Estudio Bíblico | Explicación de Isaías 25:6 | Comentario Bíblico Online
1. La perspectiva escatológica, frecuente en estos capítulos, se echa de ver en estos versículos: Jehová de las huestes (v. Isa 25:6) va a preparar un banquete de manjares suculentos en este monte, es decir, en Sion. Es un festín que se ha de celebrar en la capital del reino mesiánico milenario. El carácter escatológico de este festín es reconocido por autores de tan diversos campos como Ryrie y Trenchard (evangélicos), Slotki (rabino inconverso) y Moriarty (jesuita). M. Henry ve aquí única (o principalmente) «la gracia del evangelio», lo cual puede valer como acomodación devocional, pero está lejos del sentido literal del texto sagrado.
2. En aquel tiempo, Dios «destruirá en este monte (v. Isa 25:7) la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que cubre a todas las naciones» (comp. con 2Co 3:14-18). Dice Trenchard: «Dios deshace la cobertura o velo que impedía que los pueblos se diesen cuenta de la realidad de la esfera espiritual detrás de la engañosa sombra de lo material y de lo temporal. Ahora Él mismo se revela en gloria y todo ojo le verá ». Este velo desaparece ya para todo el que se convierte al Señor (2Co 3:16).
3. En vez de ser la muerte la que se trague a los hombres (Isa 5:14), será Dios quien «se tragará (lit.), esto es, destruirá por completo, a la muerte (comp. con 1Co 15:54) para siempre» (v. Isa 25:8). El último enemigo habrá sido destruido (v. 1Co 15:26; Apo 20:14). Y, con él, habrá desaparecido todo lo que es como una antesala de la muerte: pesar, dolor, enfermedad ¡lágrimas! ; «y enjugará el Señor Jehová (hebr. Adonay Jehová) las lágrimas de todos los rostros» (comp. con Apo 7:17; Apo 21:4). La esperanza en esta promesa debería ya ahorrar al creyente toda lágrima que es un obstáculo para la siembra y un olvido de que «las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que ha de manifestarse en nosotros» (Rom 8:18). La «afrenta» que Isaías menciona en el versículo Isa 25:8 es «la negligencia con que la Providencia parece tratar al pueblo de Dios» (Slotki). Toda oposición a la verdadera fe, todo ataque y persecución contra los sinceros creyentes, toda malévola interpretación y toda perversa calumnia con que son denigrados, todo eso «lo quitará el Señor de sobre la tierra; porque Jehová ha hablado» (v. Isa 25:8). Él lo ha dicho y, por tanto, no puede fracasar.
