Somos Siervos de Dios De Por Vida Y Por Siempre

Siervos-de-Dios-significado-biblia-versiculos-biblicos
¿Cómo Ser Siervos de Dios de Por Vida Según La Biblia?

¿Cómo Ser Siervos de Dios de Por Vida Según La Biblia?

“Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol” (Romanos 1:1).

En la Biblia, hay palabras que están bien definidas en su concepto y significado. Pero, hay otras que tienen varias connotaciones, pensando en esto, me llama la atención que, la palabra “ministro” no es solo un sustantivo calificativo (que define una persona, animal, lugar o una cosa); esta palabra también es un verbo (una palabra de acción). Dicho de otra forma, un ministro es lo que haces, no lo que dices ser.

Así mismo, en las Escrituras, la palabra “siervo” muchas veces se refiere a un galeote (Persona condenada a remar en las galeras.) de último nivel encadenado al remo de un barco romano. Estos galeotes remaban día y noche al compás del otro, y ya fuera en la batalla o en el servicio comercial, esperaban solo morir encadenados a ese remo. ¡Qué imagen más fuerte!

El apóstol Pablo escribe y dice en su carta a los Romanos lo siguiente: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (Romanos 12:1).

Pablo lo tenía claro y no existían dudas sobre lo que Dios lo había llamado a ser. Cuando se refirió a sí mismo como un “esclavo”, estaba parafraseando el libro de Éxodo, donde está describiendo a un esclavo que sirvió fielmente a su amo durante seis años. Al término del séptimo año, la ley de Moisés decretaba que el esclavo fuera puesto en libertad. Pero si, el esclavo en libertad, regresaba y decía: “Yo amo a mi Señor, no te estoy sirviendo porque tengo que hacerlo; Te sirvo porque quiero”, su amo lo llevaría ante un juez y le perforaría la oreja, lo que significaba que, a partir de ese momento, le pertenecía para siempre (Éxodo 21:6).

Creo que en nuestra vida cristiana, hay momentos en que es necesario, mirar al cielo y decir: “Señor, no te sirvo porque soy obligado y tengo que hacerlo; te sirvo porque te amo. Por favor, Jesús, te entrego mi vida, perfora mi oreja, márcame como tuyo y séllame con tu Espíritu Santo. Enlaza mi vida a ti, para que nunca pertenezca a otro que no seas tú”.

Ahora, después de esta oración, mira hacia atrás y piensa en todo lo bueno que Jesús ha hecho por ti, ¿es pedir demasiado?

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí