1 Timoteo 6 - Reina Valera 19951. Todos los que están bajo el yugo de esclavitud,[1] tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina. 2. Y los que tienen amos creyentes no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanlos mejor, por cuanto son creyentes y amados[2] los que se benefician de su buen servicio. Esto enseña y exhorta. Piedad y contentamiento3. Si alguno enseña otra cosa y no se conforma a las sanas palabras[3] de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, 4. está envanecido, nada sabe y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras,[4] de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, 5. discusiones necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad,[5] que toman la piedad como fuente de ganancia. Apártate de los tales.[6] 6. Pero gran ganancia[7] es la piedad acompañada de contentamiento,[8] 7. porque nada hemos traído a este mundo y, sin duda, nada podremos sacar.[9] 8. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos ya satisfechos;[10] 9. pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas que hunden a los hombres en destrucción y perdición,[11] 10. porque raíz de todos los males es el amor al dinero,[12] el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron atormentados con muchos dolores. La buena batalla de la fe11. Pero tú, hombre de Dios,[13] huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 12. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. 13. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato,[14] 14. que guardes el mandamiento[15] sin mancha ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo. 15. Aparición que a su tiempo mostrará el bienaventurado[16] y solo Soberano, Rey de reyes y Señor de señores,[17] 16. el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible[18] y a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver.[19] A él sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. 17. A los ricos de este mundo manda que no sean altivos ni pongan la esperanza en las riquezas,[20] las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia[21] para que las disfrutemos. 18. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos y generosos. 19. De este modo atesorarán para sí buen fundamento para el futuro, y alcanzarán la vida eterna. Encargo final de Pablo a Timoteo20. Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado,[22] evitando las profanas pláticas[23] sobre cosas vanas y los argumentos de la falsamente llamada ciencia,[24] 21. la cual profesando algunos, se desviaron de la fe.[25] La gracia sea contigo.[26] Amén.[27] |