Versículos Bíblicos

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Josué 24 - Biblia de Jerusalén 1998

Discurso de despedida de Josué

1. Josué reunió a todas las tribus de Israel en Siquén, llamó a los ancianos de Israel, a sus jefes, jueces y escribas, que se situaron en presencia de Dios.

2. Josué dijo a todo el pueblo: "Esto dice Yahvé el Dios de Israel: Al otro lado del Río habitaban antaño vuestros padres, Téraj, padre de Abrahán y de Najor, y daban culto a otros dioses.

3. Yo tomé a vuestro padre Abrahán del otro lado del Río y le hice recorrer toda la tierra de Canaán, multipliqué su descendencia y le di por hijo a Isaac.

4. A Isaac le di por hijos a Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la montaña de Seír. Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.

5. Envié después a Moisés y Aarón y herí a los egipcios con los prodigios que obré en medio de ellos. Luego os saqué de allí.

6. Saqué a vuestros padres de Egipto y llegasteis al mar; los egipcios persiguieron a vuestros padres con sus carros y guerreros hasta el mar de Suf.

7. Clamaron entonces a Yahvé, el cual tendió unas densas nieblas entre vosotros y los egipcios, e hizo volver sobre ellos el mar, que los cubrió. Visteis con vuestros propios ojos lo que hice con Egipto; luego habitasteis largo tiempo en el desierto.

8. Os introduje después en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán; ellos os declararon la guerra y yo los entregué en vuestras manos; y así pudisteis poseer su tierra, porque yo los exterminé a vuestra llegada.

9. Después se levantó Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, para pelear contra Israel, y mandó llamar a Balaán, hijo de Beor, para que os maldijera.

10. Pero no quise escuchar a Balaán, y hasta tuvo que bendeciros; así os salvé yo de su mano.

11. "Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó; pero las gentes de Jericó os hicieron la guerra, igual que los amorreos, los perizitas, los cananeos, los hititas, los guirgaseos, los jivitas y los jebuseos, pero yo los entregué en vuestras manos.

12. Mandé delante de vosotros avispas que expulsaron, antes que llegarais, a los dos reyes de los amorreos; no fue con tu espada ni con tu arco.

13. Os he dado una tierra que no os ha costado fatiga, unas ciudades que no habéis construido y en las que sin embargo habitáis, viñas y olivares que no habéis plantado y de los que os alimentáis.

14. "Ahora, pues, temed a Yahvé y servidle perfectamente, con fidelidad; apartaos de los dioses a los que sirvieron vuestros padres más allá del Río y en Egipto y servid a Yahvé.

15. Pero, si no os parece bien servir a Yahvé, elegid hoy a quién habéis de servir, o a los dioses a quienes servían vuestros padres más allá del Río, o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis ahora. Yo y mi casa serviremos a Yahvé."

16. El pueblo respondió: "Lejos de nosotros abandonar a Yahvé para servir a otros dioses.

17. Porque Yahvé nuestro Dios es el que nos hizo subir, a nosotros y a nuestros padres, de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, y el que delante de nuestros ojos obró tan grandes señales y nos guardó por todo el camino que recorrimos y en todos los pueblos por los que pasamos.

18. Además Yahvé expulsó delante de nosotros a todos esos pueblos y a los amorreos que habitaban en el país. También nosotros serviremos a Yahvé, porque él es nuestro Dios."

19. Entonces Josué dijo al pueblo: "No podréis servir a Yahvé, porque es un Dios santo, es un Dios celoso, que no perdonará ni vuestras rebeldías ni vuestros pecados.

20. Si abandonáis a Yahvé para servir a los dioses del extranjero, él a su vez traerá el mal sobre vosotros y acabará con vosotros, después de haberos hecho tanto bien."

21. El pueblo respondió a Josué: "No; nosotros serviremos a Yahvé."

22. Josué dijo al pueblo: "Vosotros sois testigos contra vosotros mismos de que habéis elegido a Yahvé para servirle." Respondieron ellos: "¡Testigos somos!"

23. "Entonces, quitad de en medio los dioses del extranjero e inclinad vuestro corazón hacia Yahvé, Dios de Israel."

24. El pueblo respondió a Josué: "A Yahvé nuestro Dios serviremos y a su voz atenderemos."

25. Aquel día, Josué selló una alianza con el pueblo; le impuso decretos y normas en Siquén.

26. Josué escribió estas palabras en el libro de la Ley de Dios. Tomó luego una gran piedra y la plantó allí, al pie de la encina que hay en el santuario de Yahvé.

27. Josué dijo a todo el pueblo: "Mirad, esta piedra será testigo contra nosotros, pues ha oído todas las palabras que Yahvé ha hablado con nosotros; ella será testigo contra vosotros para que no podáis renegar de vuestro Dios."

28. Y Josué despidió al pueblo, cada uno a su heredad.

Muerte de Josué

29. Después de estos acontecimientos, murió Josué, hijo de Nun, siervo de Yahvé, a la edad de ciento diez años.

30. Fue enterrado en el término de su heredad, en Timnat Séraj, que está en la montaña de Efraín, al norte del monte Gaás.

31. Israel sirvió a Yahvé todos los días de Josué y todos los días de los ancianos que siguieron viviendo después de Josué y que sabían todas las hazañas que Yahvé había hecho en favor de Israel.

Sepultura de los huesos de José en Siquem

32. Los huesos de José, que los hijos de Israel habían subido de Egipto, fueron sepultados en Siquén, en la parcela de campo que había comprado Jacob a los hijos de Jamor, padre de Siquén, por cien pesos, y que pasó a ser heredad de los hijos de José.

Muerte de Eleazar

33. También Eleazar, hijo de Aarón, murió y lo enterraron en Guibeá, ciudad de su hijo Pinjás, que le había sido dada en la montaña de Efraín.