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Tito 2 - Reina Valera 1865

Enseñanza de la sana doctrina

1. TÚ empero habla las cosas que convienen a la sana doctrina:

2. Los ancianos, que sean sobrios, graves, prudentes, sanos en la fé, en la caridad, en la paciencia.

3. Las ancianas, asimismo, que se comporten santamente, que no sean calumniadoras, ni dadas a mucho vino, sino maestras de honestidad:

4. Que a las mujeres jóvenes enseñen a ser prudentes, a que amén a sus maridos, a que amén a sus hijos,

5. A que sean prudentes, castas, que tengan cuidado de la casa, buenas, sujetas a sus maridos; porque la palabra de Dios no sea blasfemada.

6. Exhorta asimismo a los jóvenes que sean cuerdos.

7. Dándote a tí mismo en todo por ejemplo de buenas obras: mostrando en la enseñanza, integridad, gravedad, sinceridad,

8. Palabra sana, e irreprensible: que el adversario se avergüence, no teniendo mal alguno que decir de vosotros.

9. Exhorta a los siervos, que sean sujetos a sus señores, que les agraden en todo, no respondones;

10. En nada defraudando, ántes mostrando toda buena lealtad; para que adornen en todo la doctrina de nuestro Salvador Dios.

11. Porque la gracia de Dios que trae salud se ha manifestado a todos los hombres,

12. Enseñándonos, que, renunciando a la impiedad, y a los deseos mundanales, vivamos en este siglo templada, y justa, y piadosamente;

13. Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la venida gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesu Cristo;

14. Que se dió a sí mismo por nosotros, para redemirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, seguidor de buenas obras:

15. Esto habla, y exhorta, y reprende con toda autoridad: nadie te tenga en poco.