Eclesiastés 12 - Reina Valera 19951. Acuérdate de tu Creador en los díasde tu juventud, antes que vengan los días malos,[1] y lleguen los años de los cuales digas: "No tengo en ellos contentamiento"; 2. antes que se oscurezcan el sol y la luz, la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; 3. cuando tiemblen los guardias de la casa y se encorven los hombres fuertes; cuando cesen de trabajar las molineras,porque habrán disminuido, y se queden a oscuras las que miranpor las ventanas; 4. cuando las puertas de afuera se cierren, y se vaya apagando el ruido del molino; cuando se escuche la voz del ave, pero las canciones dejen de oírse; 5. cuando se tema también a las alturas, y se llene de peligros el camino, y florezca el almendro, y la langosta sea una carga, y se pierda el apetito;[2] porque el hombre va a su morada eterna, y rondarán por las callesquienes hacen duelo;[3] 6. antes que la cadena de plata se quiebre, se rompa el cuenco de oro, el cántaro se quiebre junto a la fuente y la polea se rompa sobre el pozo; 7. antes que el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.[4] 8. "¡Vanidad de vanidades --dijo el Predicador--, todo es vanidad!" Resumen del deber del hombre9. Cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo. Escuchó, escudriñó y compuso muchos proverbios. 10. Procuró el Predicador hallar palabras agradables y escribir rectamente palabras de verdad. 11. Las palabras de los sabios son como aguijones, y como clavos hincados las de los maestros de las congregaciones, pronunciadas por un pastor.[5] 12. Ahora, hijo, a más de esto acepta ser amonestado.[6] No tiene objeto escribir muchos libros; el mucho estudio es fatiga para el cuerpo. 13. El fin de todo el discurso que has oído es: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre. 14. Pues Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa oculta, sea buena o sea mala. |