Jeremías 6:18 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Jeremías 6:18 | Comentario Bíblico Online

1. Dios apela al mundo entero en cuanto a lo que respecta a Su modo de proceder contra Judá y Jerusalén (vv. Jer 6:18, Jer 6:19): «Por tanto, oíd, naciones, etc.». En cuanto al vocablo congregación, dice Freedman: «En todos los demás lugares, el vocablo edah se refiere siempre a Israel, pero el paralelismo con naciones deja patente que se alude aquí a los gentiles». Dios pide a la congregación de todas las naciones que sean testigos contra Judá y Jerusalén, y les dice (vv. Jer 6:18, Jer 6:19): «Observad, naciones, a Judá y Jerusalén, y conoced (el mal) que (hay) en ellos (lit.). Oye, tierra, no te sorprendas de que yo traiga el mal sobre este pueblo, a pesar de que tengo hecho pacto con ellos, pues este mal es resultado de sus perversas obras, inspiradas por sus malvados pensamientos (Freedman). Pensaban que se iban a reforzar aliándose con extranjeros, pero precisamente por eso se han debilitado y expuesto a la ruina. Es el justo castigo de su desobediencia y rebelión, ya que no escucharon mis palabras y aborrecieron mi ley. Por tanto, no podéis decir que he sido injusto con ellos».

2. Dios rechaza la excusa de ellos, pues insistían en que los servicios del culto eran suficientes para expiar por sus pecados. Esta excusa era totalmente frívola (v. Jer 6:20): «¿Para qué a mí este incienso de Sebá y la buena caña olorosa de tierra lejana, para ser quemada como perfume en el altar de oro? ¿Qué me da a mí de los holocaustos y demás sacrificios que me ofrecéis? Vuestros holocaustos no son aceptables, ni vuestros sacrificios me agradan». Sacrificios e incienso tenían por objeto dirigir la fe de ellos hacia el futuro Mediador, y acompañados de una conducta consecuente eran aceptables a Dios. Pero ofrecidos con el pensamiento de que podían servir de salvoconducto para obrar como les viniese en gana y como licencia para el pecado, lejos de ser aceptables a Dios, le provocaban a ira.

3. Dios predice la desolación, puesto que se niegan a reformarse (v. Jer 6:21): «Por tanto, Jehová dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos, es decir, calamidades físicas en las que perecerán sin posibilidad de escape. Ni los padres con su experiencia ni los hijos con su fuerza hallarán el modo de salvarse de la catástrofe». Dios hará de los caldeos (vv. Jer 6:22, Jer 6:23) sus instrumentos para castigar a Su pueblo. Jeremías describe con gran dramatismo las cualidades guerreras y los movimientos incontenibles del ejército de Babilonia, que viene de los confines de la tierra (v. Jer 6:22, al final, comp. con Jer 31:8), bien equipado de armas y caballos como hombres dispuestos para la guerra (v. Jer 6:23), y atacan sin compasión, pues crueles son y no tendrán misericordia; su estruendo brama como el mar.

4. Describe la consternación que hará presa en Judá y Jerusalén al acercarse el ejército enemigo (vv. Jer 6:24-26): «Su fama oímos, y nuestras manos se debilitaron; no nos quedan ánimos para resistir, se apoderó de nosotros angustia, dolor como de mujer que está de parto». El sentimiento de culpabilidad desanima a los hombres cuando se acerca algún contratiempo. Se esconden en sus casas (v. Jer 6:25), y prefieren morir allí mansamente, antes que salir al campo a luchar. Unos a otros se dicen: «No salgas al campo, etc.». El profeta invita a la lamentación y al duelo (v. Jer 6:26): «Hija de mi pueblo, cíñete de saco y revuélcate en ceniza; ponte luto como por hijo único que se ha muerto en la flor de la vida».

5. Dios constituye al profeta por juez del pueblo en esta hora de dura prueba (vv. Jer 6:27-30, comp. con Eze 22:18-22). Torre (hebr. bajón) sugiere la idea de vigía escrutador; de ahí el verbo examinarás (todo en el v. Jer 6:27), que en hebreo procede de la misma raíz (baján) que torre. Jeremías va a examinar la operación. La prueba en que se halla el pueblo es comparada a un horno de fundición (vv. Jer 6:28-30). Si los israelitas fuesen plata, la operación les quitaría la escoria y quedarían reformados, refinados como buena plata; pero son «rebeldes porfiados … todos ellos son corruptores» (v. Jer 6:28), por lo que la operación no surte el efecto deseado; la aleación de bronce, hierro, plomo y estaño (v. Eze 22:20) no sirve, porque el plomo que había de servir de fundente, para llevarse la escoria, lo ha consumido el fuego (v. Jer 6:29) y, por eso, los malvados (lit.), como escoria resistente, no se han separado. Dice Driver, citado por Freedman: «En el caso imaginado aquí por el profeta, la aleación está tan inseparablemente mezclada con la plata, que, aunque soplen los fuelles furiosamente (ése es el sentido de la primera frase del v. Jer 6:29), y el plomo se oxide con el calor, no se efectúa ninguna purificación: Sólo queda plata impura».

6. Así que Dios le dice a Jeremías cuál es el destino funesto de un pueblo que se niega a reformarse (v. Jer 6:30): «Plata de desecho (lit. desechada; hebr. nimás) los llamarás, porque Jehová los desechó (hebr. maás)». Son plata reprobada, inútil y sin valor alguno; brillan como si tuviesen algo de plata, pero no se puede hallar en ellos nada bueno; por eso, Dios los ha desechado. Dios no se complace en la muerte ni en la ruina de los pecadores. No los desechó hasta que hubo empleado todos los medios apropiados para reformarlos; ni los abandonó como a escoria hasta que se manifestó claramente que eran plata reprobada.

Jeremías 6:18 explicación
Jeremías 6:18 reflexión para meditar
Jeremías 6:18 resumen corto para entender
Jeremías 6:18 explicación teológica para estudiar
Jeremías 6:18 resumen para niños
Jeremías 6:18 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí