Reflexión
Jesús venció al mundo, significa que venció todo, absolutamente todo…enfermedad, inseguridad, temor, angustias, humillaciones, dolor…
Jesús no les oculta a sus discípulos que el mundo traerá tribulación, sobre todo a los que siguen el evangelio. No. Jesús les anima con su ejemplo: «¡ánimo!: yo he vencido al mundo» Es de este modo como hay que entender la Muerte y la Resurrección del Señor, como el triunfo que sobrepasa totalmente los éxitos humanos: el triunfo que nos ganó la vida eterna.
Así, si Jesús se ha batido dando su vida por destronar de una vez para siempre al príncipe de este mundo y ha vencido, no podemos tener miedo, ni sentirnos débiles frente a las situaciones que se nos presentan. Nos toca ahora dar la cara por Cristo, como Él dio la vida por nosotros. Nos toca darle valor a su sacrificio, aceptando que el ya venció al mundo para nosotros, el que quiera aceptar esto, no tendrá porque preocuparse por las cosas de este mundo. No tendrá que “batirse” con las aflicciones de este mundo, eso ya lo hizo Jesús por nosotros.
Es como cuando estamos en el Colegio y tenemos un hermano mayor que siempre nos defiende de los que quieren hacernos daño, quitarnos la merienda, arruinar nuestros cuadernos, en fin ,un hermano mayor que nos saca de apuros en el colegio, andamos tranquilos porque sabemos que ante cualquier amenaza, nuestro hermano ya recibió los golpes por nosotros, los empujones, en fin nos defendió, nosotros solo tenemos que disfrutar de la tranquilidad y la paz que nuestro hermano nos brinda.
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