Santiago 5 - Reina Valera 1995Contra los ricos opresores1. [1] ¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. 2. Vuestras riquezas están podridas y vuestras ropas, comidas de polilla. 3. Vuestro oro y plata están enmohecidos y su moho testificará contra vosotros y devorará del todo vuestros cuerpos como fuego.[2] Habéis acumulado tesoros para los días finales. 4. El jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros, clama, y los clamores de los que habían segado han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos.[3] 5. Habéis vivido en deleites sobre la tierra y sido libertinos. Habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza.[4] 6. Habéis condenado y dado muerte al justo, sin que él os haga resistencia.[5] Sed pacientes y orad7. Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.[6] 8. Tened también vosotros paciencia y afirmad vuestros corazones, porque la venida del Señor se acerca.[7] 9. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; el Juez ya está delante de la puerta.[8] 10. Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. 11. Nosotros tenemos por bienaventurados a los que sufren: Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin que le dio el Señor,[9] porque el Señor es muy misericordioso y compasivo.[10] 12. Sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo ni por la tierra ni por ningún otro juramento; sino que vuestro "sí" sea sí, y vuestro "no" sea no, para que no caigáis en condenación.[11] 13. ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. 14. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos[12] de la iglesia para que oren por él, ungiéndolo con aceite[13] en el nombre del Señor. 15. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados.[14] 16. Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados.[15] La oración eficaz del justo puede mucho. 17. Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses.[16] 18. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia[17] y la tierra produjo su fruto. 19. Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad y alguno lo hace volver, 20. sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de pecados.[18] |