedo de hablar con otras personas sobre tu fe en Dios? Si no te sientes un poco incómodo en tu fe, probablemente no estás siendo lo suficientemente atrevido.

Los propósitos de Año Nuevo de la Iglesia no han cambiado. La misión no ha cambiado. Dios no ha cambiado, pero tenemos que proponernos volver al principio, para no desviarnos del camino.

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