2 Corintios 2 - Reina Valera 18651. EMPERO esto he determinado entre mí, de no venir otra vez a vosotros con tristeza. 2. Porque si yo os contristo, ¿quién será pues el que me alegrará, sino el mismo a quien yo contristare? 3. Y esto mismo os escribí, porque cuando viniere no tuviese tristeza sobre tristeza de lo que había de haber gozo: confiando en vosotros todos que mi gozo es el de todos vosotros. 4. Porque de en medio de mucha tribulación y angustia de corazón, os escribí con muchas lágrimas: no para que fueseis contristados, mas para que conocieseis cuán abundante amor tengo para con vosotros. Pablo perdona al ofensor5. Que si alguno ha causado tristeza, no me contristó a mí sino en parte, por no cargar la culpa sobre todos vosotros. 6. Bástale al tal esta reprensión que fué hecha por muchos: 7. De manera que ahora al contrario vosotros debéis más bien perdonarle, y consolarle, porque no sea el tal absorbido de demásiada tristeza. 8. Por lo cual os ruego que confirméis vuestro amor para con él. 9. Porque también por este fin os escribí a vosotros, para conocer la prueba de vosotros, si sois obedientes en todo. 10. Al que vosotros perdonareis algo, también yo; porque también yo si algo he perdonado, a quien lo he perdonado, por vuestra causa lo he hecho en la persona de Cristo; 11. Para que Satanás no nos gane alguna ventaja; porque no ignoramos sus maquinaciones. Ansiedad de Pablo en Troas12. Mas cuando yo vine a Troas por predicar el evangelio de Cristo, y me fué abierta puerta en el Señor, 13. No tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a Tito mi hermano; y así despidíendome de ellos, me partí desde allí para Macedonia. Triunfantes en Cristo14. Mas gracias a Dios, el cual hace que siempre triunfemos en Cristo Jesús; y manifiesta el olor de su conocimiento por nosotros en todo lugar; 15. Porque somos para Dios suave olor de Cristo en los que son salvos, y en los que se pierden: 16. A estos olor de muerte para muerte; y a aquellos olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿quién es suficiente? 17. Porque no somos, como muchos, adulteradores de la palabra de Dios; ántes como de sinceridad, ántes como de Dios, delante de Dios, en Cristo hablamos. |