Hechos 24:1 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Hechos 24:1 | Comentario Bíblico Online

1. Cinco días después (v. Hch 24:1) de la conversación con el gobernador, se reanuda el proceso contra Pablo. No se pierde, pues, el tiempo, ya que él mismo dice (v. Hch 24:11): «no hace más de doce días que subí a Jerusalén a adorar», y siete de esos doce los había empleado en la purificación de que se nos habla en Hch 21:26. Aunque no se nos dice, es obvio que Lisias notificó a los principales sacerdotes que tendrían que ir a Cesarea a proseguir la causa. Los que habían sido jueces, pasan ahora a ser fiscales. Ananías mismo, el sumo sacerdote, con algunos de los ancianos, presentan demanda ante el gobernador contra Pablo. ¡Es asombroso el esfuerzo que los malvados ponen en llevar a cabo sus maldades! ¿Qué hacemos los creyentes para poner en práctica todo lo que es bueno? ¿No le daría vergüenza al sumo sacerdote de rebajarse así en este proceso?

2. Los perseguidores de Pablo habían traído consigo un cierto orador, es decir, abogado, llamado Tértulo. Su nombre es romano y no cabe duda de que estaba bien informado del derecho procesal romano; por otra parte, se le ve enterado de las costumbres judías, por lo que podría ser judío helenista, en opinión de Trenchard, aunque Leal tiene por más probable que fuese pagano. Cuando Pablo fue llamado (v. Hch 24:2), comenzó Tértulo su discurso.

(A) Comienza con un largo párrafo de adulación hipócrita (vv. Hch 24:2-4), reconociendo en todo tiempo y en todo lugar con toda gratitud (v. Hch 24:3) el beneficio que toda la región recibía («gran paz y muchas reformas») gracias a la prudencia de Félix (v. Hch 24:2). Cuando sabemos, por los mismos historiadores de esta nación, la perversa catadura de Félix, todo eso suena a pura mentira. Dice Trenchard: «Al crédito de Félix se hallan algunas operaciones contra bandidos, pero por lo demás los historiadores subrayan su injusticia, su venalidad, su crueldad y su poco tacto al tratar los difíciles problemas de los judíos, quienes le odiaban, y lograron por fin que cesara como gobernador». Para mejor ganarse el favor de Félix, le asegura que no le van a molestar (v. Hch 24:4) por mucho tiempo y le ruega que se digne oírles brevemente «conforme a tu equidad» (¡sólo le queda hacer de él un dios!). No hay peor cosa para un rey o gobernador que aceptar como sinceros los halagos que se les prodigan.

(B) En contraste con el «admirable carácter» de Félix, presenta Tértulo a Pablo: (a) Como una plaga, la peste en persona, que anda contagiando a todo el mundo, cuando la verdad es que proclamaba el Evangelio de la salvación; (b) como promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo (comp. Hch 17:6). Insinúan con esto que Pablo es el enemigo número uno del Imperio Romano, cuando la verdad era que Pablo predicaba y obraba lo que es para la paz. (c) Como el cabecilla de la secta de los nazarenos. Es cierto que Pablo era un apóstol de Cristo, el más ilustre de todos ellos (v. 1Co 15:9, 1Co 15:10), pero el cristianismo no es una secta (gr. háiresis, de donde proceden los vocablos «hereje» y «herejía»), pues busca el bien de todos y tiende directamente a unir a todos bajo la bandera de Cristo, que es la de la salvación de todos en cuanto está de su parte. Sólo a la maldad del hombre se debe el que no le alcance la salvación. Despectivamente llama Tértulo «la secta de los nazarenos» al cristianismo, como grupo de seguidores de un nativo de Nazaret de donde nada bueno se podía esperar (Jua 1:46), pero Jesús no había nacido en Nazaret, sino en Belén, de donde había de salir el Mesías de Israel. (d) Todavía añade Tértulo que Pablo había intentado profanar el templo (v. Hch 24:6), cuando la verdad es que abrigaba el máximo respeto hacia el templo, como lo había demostrado en todo tiempo.

(C) Que el curso de la justicia había sido desviado de su cauce por la intervención del tribuno Lisias (v. Hch 24:7), quien «con gran violencia, dice, le quitó de nuestras manos». Dice que querían juzgarle (v. Hch 24:6) conforme a la ley judía, lo cual era falso, pues lo que querían hacer es lincharle sin atender a leyes ni razones. Añade Tértulo que Félix mismo, si interroga a Pablo (v. Hch 24:8), podrá informarse de las cosas de que le acusan. Acusan, pues, a Lisias como a un enemigo que les impidió hacer justicia, cuando lo que Lisias impidió fue que derramasen sin causa sangre inocente.

3. «Los judíos (v. Hch 24:9) también se unían a la acusación, asegurando que las cosas eran así», exactamente como Tértulo decía, y daban de este modo su aprobación a los hipócritas halagos y las terribles mentiras que Tértulo había proferido. Sin poseer las dotes oratorias de Tértulo ni su maña para hacer de lo negro blanco, y de lo blanco negro, estos judíos daban su «visto bueno» a todas las maldades de Tértulo. Muchos que no tienen la erudición suficiente para presentar su causa ante Baal, tiene la suficiente perversidad para votar por Baal.

Hechos 24:1 explicación
Hechos 24:1 reflexión para meditar
Hechos 24:1 resumen corto para entender
Hechos 24:1 explicación teológica para estudiar
Hechos 24:1 resumen para niños
Hechos 24:1 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí