Job 15:1 Explicación | Estudio | Comentario Bíblico de Matthew Henry

Estudio Bíblico | Explicación de Job 15:1 | Comentario Bíblico Online

Elifaz se ceba ahora furiosamente en Job, por haberse opuesto éste a lo que él y sus colegas habían dicho. Acusa a Job de varios crímenes, únicamente por no haber querido reconocer que era un hipócrita.

1. Le acusa de insensatez (vv. Job 15:2, Job 15:3): de que, al haber gozado de la reputación de hombre sabio, había perdido ahora dicha reputación. Es cosa corriente entre airados discutidores presentar los razonamientos de sus interlocutores como impertinentes y ridículos. Hay gran cantidad de vanos conocimientos, falsamente llamados ciencia, que son inútiles, sin valor alguno. Éste es el conocimiento que envanece (1Co 8:1), pues con él se hinchan (como dice el griego) los hombres, inflados por el alto concepto que tienen de sí mismos y de sus realizaciones. El vano conocimiento y la conversación inútil deben ser reprendidos; en especial cuando se hallan en hombres sabios, a quienes peor cuadran tales cosas.

2. Le acusa de impiedad e irreligión (v. Job 15:4): Tú incluso disipas el temor y menoscabas la oración delante de Dios. He aquí un compendio de la verdadera religión: temor de Dios y oración a Dios, siendo el primero el principio más necesario, y la segunda la práctica más necesaria. Quienes no oran carecen de temor y de gracia, apagan el espíritu de adopción y se privan de la libertad amorosa con que se ha de cumplir el deber. Todavía peor es el caso de los que impiden a otros orar (Dan 6:1-28; Dan 7:1-28). De esto acusa Elifaz a Job. Pensaba que Job hablaba de Dios con tal descaro como si fuese su igual, con lo cual disipaba el temor de Dios. La acusación era falsa, pero Job se había excedido en sus expresiones. No sólo hemos de procurar mantenernos en oración y temor de Dios, sino que hemos de evitar también cualquier expresión que de a otros la oportunidad de buscar una ocasión para poner en duda la sinceridad de nuestra piedad (vv. Job 15:5, Job 15:6): Tu boca te condena, dice Elifaz. Su razonamiento es el siguiente: «Si es cierto lo que tú dices: que alguien puede ser gravemente atribulado y, con todo, continuar siendo cabal e íntegro ¡adiós entonces a la religión, a la oración y al temor de Dios! Pero tú has escogido el lenguaje de los astutos: pronuncias iniquidades con alarde de piedad, mezclas palabras buenas con malas, como hacen los comerciantes con sus mercancías para venderlas a un precio más alto que su valor real». Era cierto, sí, que Job se había excedido en su lenguaje, pero Elifaz no tenía en cuenta que él y sus compañeros le habían provocado a decir aquello mismo de lo que ahora le acusan, lo cual no es juego limpio.

3. Le acusa de intolerable arrogancia. La demanda que Job había hecho (Job 12:3) era justa, razonable y modesta: sólo exigía que no se le tuviera por menor que ellos; pero véase cómo toman de ello ocasión contra él (v. Job 15:7): «¿Naciste tú primero que Adán? ¿O fuiste formado antes que los collados? (comp. con Pro 8:23.) ¡No! Tú y nosotros somos de ayer (Job 8:9). ¿Oíste tú el secreto de Dios? (v. Job 15:8. Comp. Jer 23:18; 1Co 2:16)». Sigue Elifaz presentando a Job: (A) Como si se arrogase el monopolio de la sabiduría (vv. Job 8:8-10); pero Job se había limitado a decir (Job 13:2): «Como vosotros lo sabéis, lo sé yo». (B) Como si quisiese imponerse a toda la corriente de la antigüedad, la venerable tradición bajo la cual buscan resguardo todos cuando contienden con otros (v. Job 15:10): «Cabezas canas y hombres ancianos hay entre nosotros. Tenemos a los padres de nuestra parte».

4. Le acusa de despreciar los consejos y los consuelos que Dios le otorga por boca de sus amigos (vv. Job 15:11-13): «¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios, etc?» Elifaz se expresa como si lo que él y sus colegas le están diciendo a Job fuesen palabras recibidas de Dios por medio de una revelación incontestable. «Por tanto viene a decirle Elifaz no es contra nosotros, sino contra Dios es contra quien vuelves tu enojo» (v. Job 15:13). No es fácil decir qué es lo peor de estas acusaciones de Elifaz, si su arrogancia, al creerse oráculo de Dios, o su falsedad y falta de caridad al acusar a Job de pecados que no había cometido.

5. Le acusa de justificarse a sí mismo hasta tal extremo que se atreve a negar incluso su parte en la común corrupción de la naturaleza humana (v. Job 15:14): ¿Qué (es) el hombre para ser limpio, y el nacido de mujer para ser justo? (lit.). Con estas sencillas verdades intentaba Elifaz convencer a Job, olvidando que precisamente él acababa de decir lo mismo (Job 14:4): ¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie. Pero, ¿se sigue de ahí que Job era un hipócrita y un malvado, pues eso era todo lo que él negaba ser? ¡ De ningún modo! Aunque, como nacidos de mujer, no somos limpios, sí que lo somos si hemos nacido del Espíritu (Jua 3:5). Para dar más fuerza a su argumento, Elifaz le muestra: (A) Que las criaturas más santas (v. Job 15:15), es decir, los ángeles (Job 5:1) son imperfectos (v. el comentario a 4:18). La 2.a parte del versículo Job 15:15 ha de entenderse, por metonimia, como un paralelismo con la 1.a parte nota del traductor . (B) Que si los del Cielo no son limpios a los ojos de Dios, ¿cuánto menos el hombre abominable y vil, que se bebe la iniquidad como agua? (v. Job 15:16). Si los ángeles no son de fiar, mucho menos los hombres, que han degenerado de su condición original. Notemos que cuando el hombre que es abominable y vil a los ojos de Dios, se arrepiente (cambia de mentalidad), se ve a sí mismo también como abominable y vil y, por tanto; se aborrece a sí mismo.

Job 15:1 explicación
Job 15:1 reflexión para meditar
Job 15:1 resumen corto para entender
Job 15:1 explicación teológica para estudiar
Job 15:1 resumen para niños
Job 15:1 interpretación bíblica del texto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí