Colosenses 2 - Reina Valera 19951. Quiero pues, que sepáis cuán grande lucha sostengo por vosotros, por los que están en Laodicea[1] y por todos los que nunca han visto mi rostro. 2. Lucho para que sean consolados sus corazones y para que, unidos en amor, alcancen todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo,[2] [3] 3. en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.[4] 4. Esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas, 5. porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante, en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.[5] 6. Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él, 7. arraigados y sobreedificados en él[6] y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Plenitud de vida en Cristo8. Mirad que nadie os engañe[7] por medio de filosofías y huecas sutilezas[8] basadas en las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo.[9] 9. Porque en él habita corporalmente[10] toda la plenitud de la divinidad,[11] 10. y vosotros estáis completos en él,[12] que es la cabeza de todo principado y potestad.[13] 11. En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha por mano de hombre, sino por la circuncisión de Cristo, en la cual sois despojados de vuestra naturaleza pecaminosa.[14] 12. Con él fuisteis sepultados en el bautismo, y en él fuisteis también resucitados[15] por la fe en el poder de Dios que lo levantó de los muertos. 13. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne,[16] os dio vida juntamente con él,[17] perdonándoos todos los pecados. 14. Él anuló el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,[18] y la quitó de en medio clavándola en la cruz.[19] 15. Y despojó a los principados y a las autoridades[20] y los exhibió públicamente,[21] triunfando sobre ellos en la cruz. 16. Por tanto, nadie os critique en asuntos de comida o de bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados.[22] 17. Todo esto es sombra[23] de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. 18. Que nadie os prive de vuestro premio haciendo alarde de humildad y de dar culto a los ángeles[24] (metiéndose en lo que no ha visto), hinchado de vanidad por su propia mente carnal, 19. pero no unido a la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.[25] 20. Si habéis muerto con Cristo[26] en cuanto a los rudimentos del mundo,[27] ¿por qué, como si vivierais en el mundo, os sometéis a preceptos 21. tales como: "No uses", "No comas", "No toques"? 22. Todos estos preceptos son solo mandamientos y doctrinas de hombres,[28] los cuales se destruyen con el uso.[29] 23. Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría, pues exigen cierta religiosidad, humildad y duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. |