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2 Corintios 1 - Nueva Biblia Española (1975)

Salutación

1. Pablo, apóstol del Mesías Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a la Iglesia de Dios que está en Corinto y a todos los consagrados de Grecia entera:

2. Les deseamos el favor y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor, Jesús el Mesías.

Aflicciones de Pablo

3. ¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesús Mesías, Padre cariñoso y Dios que es todo consuelo!

4. EL nos alienta en todas nuestras dificultades, para que podamos nosotros alentar a los demás en cualquier dificultad, con el ánimo que nosotros recibimos de Dios;

5. pues si los sufrimientos del Mesías rebosan sobre nosotros, gracias al Mesías rebosa en proporción nuestro ánimo.

6. Si pasamos dificultades es para aliento y bien de ustedes; si cobramos aliento es para que ustedes cobren ese aliento que se traduce en soportar los mismos sufrimientos que padecemos nosotros.

7. Nos dan fundados motivos de esperanza, pues sabemos que si son compañeros en el sufrir, también lo son en el ánimo.

8. Porque no queremos que ignoren, hermanos, las dificultades que pasé en Asia. Me vi oprimido tan por encima de mis fuerzas, que perdí toda esperanza de vivir.

9. Sí, en mi interior di por descontada la sentencia de muerte; así aprendí a no confiar en mí mismo, sino en Dios, que resucita a los muertos.

10. EL me salvó y me salvará de tan tremendos peligros de muerte; en él está nuestra esperanza y nos salvará en adelante;

11. cooperen también ustedes pidiendo por mí; así, viniendo de muchos el favor que Dios me haga, muchos le darán gracias por causa mía.

Por qué Pablo pospuso su visita a Corinto

12. Mi orgullo es el testimonio de mi conciencia; ella me asegura que trato con todo el mundo, y no digamos con ustedes, con la sinceridad y candor que Dios da, y no por saber humano, sino por gracia de Dios,

13. O sea, que en mis cartas no hay más de lo que leen y entienden;

14. y ya que me han entendido en parte, espero que entenderán del todo que yo seré una honra para ustedes, como ustedes lo serán para mí, el día de nuestro Señor Jesús.

15. Precisamente con esta confianza me proponía empezar por visitarlos, para que les tocara un regalo doble

16. pensé ir a Macedonia pasando por Corinto, y de Macedonia volver de nuevo a Corinto, para que ustedes me prepararan el viaje a Judea.

17. ¿Será entonces que este propósito lo hice a la ligera?, o ¿hago mis planes con miras humanas, para dejar ambiguo el sí y el no?

18. Bien sabe Dios que cuando me dirijo a ustedes no hay un sí o un no ambiguo,

19. pues el Hijo de Dios, Jesús Mesías, que les hemos predicado nosotros -quiero decir Silvano y Timoteo conmigo-, no fue un ambiguo sí y no;

20. en él ha habido únicamente un sí, es decir, en su persona se ha pronunciado el sí a todas las promesas de Dios. Y, por eso, a través de él respondemos nosotros a la doxología con el amén a Dios.

21. Y el que nos mantiene firmes -a mí y a ustedes- en la adhesión al Mesías es Dios que nos ungió;

22. él también nos marcó con su sello y nos dio dentro el Espíritu como garantía,

23. Por lo que a mí hace, sea Dios mi testigo y que me muera si miento; si aún no he vuelto a Corinto ha sido por consideración a ustedes.

24. No es que su fe esté en nuestra mano, pero somos cooperadores en su alegría