«No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad» (Isaías 43:18-19)En el año 2000, el Señor nos declaró que los primeros doce años de este milenio serían proféticos. Ahora estamos entrando al año décimo, el cual nos habla de justicia y de la perfección del orden divino. Pero también el número diez nos habla de totalidad. Por ejemplo, diez generaciones pasaron desde Set hasta Noé, y Jehová completó la era antediluviana, para comenzar un nuevo pacto con la humanidad. Diez generaciones vivieron desde Noé hasta Abraham, y Dios concluyó un ciclo, y empezó uno nuevo con Abraham, bendiciendo en él a todas las familias de la tierra. Por lo cual, el diez indica algo que termina, para comenzar algo nuevo. También denota lo completo, lo acabado y lo total. En este tiempo, luego que Dios trajo juicio en el año noveno (2009: año de la consumación y plenitud de Dios), en el año décimo Él establece un nuevo orden, así como el Señor Jesús, con Su muerte en la cruz, empezó un nuevo pacto, una nueva dispensación. No puede haber una obra comenzada, si no hay una terminada. Ya Dios empezó el juicio por Su casa, pues es necesario que la iglesia sea depurada y esté bien dispuesta, porque luego que el Señor termine con ella, va a juzgar al mundo. ¡Levántate iglesia! Viene un tiempo de gloria para Su remanente, la iglesia mundial de Cristo que conoce el tiempo de Su visitación (Su obra extraña). ¡Alégrate, porque Dios va a convertir tu vergüenza en honra! Pero Dios requiere una limpieza total de corazón y que haya en nosotros un temor reverente. Por lo cual, el que se disponga y le dé el corazón, va a vivir la totalidad de Dios. El Señor quiere introducirnos a una dimensión de totalidad, en la que viviremos los tiempos apostólicos de la primera iglesia, viendo las grandes señales, milagros y maravillas que hará nuestro Dios. La voz del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo, como tres trompetas se dejarán oír, y nos llevarán a una dimensión superior de adoración, servicio y entrega; rebosando nuestra copa con Su inagotable amor. Mensaje profético dado por el Pastor Juan Radhamés Fernández a nuestra congregación en el culto de fin de año, el 31 de dicienbre de 2009. |
2010: Año de la Totalidad y del Nuevo Orden
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