¿Qué Es La Biblia?

 ¿Qué Es La Biblia?

Hasta no hace mucho tiempo, yo no conocía mucho La Biblia. Es mas, puedo decir que la conocía como la conoce la mayoría de la gente. Mis conceptos eran mas o menos, los siguientes:1.  La Biblia contiene la Palabra de Dios.
2.  No cualquiera puede leer La Biblia. Hay que tener cierto «nivel espiritual».
3.  Debe tener un lenguaje complicado de entender para una persona común.
4.  No creo tener el ánimo para leerla toda entera, en poco tiempo. Además, debe ser muy aburrida.
5.  No creo necesitar todo lo que diga. Lo necesario me lo dice el Sacerdote en la misa.
6.  Quien se pasa leyendo La Biblia es un fanático.
7.  Leer La Biblia es especializarse. A mi no me preocupa; soy una buena persona, y cuando muera voy a ir al cielo.
8.  No debe ser muy importante leerla, ya que nunca escuché a un Sacerdote instigar su lectura.
No obstante tener todos estos pre-conceptos, siempre me cuestionaba mis prácticas religiosas. Al ver la confesión de pecados frente a un Sacerdote, me preguntaba ¿así lo ordenó Dios?. Cuando me impartían la penitencia por mis pecados, ¿estaba estipulado por Dios que así se hiciera?. Lo mismo al ver los bautismos de niños, la Eucaristía por medio de la hostia, rezarle a imágenes, venerar a María, rezar el Rosario de memoria y con frases a repetición, rezarle a los muertos, venerar al Papa, etc. Yo pensaba ¿esto lo estipuló Dios? ¿dónde? ¿cuándo? ¿cómo?
Nunca tuve respuestas, lo que ayudó a mi alejamiento de prácticas en las cuales no veía la presencia de Dios.

Un día, casi accidentalmente (eso es lo que mi pequeña mente humana suponía…), tuve la oportunidad de escuchar a un señor (que debo reconocer, con poco aspecto de religioso, según yo estaba acostumbrado), que hablaba de Dios y de Su Plan de Salvación para la humanidad. Lo primero que me llamó la atención, es que NO LEÍA, sinó que hablaba en forma espontánea, como estando convencido de lo que decía. Y lo mas notable, cuando volcaba conceptos de importancia, concluía diciendo que eso era lo que Dios decía en tal versículo de tal Libro de La Biblia.

No pasó mucho tiempo hasta que me regalaron mi primera Biblia. Iba a las reuniones, y esperaba ansioso el momento en que el Predicador dijera: «-…abra su Biblia en el libro del Apóstol Juan, capítulo 3…». Tal vez suene tonto decir la emoción que sentía cuando escuchaba al Predicador decir lo mismo que yo estaba leyendo. Inclusive en oportunidades, la cita bíblica había concluído, pero yo no podía evitar seguir leyendo hasta el final del capítulo. Me parecía hermoso poder descubrir POR MI MISMO, las Verdades que Dios quiere que sepamos.

Hasta encontrarme con La Biblia, mi vida espiritual era como un barco en medio de una tormenta, totalmente a la deriva, a merced de cualquier viento doctrinal que soplara. Pero gracias doy a Dios, que me proveyó del ancla necesaria, para que mi vida espiritual tenga un firme asidero, un firme fundamento, una firme convicción de Verdad: Las Sagradas Escrituras.

Comencé por los 4 Evangelios, Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Continué con los Libros del Nuevo Testamento y finalmente con el Antiguo Pacto. Puedo asegurar que hoy tengo las ideas «bien acomodadas». Normalmente sé cuando algo es mandamiento de Dios y cuando es un agregado ajeno a Su Perfecta Voluntad. Inclusive, al re-leer algunos pasajes, el Espíritu Santo me revela Verdades de Dios mas profundas aún. Cada «sesión de lectura» es un cúmulo de nuevas enseñanzas.

Hoy he descubierto que:

1.  La Biblia es la Palabra VIVA de Dios. La Biblia es actual, y tan vigente como el periódico del día..
2.  Cualquiera puede leer La Biblia. Solo hay que desear conocer lo que Dios nos quiere decir.
3.  Cualquiera DEBE leer La Biblia. No puede perderse el hermoso regalo que Dios Padre nos ofrece.
4.  Está escrita de una manera sencilla, para que cualquier persona la pueda entender.
5.  A veces estoy leyendo, y no puedo parar. Parecería que ha sido escrito especialmente para mí.
6.  Cada nuevo renglón es una enseñanza poderosa, útil, práctica y actual, aplicable a mi propia vida.
7.  Hoy leo La Biblia, hasta en el transporte público hacia mi trabajo.
8.  Leer La Biblia es imprescindible para saber cual es el Verdadero y Perfecto Propósito de Dios.
9.  Leer La Biblia me cambió la vida. Es, ni mas ni menos, que «El Manual del Fabricante…»

«Nunca apartarás de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien…»  (Josué 1:8-9)

Que Dios te bendiga

Daniel Sapia


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