Eclesiastés 12 - Biblia de Jerusalén 19981. Acuérdate de tu Creador en tus días mozos, antes de que lleguen los días malos y se echen encima años en que dirás: "No me agradan"; 2. antes de que se nublen el sol y la luz, la luna y las estrellas, y retornen las nubes tras la lluvia. 3. Cuando tiemblen los guardianes de la casa y se encorven los robustos, se paren las que muelen, por ser ya pocas, se queden a oscuras las que miran por las ventanas, 4. se cierren las puertas de la calle, y se ahogue el son acompasado del molino; cuando se debilite el canto del pájaro y enmudezcan todas las canciones; 5. dará recelo la altura, y habrá sustos en el camino. Cuando florezca el almendro, camine pesada la langosta, y pierde su sabor la alcaparra; y es que el hombre va a su eterna morada, y ya circulan por la calle los del duelo. 6. Antes de que se rompa la hebra de plata, y se quiebre la copa de oro, y se haga añicos el cántaro en la fuente, y se deslice la polea en el pozo, 7. y vuelva el polvo a la tierra, a lo que fue, y el espíritu vuelva a Dios, que lo dio. 8. ¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -: ¡todo vanidad! Resumen del deber del hombre9. Cohélet, a más de ser un sabio, enseñó doctrina al pueblo. Ponderó e investigó, compuso muchos proverbios. 10. Cohélet trabajó sin descanso inventando frases felices, y escribiendo con acierto sentencias verídicas. 11. Las palabras de los sabios son como aguijadas, o como estacas hincadas, puestas por un pastor para controlar el rebaño. 12. Para acabar, hijo mío, ten cuidado: escribir muchos libros es cosa de nunca acabar, y estudiar demasiado daña la salud. 13. Basta de palabras. Todo está dicho. Teme a Dios y guarda sus mandamientos, que eso es ser hombre cabal. 14. Porque toda obra será juzgada por Dios, también todo lo oculto, a ver si es bueno o malo. |