Actividad

  • DiegoDeza empezó el debate AYUDA PARA MI MATRIMONIO en el foro Consejería Cristiana hace 9 años, 5 meses

    Hola mi nombre es diego y quisiera su apoyo para lo siguiente, le he fallado a mi esposa en todos los sentidos posibles, la he dañado hasta el punto de que creo que he hecho de que su amor ya no es para mi.

    Hace unos dias unos familiares de ella me buscaron y les comente los problemas que tenia y que queria cambiar y ellos me dijeron que me podian dar la ayuda de dios. (son cristianos y yo catolico)

    La acepte y desde ese dia estoy orando, leyendo e intentando imitar y vivir segun la biblia y lo que puedo leer en devocionales, mi esposa dice que me ama pero que esta muy herida.

    Tenemos 2 hijos y desde hace unos dias estamos viviendo separados por el daño que les hice a todos que en realidad fueron celos enfermizos.

    Agradecere su ayuda para saber como cambiar y como limpiarme y asi poder ayudar a mi familia y volver a unirla.

    El dolor de estar separados el dolor de saber que todo esto es por causa mia es devastador.

    Un abrazo

    • Diego, nos apena mucho tu situación y sabemos que los 2 deben estar pasando por momentos terribles. Dentro de todas esas cosas MUY MALAS, podemos rescatar tu deseo de buscar de Dios, la Biblia dice: Que si buscamos al Señor, todas las cosas serán añadidas. Sabemos también que dentro de las posibilidades y dependiendo del daño puede ser que el perdón sea difícil. Oramos y confiamos en Dios por tu verdadero arrepentimiento y la búsqueda de Dios, así como la restauración de tu mujer. Por el momento podemos dejarte algunos textos que puedan ayudarte.Pero definitivamente deberías buscar una Iglesia Cristiana, donde realmente se predique la palabra de Dios. Mil Bendiciones!

    • MENSAJES – ANTÍDOTOS DE LOS CELOS

      Todo comenzó bien, así como comienza la mayoría de los matrimonios. Había ternura, había afecto y, más que nada, había amor. Sin embargo, pasada la luna de miel, el matrimonio comenzó a andar mal. En medio de dos que se amaban, se interpusieron los celos, que destruyen todo lo que tocan.

      Un día Francisco Contreras, de Monterrey, México, no soportó el acoso de los celos y le pegó un tiro a su esposa, Sanjuana, en el temporal derecho. Acto seguido, se disparó él mismo en la sien. Ninguno de los dos murió, pero Sanjuana quedó con las facultades mentales alteradas, y Francisco perdió la vista en un ojo. Los celos habían triunfado.

      Si hay algo que los matrimonios deben rehuir, son los celos. Los celos consumen alma, corazón, mente y vida, y mientras los están consumiendo, conducen a la locura, terminando en tragedias como aquella.

      Hay celos que son naturales y saludables, y que provienen de un amor genuino. La Biblia dice que aun Dios es un Dios celoso que con diligencia vela por los suyos. Pero hay, también, celos morbosos, perjudiciales y enfermizos, producto de oscuros y bajos complejos. Esos son celos destructivos.

      ¿Cómo evitar que haya celos destructivos? Se comienza estableciendo un patrón de fidelidad incondicional entre esposos. El cónyuge debe saber, sin la más mínima duda, que su pareja, por nada en la vida, defraudaría los votos nupciales de amor y lealtad que los dos hicieron ante Dios.

      Luego, cada cónyuge debe desarrollar fe y confianza en Cristo. La fe profunda en Cristo nos libra de psicopatías enfermizas. Cuando ambos esposos son verdaderos seguidores de Cristo, no hay entre ellos ningún brote de malos celos.

      Añádase a esto el cultivo a fondo de la amistad matrimonial. Cuando el amor —el buen amor, el amor basado en un compromiso inquebrantable— se cultiva con sumo cuidado, los celos malignos no tienen ocasión de brotar. Porque al conservar el amor genuino, nos inmunizamos contra los celos destructivos.

      Dios, el diseñador del matrimonio, es también la fuente del amor. Cuando nuestro matrimonio y nuestra vida están en armonía con Dios, estamos también en armonía con nuestro cónyuge, y los celos no tienen dónde aflorar.

      Con Cristo en el matrimonio, no hay lugar para celos enfermizos. Sólo hay lugar para un amor cálido, puro, tierno y cristiano. Sea Cristo, desde hoy, el Señor de nuestro matrimonio. En él hay paz y confianza y seguridad.

      por el Hermano Pablo

    • ¿Qué dice la Biblia acerca de los celos?
      Pregunta Cristiana: “¿Qué dice la Biblia acerca de los celos?”

      Respuesta: Cuando usamos la palabra celos, la usamos en el sentido de estar envidiosos de alguien que tiene algo que nosotros no tenemos. Esta clase de celos es un pecado y no es característica de un cristiano – contrariamente, muestra que aún estamos siendo controlados por nuestros propios deseos (1 Corintios 3:3). Gálatas 5:26 dice, “No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.”

      La Biblia nos dice que debemos tener la perfecta clase de amor que Dios tiene por nosotros. “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.” (1 Corintios 13:4-5). Entre más nos concentremos en nosotros mismos y nuestros deseos, seremos menos capaces de concentrarnos en Dios. Cuando endurecemos nuestros corazones a la verdad, no podemos volvernos a Jesús y permitirle que nos sane (Mateo 13:15). Pero cuando permitimos que el Espíritu Santo nos controle, Él producirá en nosotros el fruto de nuestra salvación, el cual es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). Santiago 3:14-15 dice, “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad, porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.”

      El estar celosos indica que no estamos satisfechos con lo que Dios nos ha dado. La Biblia nos dice que estemos contentos con lo que tenemos, porque Dios nunca nos desamparará ni nos dejará. (Hebreos 13:5). A fin de combatir esto, necesitamos hacernos más como Jesús y menos como nosotros mismos. Podemos hacer esto, estableciendo una relación personal con Dios. Podemos llegar a conocerlo a través del estudio de la Biblia, la oración y la asistencia a la iglesia. Conforme vayamos aprendiendo cómo servir a otros en vez de a nosotros mismos, nuestros corazones comenzarán a cambiar. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2)

    • Diego, lee estos links con certeza te ayudarán:

      http://www.devocionalescristianos.org/?s=celos