Versículos Bíblicos

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Hechos 2 - Biblia de Jerusalén 1998

La venida del Espíritu Santo

1. Al llegar el día de pentecostés, estaban todos reunidos con un mismo objetivo.

2. De repente vino del cielo un ruido como una impetuosa ráfaga de viento, que llenó toda la casa en la que se encontraban.

3. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos;

4. se llenaron todos de Espíritu Santo y se pusieron a hablar en diversas lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.

5. Residían en Jerusalén hombres piadosos, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo.

6. Al producirse aquel ruido la gente se congregó y se llenó de estupor, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.

7. Estupefactos y admirados decían: "¿Es que no son galileos todos estos que están hablando?

8. Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa:

9. Partos, medos y elamitas; los que habitamos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, el Ponto, Asia,

10. Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con Cirene; los romanos residentes aquí,

11. tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios?

12. Todos estaban estupefactos y perplejos y se decían unos a otros: "¿Qué significa esto?"

13. Otros, en cambio, decían riéndose: "¡Están llenos de mosto!"

Primer discurso de Pedro

14. Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó la voz y les dijo: "Judíos y todos los que vivís en Jerusalén: Que os quede esto bien claro y prestad atención a mis palabras:

15. Éstos no están borrachos, como vosotros suponéis, pues es la hora tercia del día,

16. sino que es lo que dijo el profeta:

17. Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre todo mortal y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños.

18. Y también sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu.

19. Haré prodigios arriba en el cielo y signos abajo en la tierra.

20. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que llegue el Día grande del Señor.

21. Y todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.

22. "Israelitas, escuchad estas palabras: A Jesús, el Nazoreo, hombre acreditado por Dios ante vosotros con milagros, prodigios y signos que Dios realizó por su medio entre vosotros, como vosotros mismos sabéis,

23. a éste, que fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios, vosotros le matasteis clavándole en la cruz por mano de unos impíos;

24. a éste Dios le resucitó librándole de los lazos del Hades, pues no era posible que lo retuviera bajo su dominio;

25. porque David dice refiriéndose a él: Veía constantemente al Señor delante de mí, puesto que está a mi derecha para que no vacile.

26. Por eso se ha alegrado mi corazón y alborozado mi lengua, y hasta mi carne reposará, en la esperanza

27. de que no abandonarás mi alma en el Hades ni permitirás que tu santo experimente la corrupción.

28. Me has hecho conocer caminos de vida, me llenarás de gozo con tu presencia.

29. "Hermanos, permitidme que os diga con toda franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado y su tumba permanece entre nosotros hasta el presente.

30. Pero como él era profeta y sabía que Dios le había asegurado con juramento que se sentaría en su trono uno de su linaje,

31. vio el futuro y habló de la resurrección de Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne experimentó la corrupción.

32. A este Jesús Dios le resucitó; de lo cual todos nosotros somos testigos.

33. Así pues, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y lo ha derramado; esto es lo que vosotros veis y oís.

34. Pues David no subió a los cielos y sin embargo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra

35. hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies.

36. "Sepa, pues, con certeza todo Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a ese Jesús a quien vosotros habéis crucificado."

37. Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles: "¿Qué hemos de hacer, hermanos?"

38. Pedro les contestó: "Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para perdón de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo;

39. pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro".

40. Con otras muchas palabras les conjuraba y les exhortaba: "Poneos a salvo de esta generación perversa".

41. Así pues, los que acogieron su palabra fueron bautizados. Y aquel día se les unieron unas tres mil personas. .

42. Se mantenían constantes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.

La vida de los primeros cristianos

43. Pero el temor se apoderaba de todos, pues los apóstoles realizaban muchos prodigios y signos.

44. Todos los creyentes estaban de acuerdo y tenían todo en común;

45. vendían sus posesiones y sus bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.

46. Acudían diariamente al Templo con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón,

47. alabando a Dios y gozando de la simpatía de todo el pueblo. Por lo demás, el Señor agregaba al grupo a los que cada día se iban salvando.