Estudio Bíblico | Explicación de Apocalipsis 21:25 | Comentario Bíblico Online
Los últimos versículos del capítulo Apo 21:1-27 ponen de relieve la total seguridad de la Ciudad Celestial: «Ningún día quedarán cerradas sus puertas, porque allí no habrá noche. La gloria y el honor de las naciones serán traídos a ella. Nada impuro entrará jamás allí, ni el que cometa abominación o mentira, sino sólo aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero» (NVI).
1. Como la lumbrera que es el Cordero no se ha de apagar jamás, en el cielo no habrá noche, al no haber nunca oscuridad. Pero el texto del versículo Apo 21:25 dice algo más: «Ningún día quedarán cerradas sus puertas, PORQUE (gr. gar) allí no habrá noche». De noche se cerraban ya en la antigüedad las puertas de las ciudades (v. por ej. Jos 1:7), no sólo porque todas las actividades ciudadanas quedaban paralizadas durante la noche, sino porque así se evitaba la entrada de fugitivos y criminales. En el cielo, no habrá este motivo para cerrar las puertas, pues no habrá allí criminales (v. Apo 21:27).
2. Ya hemos mencionado el versículo Apo 21:26, en conexión con el versículo Apo 21:24, por lo que no es necesario añadirle ningún comentario.
3. El versículo Apo 21:27 nos dice expresamente quiénes entrarán en el cielo y quiénes no entrarán.
(A) Se nos dice primero quiénes no entrarán: En la ciudad celestial no entrará nada impuro (NVI), es decir, nada profano (gr. koinón; lit. común, que es como se designaban, por ejemplo, los alimentos prohibidos en la Ley de Moisés v. Hch 10:14, Hch 10:15 ). Todo lo que haya en el cielo será sagrado y, por tanto, puro y limpio. En concreto, se nos dice que no entrará «el que hace abominación y mentira»; así se resume la lista del versículo Apo 21:8. Los impíos, como otrora las inmundicias, serán quemados fuera de la ciudad.
(B) A continaución (v. Apo 21:27), se declara quiénes entrarán: No se hace referencia (ni hace falta) a determinados grupos de personas, sino que, en consonancia con el tono general del Apocalipsis, se mencionan los elegidos en general: «los inscritos (participio de perfecto medio-pasivo) en el libro de la vida del Cordero» (comp. con Apo 3:5; Apo 13:8; Apo 17:8; Apo 20:15). Este es el momento de que cada lector se pregunte a sí mismo: ¿Estoy inscrito en ese libro? Si estás seguro (por los frutos los conoceréis») de que has puesto en el Señor Jesús toda tu confianza, y tu vida está dando testimonio de que has nacido de nuevo, de cierto estás inscrito en ese libro, y nada ni nadie podrá borrarte de allí (comp. con Jua 10:28; Apo 3:5, Apo 3:12). Si no es así, aún estás a tiempo (v. Apo 22:17). Pero es urgente, porque no sabes cuánto es el tiempo que te queda.
