La Ley Del Reconocimiento En La Biblia

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La Ley Del Reconocimiento En La Biblia

¿Cómo Reconocer Lo Que Está Delante de Nuestros Ojos Y No Vemos?

Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis? Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? (Marcos 8:17-19).

No Dejes De Ver Lo Que Está Delante De Tus Ojos

Mi mamá decía que hay momentos en que necesitamos un golpe en la cabeza para ver lo que tenemos en frente de nuestros ojos. Ese pequeño golpe que ustedes piensan, no era el de mi madre. Ella en la época no conocía a Dios, así que su golpe era más de castigo por no ver lo que teníamos delante de nosotros, que una palmadita en la cabeza para prestar atención.

Hay momentos en que creemos que las cosas se nos han perdido, eso nos pasa a diario con las llaves de casa, pero después nos damos cuenta de que estaban sobre la mesa. A veces abrimos el refrigerador y pensamos que la leche acabo, hasta que miramos nuevamente y descubrimos que hay una caja de leche son abrir. Esto nos pasa a cada momento: No reconocemos lo que está delante de nosotros.

El autor de libros Mike Murdock habla de este asunto en su libro la Ley del reconocimiento. Para resumirte el libro, el principio dice: «Dios ha puesto todas las soluciones a nuestros problemas delante de nuestros ojos, pero nosotros no las reconocemos». Así que no nuestro trabajo es reconocerlas.

Así también no reconocemos lo que está delante de nosotros cuando el asunto es Dios. Aunque su presencia está con nosotros cada día, y sus promesas son verdaderas, no siempre vemos al Señor en algunas circunstancias de nuestra vida. Pero no te incomodes con esto, no somos los únicos. Los discípulos de Jesús en el capítulo 8 de Marcos se preocuparon por saber dónde podrían comprar el pan para el almuerzo. Qué lentos eran los discípulos para aprender. Solo unos momentos antes de este relato, el Señor Jesús había preparado un almuerzo milagroso alimentado con siete panes a más de cuatro mil personas.

Más aún los discípulos, no vieron lo que estaba delante de sus ojos. Aunque el Señor estaba allí mismo con ellos, no lo reconocieron como el Pan de Vida. Si Jesús había alimentado a cuatro mil personas, ¿no podría alimentarlos a ellos también?

Vamos a leer nuevamente el versículo de Marcos 8:17-19. Mira la turbación del Señor por la incredulidad de los discípulos. Él dice: ¿Son sordos? ¿Están ciegos? ¿O es que no les funciona bien la memoria? ¿O es que se ha endurecido el corazón?. Jesús no podía creer que sus discípulos no vieran lo que tenían delante de sus narices.

Lo mismo pasa contigo. Jesús, la fuente de socorro y esperanza, está en medio de cada circunstancia de tu vida.

Señor Jesús, reconozco que eres el Pan de Vida, el Señor de Paz, el Padre de todo consuelo, reconozco ahora que Tú estás siempre conmigo. Por favor, recuérdamelo si lo olvido. En el nombre de Jesús, Amén.

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