Estudio Bíblico | Explicación de Isaías 43:8 | Comentario Bíblico Online
Dios reta a los adoradores de los ídolos a que presenten pruebas de la divinidad de sus falsos dioses.
1. Ha de presentarse primero (v. Isa 43:8) el pueblo de Dios, al que se llama aquí ciego y sordo por su rebeldía, a pesar de tener ojos y oídos con los que ha podido apercibirse de los portentos de Dios a su favor. Ellos son Sus testigos, Su siervo (v. Isa 43:10) que puede declarar a favor del poder, del amor, de la sabiduría; en fin, de la verdadera Deidad del único Dios. «De que Yo soy Él», dice literalmente la frase central del versículo Isa 43:10; esto es, «de que soy el mismo de siempre, el que fue, es y será» (Slotki). Ningún otro dios estaba con Él (v. Isa 43:12), porque ninguno era capaz de hacer las cosas que Dios dice de sí mismo en la primera parte del versículo. Desde el principio, Él ha sido el único Salvador de Su pueblo (vv. Isa 43:11-13).
2. Que se presenten también en el tribunal los adoradores de los falsos dioses, como testigos de sus ídolos, y justifíquense (v. Isa 43:9), es decir, ofrezcan pruebas claras de que las demandas que, por medio de ellos, hacen sus falsos dioses, son verdad. En vano se presentarán, pues sólo el Dios de Israel está acreditado como verdadero Dios por su poder para salvar (v. Isa 43:13). Dice Moriarty: «Dios se vuelve a Israel y le nombra su propio testigo. Tal es la misión de Israel en la historia, la de dar testimonio acerca de Dios Creador y Redentor». Nótese la repetición de la frase «Vosotros sois mis testigos» (vv. Isa 43:10, Isa 43:12; Isa 44:8). De aquí nota del traductor han sacado los «Testigos de Jehová» su «motto».
