Proverbios 8 - Nueva Versión Internacional 1999Excelencia y eternidad de la Sabiduría1. Llamado de la sabiduría ¿Acaso no está llamando la sabiduría? ¿No está elevando su voz la inteligencia? 2. Toma su puesto en las alturas, a la vera del camino y en las encrucijadas. 3. Junto a las puertas que dan a la ciudad, a la entrada misma, grita a voz en cuello: 4. «A ustedes los hombres, los estoy llamando; dirijo mi voz a toda la humanidad. 5. Ustedes los inexpertos, ¡adquieran prudencia! Ustedes los necios, ¡obtengan discernimiento! 6. Escúchenme, que diré cosas importantes; mis labios hablarán con justicia. 7. Mi boca expresará la verdad, pues mis labios detestan la mentira. 8. Las palabras de mi boca son todas justas; no hay en ellas maldad ni doblez. 9. Son claras para los entendidos, e irreprochables para los sabios. 10. Opten por mi instrucción, no por la plata; por el conocimiento, no por el oro refinado. 11. Vale más la sabiduría que las piedras preciosas, y ni lo más deseable se le compara. 12. »Yo, la sabiduría, convivo con la prudencia y poseo conocimiento y discreción. 13. Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso. 14. Míos son el consejo y el buen juicio; míos son el entendimiento y el poder. 15. Por mí reinan los reyes y promulgan leyes justas los gobernantes. 16. Por mí gobiernan los príncipes y todos los nobles que rigen la tierra.[q] 17. A los que me aman, les correspondo; a los que me buscan, me doy a conocer. 18. Conmigo están las riquezas y la honra, la prosperidad[r] y los bienes duraderos. 19. Mi fruto es mejor que el oro fino; mi cosecha sobrepasa a la plata refinada. 20. Voy por el camino de la rectitud, por los senderos de la justicia, 21. enriqueciendo a los que me aman y acrecentando sus tesoros. 22. »El Señor me dio la vida[s] como primicia de sus obras,[t] mucho antes de sus obras de antaño. 23. Fui establecida desde la eternidad, desde antes que existiera el mundo. 24. No existían los grandes mares cuando yo nací; no había entonces manantiales de abundantes aguas. 25. Nací antes que fueran formadas las colinas, antes que se cimentaran las montañas, 26. antes que él creara la tierra y sus paisajes y el polvo primordial con que hizo el mundo. 27. Cuando Dios cimentó la bóveda celeste y trazó el horizonte sobre las aguas, allí estaba yo presente. 28. Cuando estableció las nubes en los cielos y reforzó las fuentes del mar profundo; 29. cuando señaló los límites del mar, para que las aguas obedecieran su mandato; cuando plantó los fundamentos de la tierra, 30. allí estaba yo, afirmando su obra. Día tras día me llenaba yo de alegría, siempre disfrutaba de estar en su presencia; 31. me regocijaba en el mundo que él creó; ¡en el género humano me deleitaba! 32. »Y ahora, hijos míos, escúchenme: dichosos los que van por[u] mis caminos. 33. Atiendan a mi instrucción, y sean sabios; no la descuiden. 34. Dichosos los que me escuchan y a mis puertas están atentos cada día, esperando a la entrada de mi casa. 35. En verdad, quien me encuentra, halla la vida y recibe el favor del Señor. 36. Quien me rechaza, se perjudica a sí mismo; quien me aborrece, ama la muerte.» |