Gálatas 6:11 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

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El apóstol ha escrito la Epístola, como solía, dictándola a un amanuense. Pero esta porción final la va a escribir de su puño y letra (v. Gál 6:11). El verbo está en aoristo, «porque el autor se pone en el tiempo en que ha de ser leída» (J. Leal). Lo de las «grandes letras» es un indicio más de que Pablo padecía de la vista.

1. Refiriéndose una vez más a los judaizantes, pues éste ha sido el tema general de la Epístola, apunta ahora (vv. Gál 6:12 y Gál 6:13) el apóstol los verdaderos motivos que les impulsan a ganarse seguidores entre los fieles de Galacia. Estos motivos son dos: (A) Escapar de la persecución que acecha a todos los que toman su cruz en seguimiento del Crucificado (v. Gál 6:12). No les importaba naufragar en la fe con tal de salvar el pellejo. (B) Deseaban jactarse en los adeptos que conseguían para su causa (v. Gál 6:13): «para gloriarse en vuestra carne», esto es, en la circuncisión del prepucio, no en la del corazón. Su hipocresía se echaba de ver en que, aun cuando mediante la circuncisión quedaban obligados a guardar toda la ley (Gál 5:3), ellos mismos, aunque estaban circuncidados, no guardaban la ley.

2. Pablo, en cambio, no desea ninguna otra gloria, ni en su vida ni en su predicación, sino la que procede de la cruz de Cristo (v. Gál 6:14). Ni tiene miedo a la persecución ni le impulsa, en la predicación del Evangelio, otro motivo que el amor al Señor y a las almas. Dice Leal: «La conducta cobarde y vana de los judaizantes contrasta con la valentía y el desinterés de Pablo». El mero pensamiento de cualquier otro motivo está tan lejos de su mente y de su corazón que exclama: «En cuanto a mí, que no se me ocurra (gr. me guénoito, por decimotercera y última vez, si no he contado mal) jamás gloriarme en otra cosa que en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, mediante quien el mundo ha quedado crucificado para mí, y yo para el mundo» (NVI). Al estar crucificado con Cristo (Gál 2:20), Pablo quedaba crucificado, borrado, separado, para el mundo, es decir, para todos los enemigos de Cristo y del Evangelio, ya sean de extracción judía o pagana. Y la misma separación que él observaba hacia el mundo (en su sentido peyorativo), este mundo malvado, enemigo de Dios, de Cristo y del Evangelio, la observaba también hacia él (comp. con 1Pe 4:4). Por eso, la crucifixión, la separación, entre Pablo y el mundo era recíproca.

3. El versículo Gál 6:15 repite la enseñanza de Gál 5:6, con la diferencia de que aquí hallamos «sino una nueva creación» (comp. con 2Co 5:17), en lugar de «la fe que cobra energías mediante el amor» de Gál 5:6 (lit.). Lo mismo que en 2Co 5:17, el apóstol usa el vocablo ktísis, creación, en lugar de ktíma, criatura (el producto de la creación). «El pensamiento de Pablo, dice Trenchard, abarca los dos conceptos, pues si bien la persona que cree en Cristo llega a ser una nueva criatura, lo es porque ha entrado en la esfera de una Nueva Creación; o sea, en la de la Obra de Dios en Cristo que tiene por base la Cruz y la Resurrección». Leal hace notar que ésa era la «expresión usada por los judíos cuando un pagano se circuncidaba». Comoquiera que una persona entra en esa esfera por medio de la fe, las expresiones de Gál 6:15 y Gál 5:5 son equivalentes.

4. En relación con las consideraciones que anteceden, Pablo añade (v. Gál 6:16) «Paz y misericordia sobre todos los que sigan esta norma (gr. kánon), y también sobre el Israel de Dios». La «norma» evidentemente es la que él mismo observa y la que todo buen cristiano debe observar; «consiste en la fe en la eficacia de la cruz y en la confesión valiente de esta fe» (Leal). ¿Por qué añade Pablo «y sobre el Israel de Dios»? ¿No entran los israelitas a la par con los gentiles en la salvación, de gracia mediante la fe (Efe 2:8), como fruto de una única redención obtenida en el Calvario? (comp. 1Co 1:13; 2Co 5:17; Gál 3:28; Efe 2:11-22; Col 3:11). La respuesta de los antidispensacionalistas es: «El Israel de Dios coincide con el nuevo pueblo cristiano» (Leal). Pero entonces, ¿por qué añadir este nuevo elemento a «todos los que sigan esta norma»? El luterano Lenski es más cauto al decir: «El apóstol tiene una razón especial y notable para añadir esta aposición explicativa. Es un último disparo contra los judaizantes, su triunfo final sobre ellos y sobre su disputa. Todos los que se conserven alineados con esta regla, ellos y ellos solos, constituyen el Israel de Dios, desde ahora no importa que todos los judaizantes estén en contra».

Sin embargo, hay una objeción muy seria contra este punto de vista: Nunca es llamada la Iglesia de Cristo «el Israel de Dios». Aunque la Iglesia se compone de judíos y gentiles, a la par (según los muchos textos arriba citados) en cuanto a la salvación mediante la Obra de la Cruz y en cuanto a la vida eterna consiguiente, Israel sigue siendo el heredero de las promesas y de las bendiciones temporales dadas a los patriarcas (v. Hch 26:7 y Ro. caps. Rom 9:1-33; Rom 10:1-21; Rom 11:1-36). En cambio, de 1Co 10:32 no se puede sacar argumento alguno a favor de una distribución tripartita de «grupos» de salvación, por cuanto los «judíos y griegos» (lit.) que allí se mencionan no son convertidos.

5. Antes de pronunciar la bendición final, dice Pablo (v. Gál 6:17): «En adelante (gr. tou loipoú, en genitivo, caso en el que nunca significa «por lo demás»), nadie me cause molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús» (lit.). «Pablo pide que en adelante no le proporcionen más preocupaciones, como las que ahora le han proporcionado los gálatas. Que nadie diga que él no es siervo de Cristo, pues lleva en su cuerpo la señal de su dependencia y de su fidelidad a Cristo … Pablo llevaba en su carne muchas cicatrices, efecto de los azotes sufridos por Jesús» (Leal). Éste es, en efecto, el sentido de dicha frase. Ya desde Francisco de Asís, se han dado casos de «estigmas» (del griego stígmata, que es el vocablo usado aquí por Pablo), esto es, heridas en las manos y en los pies, hasta con derramamiento de sangre. Los más recientes casos han sido los de la alemana Teresa Neumann y el capuchino italiano P. Pío. Se han tenido por «sobrenaturales», ya que la ciencia no ofrecía ninguna explicación satisfactoria de este fenómeno. Aparte de la falsa interpretación de este texto de Gál 6:17 (como si Pablo hubiese sido el primer «estigmatizado», a ejemplo de Jesús), está hoy el hecho evidente, bien comprobado, de que la mente humana tiene el poder suficiente para producir, por fuerte autosugestión, tal fenómeno en circunstancias especiales de temperamento, exaltación emocional, constante meditación en las llagas del Señor, etc.

6. El apóstol concluye su Epístola con la bendición apostólica (v. Gál 6:18). Les llama «hermanos», mostrándoles así, una vez más, el afecto con el que les ha escrito, a pesar de su vehemente reprimenda. Les desea la gracia de Cristo, esto es, el favor del Señor y el poder de esa gracia necesaria para mantenerlos firmes en el curso de la vida cristiana sin ceder a los embrujos de los judaizantes, y para confortarles y animarles en medio de las pruebas comunes de la vida cristiana y aun de la perspectiva de una muerte violenta a la que siempre están expuestos los creyentes fieles a la causa de Cristo. Aunque estas iglesias de Galacia se habían portado hasta ahora de manera indigna de dicha gracia (v. por ej., Gál 5:4), el apóstol espera que, desde ahora, cesarán de poner su confianza en la ley y en la carne. Por eso dice que esa gracia sea con vuestro espíritu, con lo que en ellos hay de nueva creación, de personalidad regenerada por el Espíritu de Dios. La carta se cierra con un «amén» que, al contrario de otros finales, no falta en ninguno de los MSS.

 

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