Proverbios 31 - Martin NietoExhortación a un rey1. Palabras de Lemuel, rey de Masá, que su madre le enseñó: 2. ¡Qué, hijo mío! ¿Qué, Lemuel, mi primogénito, he de decirte? ¿Qué, hijo de mis entrañas? ¿Qué, hijo de mis promesas? 3. No des tu vigor a las mujeres, ni tus flancos a las que corrompen a los reyes. 4. No está bien a los reyes, ¡oh Lemuel!, no está bien a los reyes beber vino, ni a los príncipes amar los licores. 5. No sea que, bebiendo, olviden las leyes y alteren el derecho de todos los afligidos. 6. Dad los licores al que va a perecer, el vino al corazón lleno de amargura. 7. Que él beba y olvide su miseria y que no se acuerde más de sus penas. 8. Abre tu boca en favor del mudo, por la causa de todos los desventurados. 9. Abre tu boca, pronuncia justas sentencias y haz justicia al desventurado y al pobre. Elogio de la mujer virtuosa10. Una mujer perfecta, ¿quién la encontrará? Vale mucho más que las perlas. 11. Confía en ella el corazón de su marido y no cesa de tener ganancia. 12. Ella le procura el bien y nunca el mal todos los días de su vida. 13. Busca lana y lino, y trabaja con su mano solícita. 14. Es como una nave mercante que de lejano trae sus víveres. 15. Se levanta cuando todavía es de noche, distribuye la comida a su casa y las tareas a sus criadas. 16. Desea un campo y lo compra, con el fruto de sus manos planta una viña. 17. Ciñe sus lomos de fortaleza y emplea la fuerza de sus brazos. 18. Constata que su industria prospera, su lámpara no se apaga por la noche. 19. Echa mano a la rueca y sus dedos giran el huso. 20. Tiende su brazo al desgraciado y alarga la mano al indigente. 21. No teme la nieve para su casa, porque toda su familia lleva doble vestido. 22. Ella se hace cobertores, lino fino y púrpura la visten. 23. En las puertas de la ciudad su marido es estimado, cuando se sienta con los ancianos del país. 24. Teje telas de lino y las vende, y procura cinturones a los mercaderes. 25. Se reviste de fortaleza y de gracia, y mira gozosa el porvenir. 26. Abre su boca con sabiduría, y en su lengua hay una doctrina de bondad. 27. Vigila la marcha de su casa, y no come el pan de la ociosidad. 28. Sus hijos se levantan para proclamarla dichosa, su marido para hacer su elogio: 29. "Muchas hijas se han mostrado virtuosas, pero tú superas a todas". 30. Engañosa es la gracia, vana la belleza; la mujer que teme al Señor, ésa debe ser alabada. 31. Dadle del fruto de sus manos y que en las puertas de la ciudad sus obras proclamen su alabanza. |