Daniel 4:4 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Daniel 4:4 | Comentario Bíblico Online

Antes de referir el castigo que Dios le impuso por su soberbia, Nabucodonosor da cuenta de las advertencias que había recibido a ese respecto.

1. La alarma le fue dada (v. Dan 4:4) cuando estaba tranquilo en su casa y floreciente en su palacio. Había conquistado recientemente Egipto, completado con ello sus victorias y terminado sus guerras hacia el año trigesimocuarto o trigesimoquinto de su reinado (v. Eze 29:17). Entonces fue cuando tuvo este sueño, el cual se cumplió un año más tarde. Siguieron los siete años de su locura y, al recuperarse de ella, escribió esta declaración; vivió después unos dos años más, y murió en el cuadragesimoquinto año de su reinado.

2. La impresión que le hizo este sueño (v. Dan 4:5): «Tuve un sueño que me espantó». Comenzó a cavilar en su lecho sobre lo que había visto y cada vez le turbaban más sus imaginaciones. En vano consultó sobre el sueño (vv. Dan 4:6, Dan 4:7) a todos los sabios de Babilonia. Ninguno pudo mostrarle la interpretación, a pesar de la jactancia con que, en otra ocasión (Dan 2:4, Dan 2:7), le habían dicho que, si les mostraba el sueño, se lo interpretarían. Ahora empezaba a cumplirse lo predicho por Isaías (Isa 47:12, Isa 47:13): que de nada le habían de servir a Babilonia sus muchos consejeros cuando llegase la hora de la destrucción del imperio caldeo.

3. «Hasta que vino a mi presencia Daniel, etc.» (v. Dan 4:8). Hay muchos que acuden a la Palabra de Dios como al último refugio, y nunca acuden a ella hasta que se les acaban todos los demás recursos. Nótense los elogios que, de entrada, hace de Daniel. La razón por la que el rey repite su nombre caldeo, Beltsasar, es porque, como hace notar Walvoord, «el decreto era publicado a lo largo y ancho de todo el reino, donde la mayoría de la gente conocería a Daniel por su nombre babilónico». M. Henry advierte una decadencia en el modo de hablar de Nabucodonosor aquí, pues, tras de llamar Dios Altísimo al Dios de Israel, ahora menciona (vv. Dan 4:8, Dan 4:9) el espíritu de los dioses santos, y, en lugar de llamar a Daniel siervo de Dios, le llama (v. Dan 4:9) jefe de los magos. Para este traductor, la razón de esta manera de hablar, distinta de la que hemos visto en Dan 3:26-30, es muy sencilla: En el capítulo Dan 3:1-30 está en presencia de tres varones judíos y algunos de los altos dignatarios del país, y se halla tremendamente impresionado por el milagro que Dios acaba de realizar. En cambio, ahora se dirige en una proclama a todos los súbditos del imperio y por fuerza tiene que usar el lenguaje de los caldeos. Sin embargo, este lenguaje politeísta, y especialmente la frase del versículo Dan 4:8 «… cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de MI DIOS», me resulta una de las graves objeciones contra la opinión de que Nabucodonosor fue realmente convertido al Dios verdadero.

4. El relato que hace de su sueño.

(A) Vio en el centro de la tierra (v. Dan 4:10) un árbol cuya altura era muy grande (comp. con Isa 14:4-20; Eze 28:1-19 y, especialmente, con Eze 31:2-9, donde el Faraón figura como un majestuoso cedro del Líbano). Tan alto se había hecho este árbol que (v. Dan 4:11) el rey vio su copa llegando hasta el cielo, de modo que se le podía ver desde todos los confines de la tierra. Su follaje (v. Dan 4:12) era hermoso a la vista. Pero, además, había en este árbol dos excelentes cualidades que no se hallaban en el cedro de Eze 31:6. Además de dar excelente sombra contra el ardor del sol, mucha más que el aludido cedro: (a) tenía fruto abundante, no como el cedro de Ezequiel, que sólo ofrecía sombra; (b) «se mantenía de él toda carne» (v. Dan 4:12, al final. Lit.), es decir, todo ser viviente, tanto hombres como animales, con lo que da a entender la grandeza de Nabucodonosor como proveedor de todo lo necesario para satisfacer las necesidades materiales de sus súbditos, tanto de los hombres como de sus bestias.

(B) Oyó la sentencia dictada contra este árbol por medio de un ángel a quien él llama «un vigilante, un santo que descendía del cielo» (v. Dan 4:13, Dan 4:17, Dan 4:23). Este ángel ordena talar el árbol (v. Dan 4:14), pero sin arrancarlo de raíz: Se ha de dejar (v. Dan 4:15) en la tierra el tocón y sus raíces, con ataduras de hierro y de bronce. La finalidad de esto último es explicada así por Ryrie: «Ya sea para freno (como se hace con un loco) o para preservación, a fin de impedir que el tocón sea desarraigado».

(C) El ángel explicó (v. Dan 4:16) el significado de la sentencia que pendía sobre la persona representada en este árbol: La tal persona ha de ser privada de su dignidad humana y de su mente racional, para que viva durante siete años como un animal bruto. Los orgullosos tiranos que ponen su corazón como corazón de Dios (Eze 28:2, al final), bien se merecen que Dios les prive de su corazón de hombre y ponga en ellos corazón de animales brutos. Que todo esto no es una fantasía, sino una realidad afirmada por la Palabra de Dios, se confirma por los numerosos casos que se han dado de esta locura, designada por Keil con el epíteto latino de insania zoanthrópica; más específicamente, puede hablarse aquí de locura boantrópica, esto es, de un hombre que llega a sentirse y a comportarse como un buey.

(D) La sentencia se cumplió por decreto de los vigilantes. Aunque, como observa Alonso Díaz, «en el libro de Henoc (1 Henoc Seudoepigrafía 1En_10.6; Seudoepigrafía 1En_16.1; Seudoepigrafía 1En_19.1) los vigilantes son los ángeles caídos», es muy improbable que en este contexto puedan ser ellos los que dan tal decreto; basta con notar el objetivo de tal resolución (v. Dan 4:17): «para que conozcan los vivientes que el Altísimo es dueño del reino de los hombres, y que a quien Él quiere lo da, y puede establecer sobre él al más bajo de los hombres». Este lenguaje sólo tiene sentido si procede de un ángel de Dios, no de un ángel caído (comp. con Luc 4:6 para ver el contraste).

5. Hecho el relato de su sueño, Nabucodonosor pide a Daniel que se lo interprete (v. Dan 4:18), «porque dice todos los sabios de mi reino no han podido mostrarme su interpretación; mas tú puedes, porque mora en ti el espíritu de los dioses santos».

Daniel 4:4 explicación
Daniel 4:4 reflexión para meditar
Daniel 4:4 resumen corto para entender
Daniel 4:4 explicación teológica para estudiar
Daniel 4:4 resumen para niños
Daniel 4:4 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí