Eclesiastés 3:16 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Eclesiastés 3:16 | Comentario Bíblico Online

Salomón continúa y muestra en estos versículos que, sin el temor de Dios, tampoco el poder ni la vida misma sirven para nada útil.

1. Aquí tenemos la vanidad del hombre, de un hombre sentado en el trono o en la silla del juez, donde, si está regido por las leyes de la religión, es el delegado de Dios. Pero sin el temor de Dios, no es sino vanidad, ya que, entonces, (A) El juez no juzgará rectamente (v. Ecl 3:16): En la sede del juicio hay impiedad, etc. El hombre que está en un puesto de honor y no entiende qué debe hacer, es como las bestias que perecen, como fiera de presa. Mejor les sería a los pueblos no tener jueces que tener tales jueces. Y más les valdría a los jueces no poseer ningún poder que el tenerlo para abusar de él de tal manera. (B) El juez mismo será juzgado (v. Ecl 3:17), cuando Dios juzgue al justo y al impío. Es un consuelo inefable para el justo oprimido saber que su causa será oída de nuevo. Tengan, pues, los buenos paciencia, porque el Supremo Juez no tardará en enderezar los entuertos que hayan llevado a cabo los jueces impíos y venales, aunque de momento no se vea (Job 24:1).

2. También tenemos aquí la vanidad del hombre en cuanto que es mortal. Sin el temor de Dios, la razón natural que los hombres poseen les da poca ventaja sobre los brutos animales. Pero no culpen a Dios y digan que ha hecho de este mundo la prisión del hombre, y de esta vida un castigo, pues Dios hizo al hombre un poco inferior a los ángeles (Sal 8:5); si es vil y miserable, es únicamente culpa suya. No es fácil convencer a los orgullosos de que no son sino hombres (Sal 9:20), pero es más difícil todavía convencerles de que, sin el temor de Dios, son como bestias (comp. con Sal 49:12). La muerte se lleva al hombre lo mismo que al animal; ambos retornan al polvo del que salieron (v. Ecl 3:20); ambos perecen igualmente cuando se les corta la respiración (hebreo, ruaj, tanto en el versículo Ecl 3:19 como en el versículo Ecl 3:21; éste es el significado de ruaj aquí, como sinónimo del nishmath, soplo o aliento, de Gén 2:7); ambos van al mismo lugar, al mismo estado, de corrupción. Nadie percibe la diferencia, pues no es visible, pero el mismo Predicador nos dice después (Ecl 12:7) que el espíritu del hombre vuelve a Dios. El salmista dice (Sal 49:12) que el hombre es semejante a las bestias que perecen, pero se refiere (v. Ecl 3:6) a los que confían en sus bienes, al hombre que está en honra y no entiende (v. Ecl 3:20), pues de sí mismo dice (v. Ecl 3:15): «Pero Dios redimirá mi alma (lit. es decir, mi persona) del poder del Seol, porque Él me tomará consigo». Los que viven como bestias no pueden esperar otra cosa que morir como bestias. La conclusión que deduce el autor (v. Ecl 3:22), como ya lo había hecho en los versículos Ecl 3:12 y Ecl 3:13, es que hemos de procurar sacarle a la vida honestamente nuestra porción (lit. Comp. Ecl 2:10) y, con el temor de Dios, mantener limpia la conciencia, pues nadie en esta vida (debajo del sol) puede hacernos vislumbrar lo que nos espera en la otra, ya que por fe andamos, no por vista (2Co 5:7).

Eclesiastés 3:16 explicación
Eclesiastés 3:16 reflexión para meditar
Eclesiastés 3:16 resumen corto para entender
Eclesiastés 3:16 explicación teológica para estudiar
Eclesiastés 3:16 resumen para niños
Eclesiastés 3:16 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí