Historias Cristianas | Ilustraciones | Anécdotas de la Biblia Sobre ANHELOS para predicar en sermones
CUANDO SEA GRANDE
Mamá, cuando yo sea grande, voy hacer una escalera tan alta que llegue al cielo para ir a coger estrellas. Me llenaré los bolsillos de estrellas y de cometas, y bajaré a repartirlas a los chicos de la escuela. Pero a ti voy a traerte, mamita, la luna llena, para que alumbres la casa sin gastar en luz eléctrica.
AFINEMOS NUESTROS OIDOS
Cierta niñita fue a visitar a su tía, que vivía en otra provincia. Un día ésta la encontró llorando. ¿Qué te pasa, querida? Le preguntó. Tengo hambre, nada más respondió la niña. No necesitas pasar hambre en la casa de tu tía contesto ella.A los pocos segundos volvió con una taza de leche y pan. No tengo hambre de estas cosas dijo la niña, si no de oír decir a mamita: «Ven preciosa, un beso para mamita.» ¡Pobre pequeña nostálgica! Sus oídos estaban acostumbrados a los dulces tonos de la voz de la madre, y ninguna otra cosa la satisfacía. Adiestremos nuestros oídos hasta que respondan claramente a lo puro, a lo dulce, a lo hermoso y sean sordos a los sonidos duros, bajos y vulgares. Y Dios nos ayudará a mantener nuestra vida a tono con la suya.