Debemos ser Luz para los demás

Si las bienaventuranzas describen el carácter esencial de los discípulos de Jesús, las metáforas de la sal y la luz indican su influencia bienhechora en el mundo. Jesús nos dice:

Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mat 5:16 RV)

Y esta versión nos dice:

Así mismo, ustedes deben ser luz para los demás de tal manera que todos puedan ver sus buenas obras y dar honra a Dios que está en los cielos. (PDT)

Nuestra luz viene de nuestra relación con Cristo. Nuestra luz no es nuestra, sino el reflejo de la luz de Jesús. “El texto clama al lector, no para que haga más esfuerzo propio, sino para que crea en la palabra de Jesús y acepte y viva la nueva realidad.

Así alumbre vuestra luz delante de los hombres (Mat 5:16 A)

Aquí, en los comienzos de su ministerio Jesús dice a sus discípulos que si dejan que su luz alumbre de modo que se vean sus buenas obras, su Padre que está en los cielos será glorificado. Al final de su ministerio, en el aposento alto, él expresaría la misma verdad en términos similares: «En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos

En verdad, más tarde diría, «Yo soy la luz del mundo» Pero nosotros lo somos también por derivación, brillando con la luz de Cristo, brillando en el mundo, como estrellas en el cielo nocturno. A veces pienso que maravilloso sería que los no cristianos, curiosos por descubrir el secreto y la fuente de nuestra luz, se nos acercaran e inquirieran.

«os llamó de las tinieblas a su luz admirable«(1Ped 2:9)

Jesús estaba enseñando en algún sitio cercano al mar de Galilea. A menos de ciento sesenta kilómetros al sur el río Jordán desemboca en otro mar, el Mar Salado, tan salado que está muerto. En la ribera occidental de ese mar vivía en aquella época una Comunidad del Mar Muerto, cuya biblioteca de rollos causó gran sensación cuando fue accidentalmente descubierta hace pocos años. Era una comunidad monástica de esenios que había escapado del mundo malo. Se autodenominaron «los hijos de la luz«, pero no dieron pasos para que su luz alumbrara

…..Para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mat 5:16B)

Parece ser que «buenas obras» es una expresión general que abarca todo lo que un cristiano dice y hace porque es cristiano, cualquier manifestación externa y visible de su fe cristiana. Puesto que la luz es un símbolo bíblico común de la verdad, la luz brillante del cristiano seguramente tiene que incluir su testimonio hablado. Así, la profecía del Antiguo Testamento de que el Siervo de Dios sería «luz de las naciones» se cumple en Cristo mismo, la luz del mundo, y también en los hijos de Dios.

Dice el Salmo 34:5,8

Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados.

Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él.

sí como nadie enciende una lámpara para taparla, sino que la coloca sobre un sitio visible para que alumbre a todos los que necesitan luz, del mismo modo los cristianos, siendo la luz del mundo, en vez de esconder su luz deben presentarla ante los hombres de tal manera que las gentes vean qué clase de vida es la que practican los discípulos de Cristo; y viéndola, glorifiquen al Padre por haber redimido, transformado y ennoblecido a los hijos pecaminosos de la tierra, y les sea ofrecida la oportunidad de una transformación y una redención similares.

Que vean vuestras buenas obras, no para que os alaben y digan:

¡Qué bueno!….. ¡Qué inteligente es Ester, Félix!

Sino para que glorifiquen a vuestro Padre, para que al vernos a nosotros los demás puedan decir: ¡Qué bueno es Dios que hace personas tan amables, tan trabajadoras! ¡Si ellas son así!, ¿cómo será nuestro Padre?, y le alaben, le glorifiquen pensando en las maravillas que hace el Señor.

La necesidad de buenos ejemplos: «Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra conducta, amor, es­píritu, fe y pureza«(1Ti 4:12), es posible que maridos incrédulos «sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, con­siderando vuestra conducta casta y respetuosa«(1 Ped.3:1-4).

«Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.» (1 Pe 2.12)

Considere algunos de los siguientes pasajes: «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.» (Ef 2.10),

Dice nuestro texto: “…para que glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Esta debe ser la base de nuestra obra de iluminación. Todo lo que hace un creyente debe ser única y exclusivamente para la gloria de Dios.

El Profeta Isaías dice:

Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice (Isa 43:7)

Me pregunto si todos los creyentes estamos conscientes y seguros de que todo lo que hacemos, lo hacemos para la gloria de Dios.

Una de las lecciones que podemos aprender con estas palabras es que nuestra luz debe de brillar para que los demás vean nuestras buenas acciones y puedan seguir nuestro ejemplo, pero el crédito no debe de ser para nosotros sino que debe de servir para que glorifiquen a Dios por lo que ven en nosotros, cuando vean lo mucho que hemos cambiado por medio de Dios.

Nuestro buen ejemplo llevará a otros a ese ejemplo perfecto esto es, a Jesucristo. Nosotros solo servimos como una guía, una luz, un mapa para que otros encuentren el verdadero ejemplo a seguir en sus vidas, un vehículo para que otros encuentren lo que nosotros ya hemos encontrado, a Jesús, nuestra verdadera fuente de inspiración y torre de luz y justicia.

Bendiciones….


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