Deuteronomio 28:45 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Deuteronomio 28:45 | Comentario Bíblico Online

Podría pensarse que ya se había dicho lo bastante para impresionarles poderosamente y llenarles de temor a la ira de Dios, que se revela desde el Cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres (Rom 1:18). Pero para mostrar la amplitud de los almacenes de dicha ira («atesoras para ti mismo ira …»; Rom 2:5), y que todavía quedaba mucho más por decir, Moisés comienza de nuevo, cuando podría pensarse que habría concluido ya con este lúgubre asunto, y añade a esta larga lista de maldiciones muchas palabras de repetición e insistencia, con nuevos detalles, como haría después Jeremías (Jer 36:32). En esta última parte, Moisés les predice la destrucción a manos de los romanos y la dispersión subsiguiente. Y el actual estado deplorable de los judíos, y de todos los que se han unido a ellos y han abrazado su religión, responde tan plena y exactamente a la predicción contenida en estos versículos que sirve de prueba incontestable de la verdad de esta profecía, y consiguientemente de la autoridad divina de las Escrituras. Al ser representada esta última destrucción como mucho más terrible que la anterior, esto muestra que el pecado de los judíos, al rechazar a Cristo y a su mensaje de salvación, fue mucho más grave. Bajo esta destrucción, agudizada a mediados del presente siglo por el inhumano antisemitismo de Hitler y de sus esbirros, continúan los judíos por más de 1.900 años hasta que venga de Sion el Libertador, que aparte de Jacob la impiedad (Rom 11:26).

I. Es asombroso que un pueblo tan bendecido por Dios, que por tantos siglos fue el favorito del Cielo (y no ha sido revocada su elección; Rom 11:29), haya sido tremendamente abandonado y rechazado; que un pueblo tan compactamente aglutinado, esté tan universalmente dispersado y, que al mismo tiempo, al haber estado (y estar aún) tan dispersado entre todas las naciones, se haya preservado racialmente distinto, sin mezclarse con ninguno; fugitivos y vagabundos como Caín, después que mató a su hermano, también los judíos, que se hicieron a sí mismos responsables de la sangre de su hermano Jesús, llevan como Caín una especie de marca (no se olvide que la marca de Caín no fue para maldición, sino para protección; Gén 4:15). Las dos últimas guerras de los judíos con los árabes (1967 y 1973) muestran claramente que Dios les protege en estos tiempos próximos a la venida del Libertador. Cuando los árabes atacaron a Israel por sorpresa en el Yom Kippur (Día de la Expiación) de 1973 contaba un general sirio que, al llegar con sus ejércitos cerca del lago de Genesaret, vio en el Cielo como una gigantesca mano que se cernía sobre ellos; el ejército se detuvo, como extasiado ante la maravilla de aquel panorama de Galilea, y esta pausa les fue fatal, puesto que dio al ejército israelí el tiempo suficiente para reaccionar a tiempo y repeler triunfalmente la agresión.

II. Se describe a continuación la destrucción profetizada. Moisés trata ahora sobre el mismo triste tema que nuestro Salvador expuso a sus discípulos en su discurso de despedida (Mat 24:1-51), a saber, la destrucción de Jerusalén y de la nación judía.

1. Aquí se describen cinco pasos en el proceso de la ruina de Israel:

A) Que serán invadidos por un enemigo lejano (vv. Deu 28:49-50). Aunque muchos rabinos entienden estos versículos de la invasión asiriobabilónica, no cabe duda de que tienen un fondo más lejano, y se aplican mejor al sitio y toma de Jerusalén por parte de los romanos el año 70 de nuestra era: Una nación de lejos, del extremo de la tierra (el remoto occidente), que vuele como águila (el águila en la enseña de los romanos), nación cuya lengua no entenderás (v. Deu 28:49). Nuestro Salvador echó mano de este símil poco después de referirse a esta destrucción, cuando dijo: «Dondequiera que esté el cadáver, allí se juntarán las águilas» (Mat 24:28), aunque es más probable que se refiera al final de la «Gran Tribulación» (Mat 24:21), a la vista de Apo 19:17-19.

B) Que el país quedará desolado, y todos sus frutos serán comidos por el ejército enemigo, lo cual es consecuencia natural de la invasión, especialmente cuando ésta se lleva a cabo, como fue la de los romanos, para sofocar el levantamiento de rebeldes.

C) Que sus ciudades serán sitiadas, y que será tal la obstinación de los sitiados y el vigor de los sitiadores, que la nación será reducida al último extremo, para caer finalmente en manos del enemigo (v. Deu 28:52).

D) Que perecería una gran muchedumbre de ellos, de modo que quedarían pocos en número (v. Deu 28:62).

E) Que el resto sería dispersado entre las naciones: Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo (v. Deu 28:64). Es aquí donde todos los comentaristas, incluidos los rabinos judíos, admiten que se trata de la dispersión en que Israel se encuentra en los últimos diecinueve siglos.

2. La triste condición del pueblo judío durante la presente era se echa de ver con toda su aflicción angustiosa en los versículos Deu 28:66-68. (A) Tendrás tu vida como pendiente de un hilo (v. Deu 28:66), es decir, como un objeto que pende de un débil hilo ante los ojos de la persona (¿quién no recuerda lo de la espada de Damocles?) siempre a punto de romperse y caer en cualquier momento. (B) El versículo Deu 28:67 describe el dolor agudo que sufre un paciente, y que le hace suspirar por el paso rápido del tiempo. (C) El versículo Deu 28:68 contiene una profecía asombrosa en todos sus detalles. Cuando Jerusalén fue destruida en el año 70, tanto Tito como después Adriano sumieron en la esclavitud a una multitud ingente de israelitas, gran número de los cuales fue llevado a Egipto. Por otra parte en esa misma fecha, las tropas romanas, como el mismo Flavio Josefo atestigua, hartas ya de tanta matanza, reservaron de los prisioneros un número de unos 97.000. Los mayores de 17 años fueron enviados a las minas o a luchar con las fieras en el Circo de Roma como gladiadores. Los menores de 17 años fueron destinados a ser vendidos en el mercado de esclavos pero el mercado rebosa de esclavos hasta los topes, de modo que ¡no hubo quien los comprara! (v. Deu 28:68, al final). Los sobrantes fueron confinados en una especie de campo de concentración, en el que murieron de hambre por millares.

3. Al resumir nuestras consideraciones sobre todo este tema hemos de decir: (A) Que el cumplimiento de todas estas predicciones sobre el pueblo de Dios muestra que Moisés habló llevado y movido por el Espíritu de Dios (2Pe 1:21). (B) Que de aquí hemos de aprender a sentir, no sólo miedo, sino pavor al pecado. Se cuenta de un malvado que, después de leer las amenazas de esta porción, se puso tan furioso que arrancó esta hoja de la Biblia, del mismo modo que Joacim rompió y quemó el rollo de Jeremías (Jer 36:23); pero, ¿de qué sirve romper una copia, cuando el original está bien guardado en el archivo de los decretos divinos por los cuales está dictaminado inalterablemente que «la paga del pecado es muerte» (Rom 6:23), lo escuchen o no los hombres?

Deuteronomio 28:45 explicación
Deuteronomio 28:45 reflexión para meditar
Deuteronomio 28:45 resumen corto para entender
Deuteronomio 28:45 explicación teológica para estudiar
Deuteronomio 28:45 resumen para niños
Deuteronomio 28:45 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí