Marcos 1 - Reina Valera 1862Predicación de Juan el Bautista1. PRINCIPIO del evangelio de Jesu Cristo, Hijo de Dios. 2. Como está escrito en los profetas: He aquí, yo envio a mi mensajero delante de tu faz, que apareje tu camino delante de tí. 3. Voz del que clama en el desierto: Aparejád el camino del Señor: hacéd derechas sus veredas. 4. Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para remisión de pecados. 5. Y salía a él todo el país de Judea, y los de Jerusalem; y eran todos bautizados por él en el río del Jordan, confesando sus pecados. 6. Y Juan andaba vestido de pelos de camello, y con un cinto de cuero al rededor de sus lomos; y comía langostas, y miel montés. 7. Y predicaba, diciendo: Viene en pos de mí el que es más poderoso que yo, al cual no soy digno de desatar encorvado la correa de sus zapatos. 8. Yo a la verdad os he bautizado con agua; mas él os bautizará con el Espíritu Santo. El bautismo de Jesús9. Y aconteció en aquellos dias, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fué bautizado por Juan en el Jordan. 10. Y luego, subiendo del agua, vió abrirse los cielos, y al Espíritu, como paloma, que descendía sobre él. 11. Y vino una voz de los cielos, que decía: Tú eres mi Hijo amado: en tí tomo contentamiento. Tentación de Jesús12. Y luego el Espíritu le impele al desierto. 13. Y estuvo allí en el desierto cuarenta dias; y era tentado de Satanás; y estaba con las fieras; y los ángeles le servían. Jesús principia su ministerio14. Mas después que Juan fué entregado, Jesús vino a Galilea, predicando el evangelio del reino de Dios, 15. Y diciendo: El tiempo es cumplido; y el reino de Dios está cerca: Arrepentíos, y creed al evangelio. Jesús llama a cuatro pescadores16. Y andando junto a la mar de Galilea, vió a Simón, y a Andrés su hermano, que echaban la red en la mar, porque eran pescadores. 17. Y les dijo Jesús: Veníd en pos de mí, y haré que seais pescadores de hombres. 18. Y luego, dejadas sus redes, le siguieron. 19. Y pasando de allí un poco más adelante, vió a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la nave, que aderezaban las redes. 20. Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la nave con los jornaleros, fueron en pos de él. Un hombre que tenía un espíritu inmundo21. Y entraron en Capernaum; y luego los sábados entrando en la sinagoga enseñaba. 22. Y se pasmaban de su doctrina; porque los enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. 23. Y había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, el cual dió voces, 24. Diciendo: ¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Te conozco quien eres, eres el Santo de Dios. 25. Y riñóle Jesús, diciendo: Enmudece, y sal de él. 26. Y haciéndole pedazos el espíritu inmundo, y clamando a gran voz, salió de él. 27. Y todos se maravillaron, de tal manera que inquirían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad aun a los espíritus inmundos manda, y le obedecen? 28. Y luego se divulgó su fama por todo el país al derredor de la Galilea. Jesús sana a la suegra de Pedro29. Y luego salidos de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y de Andrés, con Santiago y Juan. 30. Y la suegra de Simón estaba acostada con calentura; y le dijeron luego de ella. 31. Entónces llegando él, la tomó de su mano, y la levantó; y luego la dejó la calentura, y les servía. Muchos sanados al ponerse el sol32. Y cuando fué la tarde, como el sol se puso, traían a él todos los que tenían mal, y endemoniados. 33. Y toda la ciudad se juntó a la puerta. 34. Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades; y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios porque le conocían. Jesús recorre Galilea predicando35. Y levantándose muy de mañana, aun muy oscuro, salió, y se fué a un lugar desierto, y allí oraba. 36. Y le siguió Simón, y los que estaban con él. 37. Y hallándole, le dicen: Todos te buscan. 38. Y les dice: Vamos a las aldeas vecinas, para que predique también allí; porque para esto he venido. 39. Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda la Galilea, y echaba fuera los demonios. Jesús sana a un leproso40. Y un leproso vino a él, rogándole; e hincada la rodilla, le dice: Si quieres, puedes limpiarme. 41. Y Jesús teniendo misericordia de él, extendió su mano, y le tocó, y le dice: Quiero, sé limpio. 42. Y habiendo él dicho esto, luego la lepra se fué de él, y fué limpio. 43. Y le encargó estrechamente, y luego le echó, 44. Y le dice: Mira que no digas a nadie nada; sino vé, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu limpieza lo que Moisés mandó para que les conste. 45. Y él salido, comenzó a publicar, y a divulgar grandemente el negocio, de manera que ya Jesús no podía entrar manifiestamente en la ciudad; mas estaba fuera en los lugares desiertos, y venían a él de todas partes. |