Versículos Bíblicos

isaias-41-10-versiones-biblicas-biblia

Isaías 41:10 En 45 Versiones de la Biblia

0
Isaías 41:10 Comparado Con 45 Versiones Bíblicas En Español Dentro de la Biblia y todos sus libros, el libro de Isaías se levanta como una...

Árticulos Nuevos

Son 29 Evidencias Bíblicas encontradas en la palabra de Dios con versículos bíblicos

29 Evidencias Científicas De La Biblia Confirmadas

0
Hechos, afirmaciones, descubrimientos, pruebas Científicas de la Biblia: 29 Pruebas Científicas En La Biblia La Biblia, un compendio de textos sagrados que ha resistido el...
Reflexión sobre la consagración según la Biblia con ejemplos y versículos clave, logo de Devocionales Cristianos visible

¿Qué Es La Consagración En La Biblia? Ejemplos y versículos Bíblicos

0
Significado de Consagración En La Biblia La "consagración" es un concepto fundamental en la Biblia que se refiere al acto de dedicar algo o alguien...


Juan 1 - Reina Valera 1865

El Verbo hecho carne

1. EN el principio ya era el Verbo; y el Verbo era con Dios, y Dios era el Verbo.

2. Este era en el principio con Dios.

3. Todas las cosas por éste fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fué hecho.

4. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

5. Y la luz en las tinieblas resplandece; y las tinieblas no la comprendieron.

6. Fué un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.

7. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la Luz, para que por él todos creyesen.

8. El no era la Luz; mas fué enviado para que diese testimonio de la Luz.

9. Aquella Palabra era la Luz verdadera, que alumbra a todo hombre, que viene en este mundo.

10. En el mundo estaba, y el mundo fué hecho por él, y el mundo no le conoció.

11. A lo suyo vino; y los suyos no le recibieron.

12. Mas a todos los que le recibieron, dióles poder de ser hechos hijos de Dios, esto es, a los que creen en su nombre:

13. Los cuales no son engendrados de sangres, ni de voluntad de la carne, ni de voluntad de hombre, sino de Dios.

14. Y el Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

15. Juan dió testimonio de él, y clamó, diciendo: Este es del que yo decía: El que viene en pos de mí, es mayor que yo; porque es primero que yo.

16. Y de su plenitud tomamos todos, y gracia por gracia.

17. Porque la ley por Moisés fué dada; mas la gracia y la verdad por Jesu Cristo vinieron.

18. A Dios nadie le vió jamás: el unigénito hijo que está en el seno del Padre, él nos le declaró.

Testimonio de Juan el Bautista

19. Y éste es el testimonio de Juan, cuando los Judíos enviaron de Jerusalem sacerdotes y Levitas, que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?

20. Y confesó, y no negó; mas confesó: Yo no soy el Cristo.

21. Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.

22. Dijéronle pues: ¿Quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de tí mismo?

23. Dijo: Yo soy la voz del que clama en el desierto: Enderezád el camino del Señor, como dijo Isaías profeta.

24. Y los que habían sido enviados eran de los Fariseos.

25. Y preguntáronle, y le dijeron: ¿Por qué pues bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?

26. Y Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno, a quien vosotros no conocéis:

27. Este es el que ha de venir en pos de mí, el cual es mayor que yo, del cual yo no soy digno de desatar la correa del zapato.

28. Estas cosas fueron hechas en Betabara de la otra parte del Jordan, donde Juan bautizaba.

El Cordero de Dios

29. El siguiente día ve Juan a Jesús que venía a él, y dice: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

30. Este es del que dije: Tras mí viene un varón, el cual es mayor que yo; porque era primero que yo.

31. Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando con agua.

32. Y Juan dió testimonio, diciendo: Ví al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y reposó sobre él.

33. Y yo no le conocía; mas el que me envió a bautizar con agua, aquel me dijo: Sobre aquel que vieres descender el Espíritu, y que reposa sobre él, éste es el que bautiza con el Espíritu Santo.

34. Y yo ví, y he dado testimonio, que éste es el Hijo de Dios.

Los primeros discípulos

35. El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos.

36. Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.

37. Y oyéronle los dos discípulos hablar, y siguieron a Jesús.

38. Y volviéndose Jesús, y viéndoles seguirle, díceles: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabbi, (que interpretado, quiere decir, Maestro,) ¿dónde moras?

39. Díceles: Veníd, y ved. Vinieron, y vieron donde moraba; y quedáronse con él aquel día; porque era como la hora décima.

40. Era Andrés, el hermano de Simón Pedro, uno de los dos que habían oido hablar a Juan, y le habían seguido.

41. Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías, que interpretado es, el Cristo.

42. Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás: tú serás llamado Céfas, que quiere decir, Piedra.

Jesús llama a Felipe y a Natanael

43. El día siguiente quiso Jesús ir a Galilea, y halla a Felipe; y le dice: Sígueme.

44. Y era Felipe de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro.

45. Felipe halló a Natanael, y le dice: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: Jesús de Nazaret, el hijo de José.

46. Y le dijo Natanael: ¿De Nazaret puede haber algo de bueno? Dícele Felipe: Ven, y vé.

47. Jesús vió venir a sí a Natanael, y dijo de él: He aquí un verdaderamente Israelita, en el cual no hay engaño.

48. Dícele Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondióle Jesús, y le dijo: Ántes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te ví.

49. Respondió Natanael, y le dijo: Rabbi, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.

50. Respondió Jesús, y le dijo: ¿Porque te dije: Víte debajo de la higuera, crees? cosas mayores que estas verás.

51. Y le dice: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del hombre.