Hechos 2 - Reina Valera 1858 (Nuevo Testamento)La venida del Espíritu Santo1. COMO se cumplieron los dias de las siete semanas, estaban todos unánimes juntos. 2. Y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento vehemente que venia con ímpetu, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. 3. Y les aparecieron unas lenguas repartidas como de fuego, que se asentó sobre cada uno de ellos. 4. Y fueron todos llenos de Espíritu Santo, y comenzaron á hablar en otras lenguas, como el Espíritu Santo les daba que hablasen. 5. (Moraban entonces en Jerusalem Judíos, varones religiosos de todas las naciones que están debajo del cielo.) 6. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud: y estaban confusos, porque cada uno les oia hablar su propia lengua. 7. Y estaban todos atónitos y maravillados, diciendo los unos á los otros: Veis, ¿no son Galiléos todos estos que hablan? 8. ¿cómo, pues, los oímos nosotros hablar cada uno en su lengua en que somos nacidos? 9. Partos, y Medos, y Elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judéa, y en Capadocia, en el Ponto, y en Asia, 10. en Frigia y en Panfilia, en Egipto, y en las partes de Africa que están de la otra parte de Cirene, y Romanos extranjeros, y Judíos, y convertidos, 11. Cretenses, y Arabes: los oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. 12. Y estaban todos atónitos y maravillados, diciendo los unos á los otros: ¿Qué quiere ser esto? 13. Mas otros burlándose, decian: Que están estos llenos de mosto. Primer discurso de Pedro14. Entonces Pedro poniéndose en pié con los once, alzó su voz, y les habló, diciendo: Varones Judíos, y todos los que habitais en Jerusalem, esto os sea notorio, y oíd mis palabras: 15. porque estos no están borrachos, como vosotros pensais, siendo la hora de las tres del dia. 16. Mas esto es lo que fué dicho por el profeta Joel: 17. Y será en los postreros dias, (dice Dios,) derramaré de mi Espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos, y vuestras hijas profetizarán, y vuestros mancebos verán visiones, y vuestros viejos soñarán sueños: 18. y de cierto sobre mis siervos, y sobre mis criadas en aquellos dias derramaré de mi Espíritu; y profetizarán: 19. y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre, y fuego, y vapor de humo: 20. el sol se volverá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el dia del Señor grande y manifiesto: 21. y será, que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. 22. Varones Israelitas, oíd estas palabras: Jesus Nazareno, varon aprobado de Dios entre vosotros en maravillas, y prodígios, y señales que Dios hizo por él en medio de vosotros, como tambien vosotros sabeis: 23. este, por determinado consejo y providencia de Dios entregado, tomándole vosotros, le matasteis con manos inícuas, crucificándole. 24. Al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte; por cuanto era imposible ser detenido de ella. 25. Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí: porque le tengo á la diestra, no seré removido: 26. por lo cual mi corazon se alegró, y mi lengua se gozó, y aun mi carne descansará en esperanza: 27. que no dejarás mi alma en el infierno, ni darás á tu Santo que vea corrupcion: 28. me hiciste notorios los caminos de la vida: me llenarás de gozo con tu presencia. 29. Varones, hermanos, se os puede libremente decir del patriarca David, que murió, y fué sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el dia de hoy. 30. Así que siendo profeta, y sabiendo que con juramento le habia Dios jurado, que del fruto de su lomo cuanto á la carne, le levantaria el Cristo, que se asentaria sobre su silla: 31. viéndolo antes, habló de la resurreccion del Cristo, que su alma no haya sido dejada en el infierno, ni su carne haya visto corrupcion. 32. A este Jesus resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33. Así que levantado por la diestra de Dios, y recibiendo del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros ahora veis y oís. 34. Porque David no subió á los cielos: empero él dice: Dijo el Señor á mi Señor, Asiéntate á mi diestra, 35. hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus piés. 36. Sepa pues certísimamente toda la casa de Israél, que á este ha hecho Dios el Señor y el Cristo, á este Jesus que vosotros crucificasteis. 37. Entonces oídas estas cosas, fueron compungidos de corazon, y dijeron á Pedro, y á los otros apóstoles: Varones, hermanos, ¿qué haremos? 38. Y Pedro les dice: Haced penitencia,* y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesu Cristo para perdon de los pecados; y recibireis el don del Espíritu Santo: * Arrepentíos, ó, endmendáos. 39. porque á vosotros es hecha la promesa, y á vuestros hijos, y á todos los que están lejos: á cuales quiera que el Señor nuestro Dios llamare. 40. Y con otras muchas palabras testificaba, y los exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generacion. 41. Así que los que recibieron su palabra fueron bautizados: y fueron añadidas á la Iglesia aquel dia como tres mil personas. 42. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunion, y en el partimiento del pan, y en las oraciones. La vida de los primeros cristianos43. Y toda persona tenia temor: y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. 44. Y todos los que creian estaban juntos; y tenian todas las cosas comunes. 45. Y vendian las posesiones y las haciendas, y las repartian á todos, como cada uno habia menester. 46. Y perseverando unánimes cada dia en el templo, y partiendo el pan en las casas, comian juntos con alegria y con sencillez de corazon, 47. alabando á Dios, y teniendo gracia acerca de todo el pueblo. Y el Señor añadia cada dia á la Iglesia los que habian de ser salvos. |