Hechos 11:19 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Hechos 11:19 | Comentario Bíblico Online

Vamos a ver ahora cómo se plantó y se regó la iglesia de Antioquía, la ciudad más importante de Siria, reconocida más tarde como la tercera en importancia de todo el Imperio Romano. Había sido fundada el año 300 antes de C. por Seleuco I, quien le dio ese nombre en memoria de su padre Antíoco.

I. Los primeros predicadores del Evangelio allí habían sido esparcidos desde Jerusalén por la persecución, la que ocurrió en el tiempo de la muerte de Esteban (v. Hch 11:19): «Pasaron hasta … Antioquía», aunque sólo la proclamaban a los judíos. En todo caso, lo que había sido destinado a hacer daño a la Iglesia, resultó ser para su bien. Los enemigos los echaron de sí como a basura, pero Cristo los recibió para usarlos.

1. Los que habían sido esparcidos de la persecución, no fueron puestos en fuga de la obra. Los enemigos pensaban que les iban a impedir predicar el Evangelio, pero, en realidad, sólo les dieron prisa a que predicasen el Evangelio a judíos y gentiles. Perseguidos en una ciudad, huían a otra llevando consigo el tesoro de las Buenas Noticias de salvación en Jesucristo.

2. Se dedicaron a esta obra con renovado ardor. Después de predicar con éxito en Judea, Samaria y Galilea, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía. Aunque cuanto más se alejaban, más se exponían, siguieron adelante. Su lema era «Plus Ultra», siempre más allá.

3. «No hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos» que se habían dispersado por aquellas regiones. No entendían todavía que los gentiles eran coherederos de la gracia de la vida.

4. Se dedicaron especialmente a predicar a los judíos que residían en ciudades «griegas», hasta que (v. Hch 11:20) «unos varones de Chipre y de Cirene, al llegar a Antioquía, hablaban también a los griegos, es decir (sin duda) a los gentiles; por eso, les anunciaban el evangelio del Señor Jesús». Dice Trenchard: «Es significativo que no anuncian a Jesús como el Mesías, cosa propia de los judíos, sino que subrayan el hecho de que Jesús, que había llevado a cabo una obra en Palestina que le señalaba como el Enviado de Dios, era el Señor a quien tenían que someter sus vidas».

5. Tuvieron gran éxito en su predicación (v. Hch 11:21), la cual estuvo acompañada del poder divino: «Y la mano del Señor estaba con ellos», para mostrar a otros cómo hallar en Jesús al Salvador. Los que así predicaban el Evangelio no eran apóstoles, sino creyentes ordinarios y, sin embargo, la mano del Señor hacía prodigios por medio de ellos. Así que «gran número creyó y se convirtió al Señor» (v. Hch 11:21). Quedaron convencidos de la verdad del Evangelio y se volvieron a Dios desde los ídolos (1Ts 1:9).

II. La buena obra comenzada en Antioquía fue llevada a la perfección mediante el ministerio de Bernabé y Saulo.

1. La iglesia de Jerusalén envió allá a Bernabé, al oír la noticia de estas cosas (v. Hch 11:22). Es probable que Bernabé tuviese un carácter especialmente apropiado para esta obra, pues Dios da diferentes dones para distintos servicios. Al ver la gracia de Dios allí (v. Hch 11:23), él se regocijó. También nosotros debemos regocijarnos de todo lo que es obrado por la gracia de Dios, aunque hayan sido otros los que plantaron la obra. Así que él «exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor», es decir, a que se adhiriesen a Cristo con todo fervor, de forma que en nada se apartasen de Él. Bernabé mostró así su excelente carácter, que Lucas describe concisamente, con su acostumbrada maestría (v. Hch 11:24): «Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe». No sólo era un hombre muy piadoso, sino también muy bondadoso, dos cualidades que no siempre van unidas en una misma persona; no era un piadoso áspero, sino apacible, lo cual ayuda mucho en la exposición de la verdad a otros. Así que, al tener tan buenas cualidades, su trabajo fue muy bendecido (v. Hch 11:24): «Y una gran multitud fue agregada al Señor».

2. «Después (v. Hch 11:25) fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y hallándole, le trajo a Antioquía». Otro detalle por el que se descubre la extraordinaria gracia con que Dios había equipado a Bernabé: El que se había regocijado (v. Hch 11:23) en el fruto de la obra llevada a cabo por anónimos siervos del Señor, reconoce ahora que el campo que se abre a sus ojos en Antioquía requiere la presencia de otro hombre mejor dotado que él para una obra de tal envergadura, y va a buscar a Saulo, a quien él mismo había recomendado ante los líderes de Jerusalén (Hch 9:27). Bernabé sabía, sin duda, que la luz de Pablo le eclipsaría a él (v. Hch 14:12), pero no le importaba menguar y que Pablo creciera, con tal que ello redundase en provecho de la obra.

3. Se nos refiere a continuación:

(A) El servicio que ambos prestaron a la iglesia en Antioquía. Allí continuaron ambos enseñando durante todo un año (v. Hch 11:26). Es un gran consuelo para los ministros de Dios tener la oportunidad de enseñar a mucha yente, y echar así la red donde hay un buen banco de peces. No sólo es necesaria la predicación del Evangelio a los inconversos, sino también (más aún) la enseñanza para edificación de los fieles, pues sólo una iglesia bien edificada puede ser eficazmente misionera, como se ve (cap. Hch 13:1-52) en Antioquía. Digámoslo avergonzados nota del traductor , ¿no estribará aquí gran parte del éxito de los Testigos de Jehová?

(B) El honor que Dios otorgó a la iglesia en Antioquía (v. Hch 11:26): «Y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía». El nombre significa simplemente «partidarios o seguidores de Cristo» y, por los otros dos únicos lugares en que tal epíteto aparece (Hch 26:28; 1Pe 4:19), está claro, como recalcan J. Leal y E. Trenchard nota del traductor, contra la opinión de M. Henry , que fueron precisamente los de fuera de la iglesia quienes les pusieron tal mote. Pero ello fue providencia y muy útil, pues como dice M. Henry, tomaron su denominación, no del nombre de su persona, Jesús, sino de su oficio, Cristo, el Ungido o Mesías, estampando así sobre sus propios nombres la gran verdad de nuestro «Credo» de que Jesús es el Cristo. Sus enemigos lo tomaron como un insulto que echarles a la cara, pero ellos lo recibieron como un honor y un privilegio, por el que valía la pena vivir y morir (1Pe 4:19), al seguir precisamente las pisadas del Salvador (1Pe 2:21). Ninguna honra mayor que llevar un nombre por el que expresamos que pertenecemos a Cristo.

Hechos 11:19 explicación
Hechos 11:19 reflexión para meditar
Hechos 11:19 resumen corto para entender
Hechos 11:19 explicación teológica para estudiar
Hechos 11:19 resumen para niños
Hechos 11:19 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí