Estudio Bíblico | Explicación de Ezequiel 6:1 | Comentario Bíblico Online
1. La profecía va dirigida a los montes de Israel (vv. Eze 6:1, Eze 6:2); el profeta tiene que dirigir su rostro hacia ellos. Si podía alcanzar con su vista el país, lo primero que vería son los montes; hacia ellos, pues, ha de dirigirse con los ojos fijos en ellos, como mira un juez al reo cuando le lee la sentencia. Aun cuando los montes de Israel sean muy fuertes, debe dirigir su rostro contra ellos, como quien tiene que anunciar tales castigos que habrían de sacudir sus cimientos. Los montes de Israel habían sido montes santos, pero ahora que los habían manchado con sus altos lugares idolátricos, Dios pone Su rostro contra ellos y, por tanto, el profeta debe hacer otro tanto. Por otra parte, como hace notar Asensio, «los montes de Israel, … en su complejo montes-collados-cauces-valles, equivalen a la totalidad del país».
2. Se les amenaza con la destrucción completa de los ídolos y de los idólatras. Dios mismo dice (v. Eze 6:3, al final): «He aquí que yo, si, yo, haré venir sobre vosotros espada», la espada de los caldeos bajo el mando de Dios. Los lugares altos, que estaban en la cima de los montes, habían de ser asolados (v. Eze 6:6). Los altares, en los que ofrecían sacrificio a dioses extraños, serían también asolados, y las imágenes hechas pedazos (v. Eze 6:4); todo eso debe quedar (v. Eze 6:6) desierto, asolado, quebrado, destrozado, deshecho. Se añade una notable circunstancia al decir que (vv. Eze 6:4, Eze 6:5) los cadáveres de ellos mismos caerán delante de sus ídolos, ante los que se habían postrado en vida. Así, se echa en cara a los mismos ídolos el ser incapaces de ayudar a sus adoradores, y a los idólatras se les echa en cara la necedad de poner su confianza en ellos.
