Estudio Bíblico | Explicación de Ester 1:1 | Comentario Bíblico Online
I. Nombre y poderío del que a la sazón era rey de Persia. 1. No cabe hoy duda de que este Asuero (hebreo Ajashwerosh) es Jerjes I (485 464 a. de C.). 2. En tiempos de Ciro y de Darío I el reino de Persia tenía 120 provincias (Dan 6:1); ahora, 127, desde la India hasta Etiopía (v. Est 1:1). Se había hecho tan extraordinariamente grande como extraordinaria iba a ser su caída.
II. La gran pompa y magnificencia de su corte. Dio a sus magnates el más extravagante banquete «para mostrarles las riquezas de la gloria de su reino, el brillo y la magnificencia de su poder» (v. Est 1:4). ¡Vanagloria inútil! Si hubiese mostrado las riquezas de su reino como hicieron algunos de sus sucesores, en contribuir para la edificación del templo (Esd 6:8; Esd 7:22), habría logrado mejor fama y brillo. Asuero celebró en esta ocasión dos fiestas: 1. Una para los príncipes y cortesanos (vv. Est 1:3, Est 1:4), la cual duró 180 días (medio año). 2. Otra, a todo el pueblo, que duró siete días, en el patio del huerto del palacio real (v. Est 1:5). Las tiendas que se levantaron para esta ocasión eran finas y lujosas, lo mismo que los reclinatorios o divanes y el pavimento (v. Est 1:6).
III. El buen orden que se observó, en varios aspectos, en estas fiestas, aunque la paráfrasis caldea dice que se usaron entonces los utensilios del santuario de Jerusalén, con gran pena de los judíos devotos. Dos aspectos laudables aparecen aquí: 1. Que el beber era según ley, quizás una ley reciente; a nadie se le obligaba a beber con necia insistencia, en lo que un príncipe pagano, aun en días en que quería mostrar su magnificencia, puede avergonzar a muchos que se llaman a sí mismos cristianos, pero creen que no cumplen bien con sus invitados si no insisten en hacerles beber hasta que se embriagan, con lo que incitan al pecado. 2. No hubo bailes de hombres con mujeres, pues la reina Vastí hizo banquete aparte para las mujeres (v. Est 1:9). Así, mientras el rey mostró el honor de su majestad, ella y sus mujeres mostraron el honor de su modestia, que es la verdadera majestad del sexo débil.
